Coronavirus Sevilla

Pedro Algaba cierra su tienda taurina tras treinta años en Sevilla: «Esto ha sido la puntilla definitiva»

El carismático sastre taurino continuará con los encargos privados en su taller, aunque ya no estará abierto al público general

La sastrería de Pedro Algaba era uno de los comercios más reconocidos del barrio del Arenal Raúl Doblado

Jesús Bayort

Sevilla ha perdido la única sastrería de toreros que existía en la ciudad . Un escaparate taurino abierto a todos los públicos que cerró con el anuncio del estado de alarma y que no volverá a levantar la persiana debido a la dramática situación que afronta la tauromaquia y la economía general.

La vulnerabilidad de todos los actores de la Fiesta Nacional frente a esta crisis del covid-19 es sobradamente conocida. Además de toreros, ganaderos y empresarios, hay un tejido económico que se ha visto dañado de extrema gravedad y que difícilmente podrá reanudar. Éste es el caso de Pedro Algaba: «Si yo abriera ahora mismo la tienda no vendería nada . Los toreros no están en momento de encargarse cosas».

El sastre taurino ha decidido prescindir de su tienda de la calle Adriano , aunque asegura que seguirá trabajando para los toreros de manera privada en su taller . Cabe recordar que su hermano Justo Algaba posee en Madrid una de las principales sastrerías de toreros del mundo.

La tienda de Pedro Algaba, por su singularidad y diseño, era un reclamo para el turismo que visitaba la Real Maestranza de Caballería . No sólo confeccionaba la ropa y los utensilios de torear, sino que poseía una amplia gama de moda taurina , cuyos complementos destacaban por sus detalles toreros.

Según ha explicado a ABC de Sevilla el propio Pedro Algaba, «l a tienda tenía mensualmente 4.000 euros de gastos fijos ». Durante estos meses ha ido liquidando gran parte del material que tenía almacenado y asegura sentirse « liberado » para volver a empezar de cero: « Me gustaría volver a abrir otra tienda dentro de unos meses , cuando la actividad se retome y pueda sostener el negocio. Eso sí, acabo de cumplir 66 años y debo tener los pies en el suelo: si vuelvo, será en un local más pequeño pero no por ello menos atractivo para el público general».

Desde que se inició el estado de alarma sabía que esto sería la puntilla definitiva . Nuestra época fuerte de ventas siempre ha sido durante la Semana Santa y la Feria. En esas fechas la tienda está abarrotada de clientes y profesionales taurinos. La pandemia nos ha sobrevenido en el peor momento para nosotros ».

Pedro Algaba, durante un reportaje publicado en ABC de Sevilla el año pasado Vanessa Gómez

«Tengo como vecino de local a la sombrerería Antonio García . Yo hablaba con su propietario y le explicaba que nuestra situación no era similar: él vendería sombreros en cuanto le dejasen abrir ; pero yo no tendría ahora mismo clientela en mi tienda , ni toreros ni aficionados. Y mucho menos turistas».

Un sastre carismático

La sastrería que montó Pedro Algaba en Sevilla fue pionera a nivel mundial . Su primera tienda l a inauguró en 1990 en la calle Virgen de Loreto y fue la transformación de la clásica sastrería madrileña que recibía a los toreros en privado dentro de un piso, a la apertura del negocio a todos los públicos, dándole visibilidad a pie de calle .

Los toreros coincidían en el mismo establecimientos con aficionados o curiosos que merodeaban la tienda. Pedro venía de haber estado al cargo del taller de su hermano Justo en Madrid y había adquirido experiencia propia en México durante 8 años. «Conocí todos los eslabones de la cadena: mi primer trabajo fue entregar los vestidos en los hoteles durante los días de corrida».

Tras la importante llegada de público de aquella primera tienda, se trasladó unos años después a Virgen de Begoña y en 2004 consiguió que los maestrantes le alquilasen uno de sus locales de la calle Adriano . «Ese fue el éxito total. Recuerdo que coincidió el traspaso con una Semana Santa y la gente alucinaba cuando veían este escaparate. Se formaba cola para entrar en mi tienda . Vivimos años muy bonitos hasta el 2010, cuando la crisis ya era notoria para todas las sastrerías».

Por el momento s eguirá trabajando desde su taller privado y, como siempre, de la mano de su hermano Justo. Sus vestidos oscilan entre 1.800 y 6.000 euros . Aunque hubo un vestido que sobrepasó los límites de la cuantía: el que estrenó Espartaco con motivo de la inauguración de la Expo, que llevaba más oro de lo que usualmente se utiliza. Entre su tienda y la de su hermano Justo han mantenido cuarenta puestos de trabajo directos : cordoneras, bordadoras, muletilleras, etcétera.

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