Artes Marciales Mixtas

Joel Álvarez, una esperanza fenomenal

El luchador asturiano, de 25 años y con un récord de 13-1, es uno de los atletas con mayor proyección de España en este joven deporte

El gijonés es uno de los luchadores franquicia de AFL, una organización referente en las MMA nacionales ABC
Álvaro G. Colmenero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Dicen que la vida es lo que pasa mientras hacemos otros planes. Un conjunto de decisiones que deslizan una balanza que establece un camino vital. Un camino que a Joel Álvarez (Gijón, 1993) le llevó un buen día a pisar un gimnasio por casualidad, cuando recibió la visita en su tierra natal del hermano de la que era su pareja en aquel momento, que practicaba artes marciales mixtas (MMA) y añoraba continuar su entrenamiento en las tierras de Don Pelayo pese a estar de vacaciones. Joel, como buen anfitrión, se adentró entre las cuatro paredes del Centro Deportivo Tíbet para probar una disciplina que para él era desconocida. Y fue un amor a primera finta . No imaginaba que, siete años después, más de dos decenas de triunfos amateur y trece profesionales, iba a estar a las puertas de poder conquistar Ansgar Fighting League (AFL), considerada por muchos la mejor organización de MMA de España. Y con un horizonte internacional muy prometedor por su calidad como peleador y su juventud.

Desde que Joel pisó por primera vez el gimnasio, quedó atrapado por los tentáculos del respeto, el sacrificio y la disciplina que representan las MMA en su práctica diaria. Comenzó a entrenar algunas de las facetas que incluye este joven deporte –apenas cuarto de siglo de vida– como son el boxeo, kick boxing, jiu-jitsu o la lucha cuerpo a cuerpo. Con una constitución privilegiada, 189 centímetros encuadrados en 70 kilos en la váscula el día antes de las competiciones, vivió una exitosa etapa en la categoría amateur. Era la época en la que en su gimnasio retumababa al unísono la frase «este guaje ye un fenómeno». Así nació su apodo que los presentadores enuncian cuando acude al frente de batalla deportiva.

Más pronto que tarde decidió dar el salto y enfundarse las guantillas de cuatro onzas, herramienta que pertrecha las manos en los combates profesionales. «El Fenómeno» ha ido encadenando triunfos hasta lograr un récord profesional de 13 victorias y solo una derrota. Su dedicación exclusiva al deporte ha sido clave para obtener una progresión estratosférica en una disciplina tan compleja. «Antes trabajaba, pero ahora solo lo hago en un bar los sábado de noche como portero. El resto lo dedico todo al deporte, entreno todos los días de la semana», relata Joel en su encuentro con ABC desde el gimnasio del Estadio de Vallecas, donde el luchador madrileño Javier Fuentes , buen amigo suyo, hace las veces de hospedador deportivo y le ayuda en su campamento de entrenamiento para su próximo combate.

En constante progresión, gracias a sus fieles entrenadores «Omar, Marcos, Borja, Pepín y Pablo 'Chino'», ahora le ha llegado una de las peleas más complejas a las que se ha enfrentado en su carrera, pues se medirá el próximo 29 de septiembre al experimentado brasileño Julio César Alves en el evento AFL 16, en lo que podría ser la antesala a jugarse el cinturón del peso ligero –70 kilos– que todavía yace en el imaginario de esta organización. Joel se ha convertido en un luchador franquicia. «Cuando empecé con AFL me hizo mucha ilusión. Tampoco me esperaba que llegase a pelear tanto (será su quinto combate en la empresa). Se está dando bien y me veo a gusto. Aquí pelean los mejores atletas nacionales», apunta el gijonés. El éxito progresivo del que disfruta no es una obra divina . Mientras algunos de sus conciudadanos pueden estar planteando un viaje a la exótica playa de Gulpiyuri, «El Fenómeno» rueda sobre la lona o embate unos sacos a los que iguala en altura. Día tras día. Con disciplina militar. «Me levanto, hago mi cardio en ayunas, voy al gimnasio a entrenar. Algún día hago físico, otros manoplas de boxeo, otros con guantillas la parte técnica. Y luego por las tardes imparto clases y entreno con otro compañeros haciendo sparring», relata. No hay tiempo para distracciones, la constancia es la llave del triunfo. « Es mi trabajo. Algunos trabajan en las oficinas, en la obra o en los supermercados, yo trabajo en el gimnasio. Es mi forma de vida» .

