Toros en Sevilla. Feria de Abril 2022

Los toreros comprometen a Ramón Valencia: hay que dar una corrida el 15 de agosto en la Maestranza

El ecijano Ángel Jiménez se destapó tras cortar una oreja en la corrida de seis toreros sevillanos; mismo premio obtuvo el camero Oliva Soto

Ángel Jiménez, en un cambio de mano al sexto de la corrida Juan Flores

Jesús Bayort

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Aún no había asomado mi cabellera pelirroja por la grada del 5 cuando un aficionado carloteño me recibía a portagayola. Parecía estar esperándome para trasladarme su descontent o por la cantidad de ladrillos que se veían en cada tendido. Me recordaba aquella frase lapidaria de Jesulín de Ubrique : « Los aficionados caben en un autobús ». «Sí, en el del Betis», le contesté yo. Ciertamente llevaba razón ese señor. Y no me creerán si les digo que a mí me interesaba más esta corrida que muchas de las que se anuncian en farolillos . Por varios motivos: era un cartel inédito, con denominación de origen sevillano ; y con una ganadería aún por descubrir, de la que consta que le abre las puertas a todos los toreros de la tierra. En definitiva, una tarde más de venir a ver que de venir a ser visto .

Acertó la empresa Pagés en no denominarla como antiguamente se hacía en estos casos: « corrida de la oportunidad ». Porque no lo era. Más bien se podría considerar la corrida 'del compromiso' . El compromiso que llevó a Ramón Valencia a confeccionarla dos días antes de presentar el serial. Y paradójicamente, el compromiso que ahora debe adquirir con los seis actuantes . Pues no es que haya sido la empresa quien haya cumplido con ellos, sino que han sido ellos quienes han cumplido con la escasa pólvora ofrecida . Llevar una escopeta de doble caño no asegura que se vaya a cobrar una pieza; llevar un único cartucho en la canana, menos.

Los sevillanos estuvieron bastante por encima de la corrida , que era honda y ofensiva. Algunas caras 'recogidas' encubrían dos puntas como leznas, que en vez de amilanar a los coletudos consiguieron que mostrasen sus respectivas versiones más serias y comprometidas de cuantas habían registrado sobre el albero maestrante. Y el resultado fue proporcional al material que cada uno tuvo en sus manos: orejas para los que se llevaron los mejores astados y ovaciones para los demás.

Los prolegómenos de la corrida traían a la mente aquello de « cuando toca, ni aunque te quites; y cuando no te toca, ni aunque te pongas ». Los seis toreros más 'modestos' del abono, ante la mayor adversidad del ciclo: un único toro para cada uno, fuera del ciclo continuado, sin televisión que los proyectase y para colmo ganó el Betis la Copa del Rey . Que bendita sea. Pero resulta que a la misma vez que ellos ponían un pie sobre la calle Iris, el plantel verdiblanco paseaba el trofeo por los alrededores del coso. Menos mal que se suspendió la corrida de Villaluenga del Rosario . Morante volvía dejarse televisar en abierto, y por Canal Sur, a la misma hora que el festejo maestrante. « ¿Qué más nos puede pasar? », pensarían.

Así las cosas, hacían nuevamente el paseíllo en Sevilla. Algunos de ellos llevaban varias temporadas sin hacerlo. Por cierto, que no hubiera estado de más un minuto de silencio en memoria del recién fallecido Emilio Moreno (hijo), tantas veces por el tendido o por el callejón de la plaza. Y como era de esperar, los nervios eran manifiestos entre los alternantes: hubo un pequeño lío a la hora de colocarse en el paseíllo y Oliva Soto comenzó a saludar sin esperar al resto durante la ovación que el público les dispensó a los seis como gesto cariñoso de acogida. Rápidamente lo subsanó e invitó a los compañeros. Fue ese quizás su mayor momento de desatino de la tarde.

Artísticamente estuvo impecable el camero . Lanceó hasta los medios al primero de la tarde, que se había partido la badana del pitón en un remate al burladero. Aún más astifino se quedó . El de Virgen María traía buen son, pero olvidó en El Ronquillo el depósito de fuerzas y transmisión. No fue ese impedimento para que el « gitano y de Camas » –así se publicita– le sacara el máximo partido: lo cuidó en varas y entendió por ambos pitones . Más con la diestra, por donde se aplomó como pocas veces se le recordaba. Confió en que el toque seco despertaría a la bestia. El empaque y el pellizco calé rápidamente conectaron con los tendidos. Fue sonada la ovación tras un parón del animal, durante el transcurso de un cambio de mano. Pasó la prueba del algodón y el «ay» se tornó en «ole» . El epílogo de la faena fue inconmensurable con varios derechazos de frente, con el compás abierto. Aunque la estocada no resultó tan efectiva como se esperaba, le permitió cortar la primera oreja de la tarde .

Cumbre de Jiménez

Idéntico premio se llevó el astigitano Ángel Jiménez con el 'cierraplaza'. El destino había brindado la tarde a los toreros de pellizco . Porque el ecijano de eso anda sobrado. Ahora, desprendido del otrora exceso de amaneramiento. Su labor fue la gran 'tapada' de la tarde . Los primeros tercios transcurrieron sin pena ni gloria hasta que echó mano de la franela. En el inicio ya atisbó cosas especiales, como un cambio de mano en el que desmayó completamente la figura . Ese desmayo acompañó toda la obra, sin olvidarse nunca de componer y encajar su talla. El trasteo se impregnaba con momentos de suma torería, como algunos ayudados y doblones que se intercalaban entre el toreo fundamental. Supo darle tiempo al animal y espacio a su obra. Llenó al escenario. Y rubricó todo aquello con una excepcional estocada .

Menos suerte corrieron sus compañeros. Esaú Fernández se enfrentó al más áspero y desclasado de toda la corrida. El segundo de Virgen María fue como una botella de gaseosa , lo echó todo al abrirse. Venía como un rayo a la muleta del camero, aunque carente de ritmo y calidad. Cuando Esaú lo quiso apretar, se desfondó . Y en ese trance de aplomo s e dejó llegar los pitones al raso de la chaquetilla . Le hubieran pedido la oreja de acertar con la espada.

A Javier Jimenez le cantaron su toreo a la verónica , sin enmendar la posición y lanceando con despaciosidad. Paradójicamente, el tercero tenía fondo de mansedumbre , que no de bravura, y terminó derrotando a las virtudes iniciales. Mientras las rajadas afloraban, Jiménez dejó profundos pasajes con la diestra y se impuso a las coladas por la zurda. Después salió Borja, que juega con el hándicap de ser el pequeño . Siempre tapado por la sombra del hermano mayor. Una situación que no le hace justicia a un torero que demostró tener unas maneras especiales que invitan a confiar en él . Apenas se viste de luces, pero tiene seguridad, capacidad y plasticidad en su toreo . En el quite al tercero dejó una larga cordobes a digna de plasmarse en un cartel de toros. No hay que perderlo de vista.

Lama de Góngora volvió a evidenciar la solvente técnica que tiene. Su oponente echó el freno tras derribar al caballo y pasar un largo tiempo empleándose sobre el peto. Cuando le cerraron el toro en el burladero, el animal ya no andaba .

Por resumir todo lo escrito, estos toreros merecen volver a Sevilla . Y que mejor que hacerlo con la reapertura de la Maestranza por la festividad de la Virgen de los Reyes . En manos de Pagés queda la cosa.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación