Oreja para El Juli en una corrida de Alcurrucén para el olvido

Descastado y sin fondo, el conjunto ganadero lidiado en Castellón fue un fiasco

El Juli ABC

Rafael Carrión

Abanto de salida fue el primero de la tarde. Pese a no emplearse con el caballo, llegó quedándose muy corto y sin fuerzas a la faena de muleta . Morante, cuando quiso intentar torearlo por el lado derech,o sufrió una colada que le llevó a la determinación de tocarle costados y despacharlo de media perpendicular y baja y dos descabellos.

Con muchos pies salió el cuarto, al que Morante recibió con unas verónicas, las cuales le salieron en su mayoría enganchadas, pero el público con ganas de ver triunfar a Morante las aplaudió sin venir mucho a cuento. Un puyazo largo y trasero terminó con el empuje del toro y, pese a los intentos del sevillano, el animal no tuvo fuelle para seguir la muleta. Media estocada y un descabello dieron paso a una ovación del entregado público de Castellón.

También salió abanto el segundo, pero El Juli consiguió recogerlo para terminar dándole tres verónicas y una media de buen trazo. Este ejemplar, que tuvo mucho más empuje que el anterior, llegó con buen son a la faena de muleta, donde El Juli le exigió en unas primeras tandas con la derecha de mano muy baja. Luego el toro se vino un tanto a bajo y el madrileño optó por acortar distancias terminando su labor con unas luquecinas que llegaron con fuerza al tendido. Pese a matar de una entera trasera y dos descabellos le concedieron un trofeo.

El quinto, segundo del lote de El Juli, tampoco le dio opciones para poder redondear su tarde con éxito. Porfió el madrileño pero terminó por empuñar pronto el estoque de matar y quitárselo de encima de una casi entera y un descabello.

Después de ver como se desenvolvió el tercero de la tarde durante los dos primeros tercios, poca gente apostaba por que el de Alcurrucén rompiera a bueno en la muleta. Y Pablo Aguado fue de esos pocos, a pesar de que el toro tuvo tanta nobleza y recorrido como escasez de calidad en sus embestidas, siempre salió con la cara alta y algo desentendido. Sobresalieron unas primeras series por el pitón derecho, aunque un tanto despegadas. Se le atragantó el uso del verduguillo y se disipó la posibilidad de obtener un trofeo. También salió abanto el sexto, no dejando que Aguado pudiera lucirse con el capote. Después de un puyazo, el toro se paró por completo imposibilitando que Aguado pudiera lucirse. Ante la insistencia del respetable, el sevillano entró a matar, volviendo a demorarse en exceso.

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