Toros en Sevilla. Feria de San Miguel

¿Cuántos cinqueños quedan por lidiar?

El excedente de toros en el campo ha provocado que muchos ganaderos sólo lidien sus camadas de cinco años

Antonio Ferrera lidió un toro que pesó 630 kilos en la báscula de la Maestranza Raúl Doblado

Jesús Bayort

La pandemia del coronavirus sigue muy presente en el mundo taurino. Y no tiene visos de solucionarse. Una crisis bastante más peligrosa que la económica es la sobreproducción ganadera . El exceso de estocaje en las dehesas está provocando que aquello que parecía una circunstancia ocasional se imponga ya como una norma casi reglamentaria. El cinqueño ha llegado para quedarse . Porque son pocos los que están dispuestos a conformarse con los 500 euros del matadero .

Se comprende que llegado el veranillo de San Miguel el toro tenga mayor cuajo que en el mes de abril . El sentido común nos dice que en las postrimerías de septiembre el animal estará próximo a los cinco años. Pero la sinrazón nos impone ahora al que ronda las siete hierbas . Cuatro de los seis toros de Fuente Ymbro no se podrían haber lidiado dentro de treinta días. Aquí hay dos claros triunfadores : el ganadero , que les da salida; y José Muñoz , carnicero que los desolla.

Si nadie pone fin a este despropósito, el cinqueño-sexteño se acabará convirtiendo en un mal endémico . Porque si lidiamos en 2021 la camada de cinco años, en 2022 volveremos a tener otra camada completa de cinco años . Y se preguntará algún despistado: «¿Y qué importa eso?». Pues que se lidia un toro con el sentido más desarrollado y que llega desfallecido al último tercio por el exceso de kilos.

El primero de Antonio Ferrera traía buenas intenciones. Pero se quedaba en eso, en buenas intenciones. ¿ Cuántos toros con 630 kilos aguantan dos vueltas al ruedo de salida, cincuenta capotazos, dos puyazos, tres pares de banderillas y siguen con fondo para la muleta? Es que pedimos mirlos blancos . Para tirar del simpecado de Umbrete hubiera sido el ideal.

Ricardo Gallardo hubiera lidiado la corrida perfecta en la Feria de Abril de 2020 . Los tres primeros eran espectaculares de hechuras . Posiblemente, los más 'sevillanos' de lo que llevamos de serial. Pero venían pasados: de kilos, de edad y de seriedad .

La Feria de San Miguel empieza a resultar discretísima , por ser benévolo, en el apartado ganadero. Los toros de relevancia se siguen contando con una mano . Y sobran dedos. Y el público, con toda la razón, empieza a cansarse. En la feria ganadera de Zafra se ven limosines más vareados .

No soy ignorante: sé que económicamente los ganaderos han soportado, y soportan, una auténtica tragedia . Pero la Maestranza no es ninguna línea de ayudas específicas . A Sevilla debe venir el que tenga la categoría –y el bolsillo– de sacrificar una camada para partir desde cero .

Llega un momento en que los toreros, los empresarios y los aficionados deben oponerse a este despropósito. No voy a insistir más en aquello de que hemos perdido el ‘toro de Sevilla’ –que lo hemos perdido–, porque ahora tengo una preocupación mayor: el toro bravo ha desaparecido para darle paso al buey de carreta .

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