Hindley destroza a Carapaz en la Marmolada y sentencia el Giro

Alessandro Covi llegó en solitario a la Marmolada, ese puerto dolomítico donde su compatriota Pantani comenzó a ser conocido como el Pirata, con una sonrisa. El del UAE miró a su espalda, confirmó que nadie le seguía en el Passo de Fedaia y levantó los brazos para confirmar su exhibición. Con solo 22 años conseguía coronar una etapa reina de la gran vuelta de su país.

Pero el protagonismo del escalador piamontés fue efímero porqueunos metros detrás se estaba decidiendo el Giro . Mientras Covi festejaba con los suyos, un enorme Jay Hindley destrozaba a un cariacontecido Carapaz que hasta su derrumbe en las Dolomitas vestía con aparente suficiencia la ‘maglia’ rosa. Con ayuda de un gran secundario como Kamna, que le tapó el viento en Pordoi y en los primeros kilómetros de Fedaia, el australiano pudo completar su obra en este Giro tras dejar huella en el Blockhaus. Con un ataque feroz y contenido, Hindley llegó sexto al fin del Passo de Fedaia, sacó un minuto y medio al líder del Ineos y se vistió de rosa justo antes de la última etapa de la vuelta italiana, la contrarreloj de este domingo de 17 kilómetros. Y, salvo catástrofe, el completo corredor del Bora se hará con su primera gran vuelta sobre el río Adigio a su paso por Verona. Tiene un minuto y 25 segundos de ventaja sobre el campeón olímpico Carapaz.

Mikel Landa debía atacar en la Marmolada. Con el podio confirmado tras la retirada de Almeida, llegaba su momento, pero las piernas del vasco no respondieron. Ya en el Passo Pordoi, la cima Coppi de este Giro, la fatiga era visible en sus ojos. Así, una vez en el ascenso definitivo a la Marmolada, donde moría la penúltima etapa de la ‘corsa’ rosa, el líder del Bahrain recibió como un golpe en la mandíbula el ataque de Hindley. Carapaz respondió al principio al atrevimiento del oceánico, pero cedió poco después de manera inevitable. El landismo se desinfla en las Dolomitas, justo en el lugar en el que debía confirmarse como algo más que una ilusión. Como ya lo fuera en 2015, el español será tercero en el Giro de Italia.

Pese a la épica primero de Covi y después de Hindley, lo que debía ser una ‘tappone’ para el recuerdo siguió el curso de este Giro descafeinado, uniforme. Van der Poel se ha empeñado en hacerlo divertido, en ganar etapas, en estar en todas las fugas y atacar de forma perenne. Este sábado no fue una excepción y, de nuevo, se metió en una escapada en la que él previamente sabía que era una empresa imposible. Covi atacó antes de la cima Coppi (para alcanzarla liderando la etapa y así honrar al mejor ciclista de la historia de su país) y el neerlandés del Alpecin volvió a ceder en la alta montaña, el talón de Aquiles de un corredor total.

Por su parte, Juanpe López, la revelación de este Giro, el hombre que vistió de rosa durante ocho etapas, mantuvo la ‘maglia’ blanca, la que le distingue como el mejor joven de la carrera. Salvo imprevistos, el lebrijano de 24 años subirá al podio de Verona vestido de blanco.