Youba Sissokho
Youba Sissokho - IGNACIO GIL
Rumbo a Río | Boxeo

Puños de ilusión para reconquistar la gloria olímpica

El boxeo amateur se reinventa en España para volver a saborear los éxitos del pasado

Madrid Actualizado: Guardar
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El gimnasio de boxeo improvisado en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid rezuma normalidad. Alejado de los focos, sin una figura mundial con la que darse visibilidad, el boxeo amateur español intenta abrirse paso con puños de ilusión. No hay fotos de éxitos pasados ni presentes, solo un par de imágenes que recuerdan el camino para estar en Río. Una, la más pequeña, tiene a Muhamad Alí como protagonista. Un modelo en el que fijarse. La inspiración para muchos de los chicos y chicas que luchan por ir a unos Juegos Olímpicos. La otra, mucho mayor, marca la senda. «No pain, no gain». Sin dolor no hay éxito. Un mantra moderno que permite relativizar el sacrificio en pos de un objetivo concreto.

En este caso, Río 2016.

«¿Cómo vais de peso?». La pregunta, recurrente casi cada día, la hace Javier Pardo, miembro del equipo técnico de la federación, que lidera Rafa Lozano. El «Balita», el único español que ha ganado una medalla olímpica sobre un ring de boxeo, es ahora el seleccionador nacional y juntos -con Carlos Peñate y algún mimbre más- forman un equipo compacto, capaz de multiplicarse para no dejar nada al azar. Su llegada hace algo más de dos años revitalizó este deporte, que quiere sacar la cabeza el próximo verano en Brasil. Para ello cuenta con varios aspirantes a emular la gesta de Rafa Lozano en Atlanta 96 y Sídney 2000. Son nombres anónimos, forjados casi de la nada, cuyo origen casual da una idea de lo mucho que queda por trabajar para normalizar este deporte en nuestro país.

Youba Sissokho encarna ese prototipo de boxeador español creado a sí mismo y pulido por la sabiduría de Lozano, Peñate y Pardo. Este joven de brazos infinitos y sonrisa permanente llegó al boxeo casi por casualidad, pero encontró en este deporte la serenidad necesaria para encauzar su futuro. «Cuando eres joven piensas que el respeto te lo ganas siendo el más chulo o malote de la clase, pero el boxeo te enseña justamente lo contrario», resume Sissokho. Para él, como para el resto de chicos del equipo nacional, los guantes se han convertido en la mejor inspiración de vida. Un modelo cimentado en la ética de trabajo, el sacrificio y la pasión. La misma que ponen en cada entrenamiento, con la mirada puesta en Río.

A por el billete olímpico

«Sueño con los Juegos todas las noches antes de dormir, cuando me despierto... Es por lo que estamos todos aquí. Estar en Brasil daría sentido a todos estos años de sacrificio», señala el español, que llegó desde Senegal a los seis meses. Desde entonces, Sissokho ha vivido en Palma de Mallorca, donde descubrió el boxeo siendo un chaval. Su ascenso meteórico lo llevó a la residencia Blume en menos de un año y de allí al bronce Europeo conquistado en Bulgaria.

Ese torneo -donde Kelvin de la Nieve también fue bronce- sirvió para que Lozano y su equipo reforzaran su idea de trabajo bien hecho. Un trabajo que tendrá una nueva prueba de nivel a partir del 7 de abril en el Europeo de Turquía -clasificatorio para los Juegos- donde la selección tratará de lograr sus primeras plazas olímpicas. Aspiran a ellas hasta ocho boxeadores -Sissokho, Kelvin de la Nieve, Gabi Escobar, Carmona, Orozco, Biacho, Mendizábal y Camacho-, que si no logran aquí el billete podrían sacarlo en los «World Olympic Games» de Bakú del 14 al 26 de junio.

Mientras llega ese momento, Sissokho y sus compañeros seguirán su rutina de esfuerzo diario. Sacrificio anónimo. Puños de ilusión pensando en Río de Janeiro. Estrellando su constancia contra un saco de arena colgado del techo. Alimentando sus sueños olímpicos.

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