Un luchador vertical con presión añadida

«El Fenómeno» es un luchador que se podría catalogar como moderno. Es decir, completo en todas las facetas del juego , sin depositar todas las fichas a un determinado modo de lucha. Aunque su récord puede llevar a engaños –12 batallas ganadas por sumisión–, el asturiano se considera un guerrero «vertical». «Me siento muy cómodo en el 'striking', peleando arriba. Luego cuando me quieren llevar al suelo también tengo mis ases en la manga con el grappling y el jiu-jitsu», cuenta. Tanta es su confianza en el golpeo, que su única derrota, la cual valora como un punto de inflexión en su carrera, llegó por una mala decisión en la ejecución de la estrategia durante su pelea en la compañía de alto rango rusa M-1 Global. «Simplemente plantee mal el combate, no busqué derribarlo rápidamente como me habían recomendado. Venía de tener dos victorias internacionales seguidas, iba con un 5-0 y me veía confiado, no tenía miedo. Sí que era el momento de acudir a Rusia, perdí y no hay más. Si sabes que siempre vas a ganar no tendría gracia», reconoce con humildad. Pero un traspié no supone un problema si tienes la capacidad de aprovechar el agrio acontecimiento. « Yo sinceramente aprendí más de la derrota que de las victorias . Vi que me quería dedicar de lleno a esto», zanja.

Formar parte de una hornada de jóvenes luchadores nacionales con grandes expectativas en competición internacional es un privilegio, pero la constante exposición y el estar en boca de los habitantes del mundillo MMA puede generar cierta ansiedad en la búsqueda de los grandes objetivos. «Es una presión bastante grande. La gente te habla como si siempre fueses a ganar y es difícil. Te preguntan: "¿Cuánto va a durar el próximo rival?" Y les digo: "¿Cuánto duro yo? Es complicado". Eso del récord está muy bien pero a la vez es un poco una maldición, todo el mundo tiene la confianza de que vas a ganar y no siempre tiene que ser así», dilucida Joel. Aunque las artes marciales mixtas españolas experimentan un momento dulce con el fichaje de varios atletas por grandes organizaciones, la realidad es que todavía viven en una adolescencia deportiva. Es por ello que el gijonés es partidario del exilio voluntario en la búsqueda del siguiente escalón en la formación de este complejo arte. «Veo imprescindible moverse por España y, si te lo puedes permitir, salir al exterior para entrenar con distinto tipo de gente para aprender diversas técnicas. Yo he entrenado en el Sutemi de Sevilla, en el Taz Jinamar de Canarias, en Madrid... O incluso en el London Shootfighters –el lugar donde se preparan luchadores de la talla de Michael «Venom» Page –, en cada sitio aprendes una cosa», explica.

En el turismo deportivo radica el camino principal para importar las técnicas y métodos de entrenamiento que poseen en países más desarrollados en la lucha como Estados Unidos o Rusia. No obstante, en territorio patrio cada vez crece más la afición por este deporte gracias a las nuevas plataformas de difusión y al incansable trabajo que se hace desde muchos gimnasios del país. «Las MMA nacionales están muy bien, estamos despuntando. Animo a todos que sigan así porque creo que estamos ahí. No estamos al nivel de Estados Unidos ni de Rusia, pero, por ejemplo, Dani Barez está triunfando en BAMMA (una gran organización británica), Ilia Topuria ganó en Cage Warriors (una potente competición fundada en Londres). ¡No tenemos que tenerle miedo a nada!», exclama Joel. El asturiano divisa un horizonte ambicioso, enfocado a unos objetivos graduales. «A corto plazo quiero el cinturón de AFL, a medio plazo estar peleando en una gran liga internacional y a largo plazo seguir dando clase a los niños y a otra gente y expandir y fomentar este deporte», desgrana. No son pocas las miradas que se ciercen sobre este luchador, conscientes de que, si las lesiones le respetan, copa grandes opciones para llenar de alegrías al panorama nacional. El tiempo lo dirá. España tiene una esperanza fenomenal .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación