Tour de Francia
Jakobsen gana lanzado por el maillot amarillo
Van Aert, nuevo líder después de una secuencia de caídas en el tremendo puente de Gran Belt
En el puente de Gran Belt, 18 kilómetros de hormigón y cables de acero, el tercer paso elevado más largo del mundo, barquitos o semicruceros pasando por debajo de sus horquillas, la naturaleza vuelve a ser caprichosa. Igual que la lluvia, o la ausencia de ella, colocó a Yves Lampaert como líder el primer día, el viento de cara forzó a una insospechada ralentización del pelotón durante el interminable tránsito sobre el agua. Allí donde se esperaban proezas, abanicos, el grupo disgregado y una larga marcha de titanes descompuestos, lo que se vio fue una columna lenta frenada por el aire, muchas precauciones y una caída con la meta a la vista. Al esprint acude puntual el Quick Step, equipo que se puede permitir el lujo de prescindir del campeón del mundo Alaphilippe, y no deja de ganar etapas. Dos de dos en este Tour. El maillot amarillo, vencedor en el prólogo, fue el lanzador que encaró la última recta en cabeza para poner en suerte a Fabio Jakobsen, el velocista debutante que regresó a la vida después de su pavoroso accidente casi letal en Polonia.
[Clasificación de la etapa y general]
Bernardo Ruiz fue el primer español en subir al podio del Tour y en ganar una etapa del Giro. Él, que se dedicó al ciclismo porque ejercía el estraperlo, contrabando de aceite o pan para poder comer en la España de la posguerra, declaró hace años a ABC. «En el Tour no te puedes perder. Basta con seguir el pasillo de la gente».
El Tour visita Dinamarca y de la apuesta puede surgir la duda de la respuesta, pero no. En el Tour siempre hay un pasillo de gente . Lo hubo en tropel en la salida de la carrera en Gran Bretaña en 2014 y lo hay en las carreteras danesas. Muchísima gente entusiasmada con el ciclismo, ahora que el pequeño país del Báltico es una potencia. Diez ciclistas han tomado la salida en el Tour, uno más que España.
La etapa, sin embargo, tiene a decepción porque en el camino solo queda reflejado los brazos al cielo de Magnus Cort Nielsen, vencedor de tres etapas en la última Vuelta a España, al cruzar la última colina del día que lo acredita como provisional rey de la montaña.
El puente de Gran Belt recuerda a aquel paso de Gois, la carretera submarina que destruyó a Alex Zulle en 1999 en su primer desafío ante Lance Armstrong. Se espera viento de cualquier forma, inevitable en un camino que cruza las profundidades del mar. Del costado derecho, del izquierdo, lateral diagonal, caben todas las maneras posibles. La naturaleza decide. Es frontal, de cara, directo a la boca, no hace daño al pelotón, no lo fractura, no genera abanicos ni tensión, solo ralentiza la marcha.
El ritmo del grupo cae a los 38 kilómetros por hora, pero nada sucede. Acaba el puente con un par de sustos (cae el líder Lampaert, también Rigo Urán) y en suelo firme se produce una montonera que el gran favorito Tadej Pogacar salva con habilidad.
El esprint es territorio Quick Step, el mejor equipo del mundo sin un líder para la general que lo sostenga, pluriactivo en todos los terrenos, muchos ciclistas ganadores, espíritu coral decidido, una fórmula de acción muy rentable. Es el maillot amarillo del Tour, Yves Lampaert, el que tomas las riendas para lanzar a su velocista, Fabio Jakobsen, el que ha dejado en casa Mark Cavendish , el que también tapa a Alaphilippe. Van Aert discute su triunfo porque para eso es el príncipe del ciclismo, una estrella, pero no llega al nivel. Primera de Jakobsen en su debut en la carrera, segunda del mejor equipo del pelotón. Van Aert, por los seis segundos de bonificación en la meta, es el nuevo líder.
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