Automovilismo

Carlos Sainz alcanza su nirvana

Después de ganar el Princesa de Asturias, su hijo dice que «ahora sí que sí se puede retirar tranquilo»

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El año 2020 de primavera trágica para la humanidad está resultando prolífico y triunfal para el universo Carlos Sainz. El patriarca de la saga brindó en enero por su tercer Dakar, conquista singular pues lo obtuvo con 57 años. A principios de mayo logró un reconocimiento en su ecosistema de los rallys, al ser nombrado mejor piloto de la historia por delante de grandes leyendas de la especialidad. El 15 de mayo se hizo oficial la noticia que probablemente más feliz le ha hecho: su hijo Carlos Sainz jr fichó por Ferrari en la Fórmula 1. Ayer, Sainz padre volvió a un primer plano inesperado para un deportista de su edad: ganó el premio Princesa de Asturias de los Deportes que tanto ansiaba y que había perseguido con tenacidad.

«Es el premio más especial y el que más ilusión le hacía», admitió su hijo Carlos, que ya se encuentra en su domicilio al sur de Londres preparando el inicio de la F1. «Es un reconocimiento único que hay en España y en el mundo a los deportistas».

En una sesión telemática, obligatorio el sistema por las secuelas del coronavirus, el jurado compuesto por exdeportistas y periodistas estudió las 17 candidaturas de diez nacionalidades para, finalmente, otorgar el galardón a Carlos Sainz. Marc Márquez también optaba al premio

La candidatura de Sainz fue propuesta por el exdirector de ABC Luis María Anson, premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 1991, y apoyada, entre otros, por los premios Príncipe de Asturias de los Deportes Rafael Nadal (2008), Íker Casillas (2012) y Pau Gasol (2015).

La historia de Carlos Sainz es la de un luchador apasionado por el motor y el deporte que se resiste a colgar el casco, según ha proclamado con razón en diferentes mensajes. «No importa el DNI, sino los tiempos del cronómetro».

El reloj ha decretado tantas veces que la sabiduría y la ambición de Sainz están muy por encima de los rigores de la edad. El piloto tiene una hernia discal, la rodilla reconstruida, una dolencia crónica en el hombro y 58 años, aunque su preparación es digna de un veinteañero. Cada septiembre empieza un programa de entrenamiento específico , que en años anteriores incluía concentraciones en altitud o cámaras de hipoxia como los ciclistas o los atletas. Cumplió 58 años el pasado 12 de abril en confinamiento, en lo peor de la pandemia, que ha pasado en su residencia a las afueras de Madrid junto a su familia (su esposa Reyes Vázquez de Castro, sus hijas Blanca y Ana y su hijo Carlos).

«Es un orgullo y una satisfacción recibir este premio y entrar a formar parte de esa lista tan especial de deportistas. Agradecer a la Fundación y miembros de jurado que hayan pensado en mí. Este premio que me hace tanta ilusión...», expresó Sainz.

El cronómetro ha ensalzado las virtudes sobre la arena o el asfalto del conocido como «Matador», su apodo taurino, ahora que Hamilton atiza a la tauromaquia, y que se lo adjudicó el finlandés Juha Kankkunen allá por los noventa según dictaban los tópicos de siesta, flamenco y toros. Sainz ganó los Mundiales de rallys en 1990 y 1992 con el Toyota Celica que pilotaba junto al inefable Luis Moya , y obtuvo 26 victorias de las 196 pruebas que disputó.

Excampeón de squash

Hijo de un empresario de la construcción y cónsul de Bolivia en Madrid, Antonio Sainz, se crió en la exclusiva urbanización Somosaguas y fue al colegio Retamar de Pozuelo (Madrid). Entusiasta de los coches desde adolescente, aparcaba los vehículos de los invitados a su casa siendo menor de edad y hacía trompos cuando un empleado de su padre le llevaba al colegio . Excampeón de España de squash y expracticante del atletismo y el boxeo, Sainz es un hombre tímido de fuertes convicciones y elocuente en la argumentación.

Por encima de los pasajes tristes (aquel «trata de arrancarlo, Carlos, por Dios» de Luis Moya, la avería más célebre de la historia del automovilismo cuando iba a ganar su tercer Mundial), quedó la imagen de un deportista inoxidable que siempre peleó por la victoria en todas las circunstancias. «Compito para ganar, no para estar», dijo en una entrevista a ABC.

Se retiró del Mundial en 2004, con 42 años, pero descubrió otra pasión, el Dakar y sus misterios para conducir en el desierto.

Debutó en el Dakar en 2006 y lo ha convertido en su prueba fetiche. Ha ganado tres veces (2010, 2018 y 2020) con tres marcas distintas (Volkswagen, Peugeot y Mini), lo que explica su versatilidad para adaptarse a todo tipo de condiciones. Sainz ha sido uno de los mentores que ha instruido a Fernando Alonso , exitoso debutante en el Dakar 2020.

«Ahora sí que sí se puede retirar tranquilo. Aunque, no sé por qué, dudo que lo haga. Él sigue hambriento y con ganas», enfatizó su hijo Carlos.

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