Atletismo

García Bragado y una cuarentena optimista

«La ilusión por estar en la última ocasión de la marcha puede más que las señales que me manda el cuerpo»

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Su nombre es sinónimo de Juegos. Espera cumplir en Tokio 2020 su octavo sueño olímpico, después de coleccionar diplomas -cuarto en Pekín 2008 y quinto en Atenas 2004- y participaciones además en Barcelona 92, Atlanta 96, Sídney 2000, Londres 2012 y Río 2016. Afina su cuerpo, que acumulará 51 primaveras para el próximo verano. La mente no la necesita entrenar; las ganas de Jesús García Bragado por continuar dejando huella en la historia de los 50 kilómetros marcha están intactas. O más altas que hace unos meses, como él mismo confiesa en una videoconferencia con varios deportistas a los que dobla la edad y con los que participa en la acción solidaria «La selección española de los deportistas anónimos» , de Joma y el Comité Olímpico Español.

«Supongo que la experiencia y la edad que tengo me han hecho ver en este parón y en este confinamiento una oportunidad donde otros han visto un fastidio. Está claro que si tuviera 25 años me estaría subiendo por las paredes, pero ahora lo veo como una buena noticia que se alargue el ciclo olímpico hasta 2021. Tengo un año más para resolver los problemas que se me iban acumulando, sobre todo articulares , después del Mundial de Doha -fue octavo- y todo lo que conllevó el calor», admite.

Una oportunidad que él no dejará pasar. Presupone la última, aunque nunca se puede fiar uno de un atleta excepcional que bate récords de longevidad con un altísimo nivel competitivo. En Río 2016, ya con 46 años, quedó vigésimo y único español en terminar, y asumió que sería su último paso en el olimpismo. «2017 me lo tomé sabático, pero vi el Mundial y tuve claro que quería clasificarme para Tokio. Con 50 o 51 años, para mí no cambia mucho». Le motiva más si cabe porque puede ser la última vez que se vea en el programa olímpico la prueba de 50 kilómetros marcha. «El olimpismo ha cambiado mucho. Con el tipo de deportes que se van añadiendo, ahora es cada vez más difícil encajar una prueba como esta, que te lleva unas cuatro horas y media. La ilusión por estar en la última ocasión de la marcha puede más que las señales que me manda el cuerpo ».

Terreno inexplorado

Bragado admite que en un año hay más opciones de lesionarse, pero se conoce de sobra. «En 2018 me clasifiqué para el Europeo y tuve una rotura muscular una semana antes. Con esta edad, no hay milagros, me tuve que retirar. Tenía que hacer cosas nuevas, como hag ahora: recuperar el gimnasio, ir a la piscina, tocar las pesas, que hace años me resultaría impensable y ahora es necesario. Tenemos un sistema sanitario que no le envidia a ninguno y con los avances sobre todo en medicina deportiva, te permiten estar cada vez mejor para afrontar carreras largas con más 35 años que quieren continuar en activo, como Valverde, por ejemplo».

Además de historia, también deja consejos: «A los que estaban todavía un poco tiernitos, este año de prolongación les puede servir para llegar un poco mejor y coger toda la experiencia posible. Como yo lo hice en Barcelona 92, que fue un máster de deporte y competición». De camino a sus octavos Juegos, con 51 años, García Bragado es «un conquistador»: «El que abre la maleza en territorio inexplorado viendo cómo puede responder el cuerpo a esa edad . Y que en lugar de que tenga 50 años que parezca que tenemos 20 o 30 menos».

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