Coronavirus

Los peligros del running: «No estamos hechos para correr»

Miles de personas sin hábito adquirido se han echado a las calles, lo cual puede presentar serios riesgos para la salud

La multimillonaria ruina del fitness

Vídeo: Consejos para hacer running tras el confinamiento

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Lo más normal es que uno llegara con ganas de comerse el mundo, dispuesto a exprimir hasta la última gota de sudor después de una época tranquila, por no utilizar palabras más afiladas, ansioso por rescatar de la memoria sus mejores días en esto del deporte. La realidad, cruda como es, se habrá encargado de dejar en cueros aquellos anhelos de endorfinas liberadas tras una modélica sesión de carrera por las reabiertas calles de la ciudad, tristemente convertidos hoy en un amasijo de lesiones, agujetas y resignación que devolverá a las zapatillas de deporte a su confinamiento habitual: el del fondo del armario.

El inicio de la desescalada puesta en marcha por el Gobierno para rebajar las restricciones que fueron impuestas ante los efectos de la crisis del coronavirus en España desembocó en una estampa que homogeneizó todo el territorio. Las imágenes eran tan unívocas como cuando el país se echaba a la calle para festejar un éxito de la selección española. El pasado 2 de mayo , se mirase para donde se mirase a eso de las nueve de la mañana, no se veía más que gente corriendo, como si lo que se hubiera inaugurado fuese una carrera popular a escala nacional.

Quien sabe del asunto, caso del doctor Christophe Ramírez , jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Atletismo y director médico de la clínica HLA Doctor Sanz Vázquez de Guadalajara, apela a una cordura que por momentos parece perdida. «Hay que ser súper cautos en cuanto a cómo correr, cuándo y por qué. No nos damos cuenta de que no tenemos la técnica, no sabemos correr y nos hacemos daño. Además, la gente que lleva tiempo corriendo está adaptada, cosa que en la mayoría de nosotros no pasa. Hay que ser conscientes de nuestras limitaciones», expone cuando se le pregunta por toda esa gente que ha visto en este desconfinamiento una oportunidad perfecta para abrazar el hábito del ejercicio.

«En una persona de cierta edad, más fácil todavía si son mujeres después de la menopausia, la cosa puede terminar en una fractura, por no meternos en problemas cardíacos o renales», alerta el médico. Poco más que correr se puede hacer en España desde entonces, especialmente en las provincias que se mantienen en la fase 0 . Es por ello que muchos aficionados al deporte ven limitadas sus posibilidades a un trote ligero en las franjas marcadas para ello, por más que lo que realmente quisieran fuese jugar un partido de pádel o de fútbol sala, las dos disciplinas más practicadas en España a nivel no federado. Estas ansias se incrementan por culpa del exceso de lastre acumulado durante la cuarentena, entre tres y cinco kilos de media según los datos que se contemplan en nuestro país.

Coincide este afán con las declaraciones recientes de un mito del deporte como Tiger Woods , quien en un vídeo grabado para GolfTV hace unos días dijo que, si pudiese hablar con su yo del pasado, le recomendaría no correr tanto como en su juventud él hizo. «Destrozó mi cuerpo», expuso el estadounidense, castigadísimo por las lesiones, con las rodillas y la espalda como puntos críticos. En sus inicios en el circuito PGA tenía por costumbre correr cuatro millas por la mañana (unos seis kilómetros y medio) y otras cuatro después de su sesión de pesas y de práctica en el campo.

El problema no es la edad

«No estamos diseñados para correr, terminamos presentando lesiones . El problema no es la edad sino los kilómetros. Hace unos años, hubo un maratoniano que consiguió hacer uno a los noventa y pico años, seis o siete horas, pero lo hizo. Me preguntaban si era normal. Depende de cuándo hubiera empezado. Si empezó a los sesenta es más entendible que si lo hizo a los quince», explica Ramírez.

Las zapatillas son otro punto de conflicto habitual, extendido como está el hábito de calzarse cualquier cosa con tal de que sea de corte deportivo. «Parecen algo simplón, pero son toda una obra de ingeniería. Admiro a la gente que va con material antiguo. Y también los que van con todo nuevo. Lo que es cierto es que para empezar no necesito la zapatilla del campeón del mundo de maratón, entre otras cosas porque a mí, que peso mucho más que él, no me valdría de nada», puntualiza. Según su punto de vista, lo ideal para la población sedentaria sería «hacer un poco de todo y mucho de nada. Un día correr quince minutos, otro salir en bicicleta… Y que de primeras nos sepa a poco, no llegar a casa y decir: “Vaya paliza me he metido”». Finaliza su exposición con un lema que habría que estampar en la puerta de casa: «Correr mal es muy peligroso; correr bien, mucho menos».

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