Berni Rodríguez y Raúl Pérez sostienen la camiseta del Baloncesto Sevilla
Berni Rodríguez y Raúl Pérez sostienen la camiseta del Baloncesto Sevilla - ROCÍO RUZ

Sin soluciones y salvo milagro, la disolución del club Baloncesto Sevilla será una realidad

El presidente de la entidad Fernando Moral, seguía negociando opciones a horas de reunirse con el consejo

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Salvo milagro en forma de canasta sobre la bocina en los despachos, la llama del Club Baloncesto Sevilla se apaga. Este miércoles, a las 13.00 horas, se celebrará la junta extraordinaria de accionistas que, a expensas de un giro de última hora en cualquiera de las vías de negociación abiertas, disolverá esta institución de 29 años de historia, dos subcampeonatos de Liga, uno de la Copa del Rey y otro de la Eurocup.

No se disolvería cualquier club. Lo haría un histórico de la ACB, una entidad que ha formado en los últimos años a jugadores que están ya en la NBA. Nada de eso, ni su palmarés ni su historial reciente por el gran trabajo realizado en el capítulo formativo, le ha servido al Baloncesto Sevilla para escapar de una situación desesperada que se tornó agónica a finales de la semana pasada, cuando en el club, a través de una fuente interna del banco, tuvieron conocimiento de que, ante la falta de propuestas que cumplieran con los requisitos que solicitaba CaixaBank, la decisión estaba tomada. Y no era otra que el cierre.

Esa realidad se la comunicó el presidente, Fernando Moral, a los empleados el lunes. La jornada de ayer también fue frenética, maratoniana, y a semejanza de cómo han sido las últimas semanas, confusa informativamente. Ha sucedido demasiadas veces que las versiones en torno a una misma negociación han sido diametralmente opuestas.

La versión de CaixaBank se ha mantenido inalterable en los últimos meses. Es conocida por los lectores de estas páginas. Se ha explicado. La entidad financiera recuperó las acciones a principios de agosto de 2015 y le concedió un año de prórroga para que el club encontrara una fuente de ingresos que permitiera al banco abandonar la propiedad, para quedarse únicamente como patrocinador del club. Según fuentes de La Caixa, el propietario «ha realizado todas las gestiones para encontrar alguna empresa y/o entidad que presentase una propuesta que asegurase la viabilidad económica del club». Sin embargo, después de que el banco haya invertido en el CB Sevilla «14,5 millones de euros en los últimos cuatros años», siendo además «la única fuente estable de ingresos» del club y permitiendo que éste se encuentre «libre de deudas y al corriente de pagos, no ha habido a día de hoy ninguna oferta viable en ese sentido».

El Betis, a la desesperada

Por el camino ha habido intentos, ofertas, proposiciones. Alguna fuente cercana al proceso las cuenta por decenas, de hecho. Ninguna ha satisfecho las condiciones del banco. Las que han salido a la luz son dos: las del Grupo Torrot y el Real Betis, a la que se le dio forma durante el fin de semana, a contrarreloj y con la espada de Damocles sobre la cabeza del club verdirrojo, en aras de presentarla a CaixaBank el lunes y negociarla en las últimas 48 horas antes de la junta. Fernando Moral, Ángel Haro y José Miguel López Catalán se citaron el lunes por la mañana, y a primera hora de la tarde de ayer, tanto el presidente como el vicepresidente del club verdiblanco abandonaron la concentración del Betis en Marbella para seguir negociando el futuro del Baloncesto Sevilla. Al cierre de esta edición, Fernando Moral seguía inmerso en negociaciones, que han podido prolongarse toda la noche.

Había que agotar los últimos cartuchos aunque desde el banco recelaban seriamente de que la propuesta heliopolitana pudiera fructificar si no contemplaba la posibilidad de la inyección dineraria inmediata a las arcas del CB Sevilla para paliar, así, la frustrada ampliación de capital de hace unos meses, que quedó desierta.

Tan negro se vio el panorama que el objetivo de las negociaciones ayer, en casi todos los frentes abiertos, no fue otro que ampliar el plazo, ganar tiempo al objeto de que el día de hoy no fuera el definitivo con la celebración de la junta general de accionistas. Fue, grosso modo, tras el comunicado leído por una leyenda del club como Raúl Pérez, el mensaje y el sentir de los trabajadores en la rueda de prensa ofrecida por la mañana, arropados todos por exjugadores, extécnicos de la entidad y antiguos directivos. Dio la impresión de que el CB Sevilla, ante tan adversas circunstancias, alzó la voz en señal de rebeldía demasiado tarde. Las muestras de apoyo del mundo del baloncesto español y la sociedad sevillana son, por cierto, innumerables. Se han multiplicado en las últimas 48 horas en las redes sociales desde todos los puntos del país.

Queda un último resquicio de vida. La disolución sería revocable, según fuentes del club consultadas, pudiéndose rescatar al Baloncesto Sevilla durante el proceso hasta su liquidación, si éste se iniciara. La esperanza, que es ya mínima considerando que meses de negociaciones no han dado fruto alguno, debe conservarse hasta el último segundo. Qué remedio.

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