Especie cinegética

El gamo, ¿el hijo pródigo?

Cinegéticamente es una especie interesante que demuestra tener mucha defensa y que ofrece un interesante reto al cazador

Tres gamos pastan en las marismas de Doñana EFE

Pedro Saurio

El gamo (Dama dama) es un cérvido que fue muy común y ampliamente extendido en tiempos remotos en Europa. Las glaciaciones lo llevaron al borde de la extinción antes que a corzos y ciervos, sobreviviendo solo algunos núcleos aislados de población en puntos de la cuenca mediterránea oriental y Asia Menor . Las distintas culturas que comerciaron en sus costas contribuyeron a su expansión, reintroduciéndolo de nuevo en el resto del continente cuando ya habían regresado el resto de especies de cérvidos de forma natural. Así que, si bien el gamo fue el que más tiempo estuvo ausente en nuestra tierra, considerarlo alóctono o reintroducido es una cuestión de matices e interpretaciones.

Localización en España

En España existen al menos desde el siglo XIX poblaciones de gamo en estado salvaje en Sierra Morena, cuenca del Tajo y Montes de Toledo , así como en semilibertad en algunos cazaderos reales. También en el norte existían poblaciones que se extinguieron en el siglo XIX y fueron repobladas en los años cincuenta del siglo pasado. Poco antes, se habían introducido también en el coto de Doñana. También, en el Pirineo , dependiendo de las zonas, es muy abundante.

Hoy, en muchos puntos de su distribución la prioridad es la reducción drástica de las poblaciones por su competencia con otras especies, como en Pirineos o en las sierras de Málaga y Cádiz , donde compite con la especie más emblemática y apreciada: el corzo morisco.

Socialmente es menos gregario que el venado , aunque más que el corzo; y se suele encontrar en solitario o en pequeños grupos, más numerosos en verano. Es polígamo y entra en celo (ronca) más o menos al concluir la berrea del ciervo, al comienzo del otoño. Las hembras paren tras ocho meses de gestación, a finales de mayo, una cría, raramente dos.

Sus preferencias son los bosques caducifolios de cierta humedad y se adapta bien tanto en la media montaña como en la llanura, eligiendo sus territorios dependiendo de la disponibilidad de alimento, un refugio adecuado, el clima, la densidad de la población y la mayor o menos actividad humana.

El gamo persa (Dama mesopotamica) es la otra especie de gamo existente. Considerada extinta en 1951, se descubren algunas cabezas en un inaccesible paraje del sureste iraní limítrofe con Irak en el 57.

Cinegéticamente, sin tener la demanda de cabras, ciervos o corzos , el gamo es una especie interesante que demuestra tener mucha defensa y que ofrece un interesante reto al cazador. Sus sentidos son sensibles; y sus reflejos, agilidad y velocidad, cualidades sin duda a su servicio. Además, tiene una habilidad única para evitar ser conducido en batida al lugar que se desea. Parece siempre optar por querencias y estrategias de huida distintas a las del ciervo, al que arrastra en muchas ocasiones escapando a la celada de sus perseguidores.

El rececho es, como en el caso de otros cérvidos, otra forma atractiva de darle caza, en la que se disfruta además del paisaje otoñal del bosque caduco.

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