Cogida a Florentino Ballesteros
Cogida a Florentino Ballesteros - ABC

Tragedia en la plaza de Madrid: cien años de la muerte de Florentino Ballesteros

El diestro aragonés, criado en el hospicio, fue cogido en el costado por un toro de Benjumea la tarde del 22 de abril

ZARAGOZA Actualizado: Guardar
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En la madrugada del 24 de abril de 1917 murió en Madrid Florentino Ballesteros tras sufrir dos días antes una gravísima cogida en el coso de la capital, cuando el diestro aragonés apuntaba a ser una de las primeras figuras del toreo de la llamada Edad de Oro. Joselito el Gallo había puesto sus esperanzas en él, le dio la alternativa y le acompañó en el cartel de su última tarde.

Ballesteros protagonizó con su paisano Herrerín una apasionada competencia que obligó a ampliar la plaza de Zaragoza, aunque ninguno de los dos pudo ver la reforma finalizada, los dos murieron antes de forma dramática en la arena de una plaza de toros.

El entierro del infortunado Ballesteros fue una de las manifestaciones de duelo más intensas y masivas que se recuerdan en la capital aragonesa.

Ballesteros, en el ruedo tras el brutal percance
Ballesteros, en el ruedo tras el brutal percance - ABC

El día fue terrible. El doctor Mascarell no se apartó de la cabecera del herido. A la una de la madrugada del 24 se agravó su estado. «A las dos y veinticinco falleció. Rodeaban el lecho del infortunado Ballesteros, su mujer, su suegro, la cuadrilla, sus paisanos y compañeros de profesión, Perlita, Casas, Pinturas, su cuñado Rubio, banderillero de la cuadrilla, y otros». Allí se instaló la capilla ardiente a la que llegaron personalidades aragonesas, y entre las primeras Basilio Paraíso.  

Zaragoza quedó conmocionada y lloró en la calle a su héroe. En el Hogar Pignatelli, la casa en donde se crió Ballesteros, se produjeron escenas  desgarradoras. La Diputación sufragó la sepultura en la que nunca han faltado flores, hasta que fue ultrajada hace unos años al desaparecer el busto de bronce que coronaba el panteón.

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