Feria de Abril de Sevilla 2019

Debutar con la corrida de la feria

El ganadero Santiago Domecq presenta en Sevilla un excelente y emocionante encierro con un toro de vuelta al ruedo

Miguel Ángel Perera y Aperador Raúl Doblado

Lorena Muñoz

La tarde tenía muchas connotaciones especiales. Recordaba Eva Díaz Pérez en un delicioso artículo el comienzo de la Exposición Iberoamericana de 1929 tal día como hoy de hace 90 años. Un 9 de mayo que, curiosamente, también fue jueves. Evocamos aquellos años que transformaron la ciudad en plena crisis económica camino de la Plaza de Toros donde nos esperaban grandes emociones.

Debutaba el hierro de Santiago Domecq en la Real Maestranza después de que su ganadero estuviera mucho tiempo pensando en si estaba preparado o no para lidiar en este coso de primer nivel. Y qué nivel el de los toros llegados desde ese lugar paradisíaco situado en la ruta del toro bravo que es la finca «Garcisobaco».

Los toros siempre fueron a más y tuvieron un fondo de casta emocionante. En el festejo nadie se aburrió. Hubo varios ejemplares extraordinarios , el cuarto y el segundo, un grandioso toro de embestida exquisita al que se le dio la vuelta al ruedo. Lo que se dice la corrida de la feria aunque todavía quedan tres y puede pasar de todo.

Era la última Feria de Abril de Manuel Jesús «El Cid» un torero sevillano que alcanzó momentos de gloria en esta plaza. Cuatro Puertas del Principe, 56 paseíllos, 25 orejas, tardes gloriosas con las de Victorino Martin y triunfos perdidos por la espada. Se despedía el diestro de Salteras de su feria y la afición sevillana tuvo la sensibilidad que tiene en los momentos clave, así que lo sacó a saludar al terminar el paseíllo.

Agradeció el gesto el torero que pinchó una faena entonada e hizo un gesto, montera en mano, para indicar que todavía le quedaba otro toro para despedirse de su Feria de Abril . Otra oportunidad para irse con un buen sabor de boca pero no terminó de encontrarse con las distancias. El silencio de Sevilla cayó como una losa. Tendrá una nueva oportunidad en la Feria de San Miguel en su despedida definitiva.

Dispuesto llegaba Paco Ureña -al que tampoco le hubiera venido mal un recibimiento parecido- que volvió a los ruedos en Valencia después de sufrir un gravísimo percance en la Feria de Albacete. Ausente de los carteles maestrantes la temporada pasada aún recordamos las dos orejas que le cortó a «Galapagueño», la tarde en la que Manuel Escribano indultó a «Cobradiezmos».

Venía con ganas el torero de Lorca en la que era su quinta tarde en la Maestranza. Su declaración de intenciones la hizo cuando se echó el capote a la espalda para hacer un quite por gaoneras que picó a Miguel Ángel Perera. Lo hizo todo con pureza y tuvo el gesto de brindar a El Cid pero su actuación no encontró eco en los tendidos.

Pronto vimos que Miguel Ángel Perera tampoco venía de trámite a su segundo paseíllo en el abono. Pendiente a los quites los hizo por chicuelinas y saltilleras y se puso de rodillas en el centro del ruedo donde tragó las arrancadas de «Aperador» un excelente toro de Santiago Domecq que no paró de embestir con tal clase y humillación que dejó a todos sin aliento. Acostumbrados a muchas tardes en las que no se ven toros así, la oreja supo a poco.

Y en esta magnífica tarde de toros hay que destacar el gusto que da ver a Javier Ambel y Curro Javier que se desmonteró con las banderillas y tras una magnífica lidia. Esas son las cosas que sabe ver Sevilla.

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