Retrato de José Tomás, obra de Berchen
Retrato de José Tomás, obra de Berchen - N. GALLEGO

Retrato de José Tomás hecho con sangre de toro

El artista Jesús Alonso «Berchen» pinta una impactante obra valorada en 120.000 euros

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Su intención era retratar una escena taurina, pero una fotografía de José Tomás nada más terminar su pelea con el quinto de la tarde en Monumental de las Ventas, el 15 de junio de 2008, le hizo cambiar de opinión. El diestro de Galapagar -que hizo historia ese año el 5 y el 15-J, con triunfo y cornada- aparecía con la cabeza ligeramente ladeada, con la mirada perdida, y su rostro y parte del traje de luces ensangrentado. Y así lo ha captado el artista vallisoletano Jesús Alonso, Berchen, que además, para darle más realismo a la escena, ha recurrido a la sangre de toro de lidia como pintura.

Recuerda el pintor que su técnica no es nueva.

«Es tan antigua como el propio hombre», subraya recordando las pinturas de las cuevas de Altamira realizadas por los propios cazadores, que plasmaban la figura del animal una vez atrapado «porque tenían la creencia de que les daría suerte». Haciéndose eco de esta tradición de la Prehistoria también recurrió a esta técnica el torero-pintor estadounidense John Fulton en la década de los 70, que tras matar un toro dibujaba su figura con la sangre del animal. «Fue él quien me dio la idea», señala el artista, resaltando la dificultad de trabajar con la sangre.

Una aventura

«El primer día que fui a recoger sangre a una plaza se me coaguló, así que tuve que volver otro día. Ha sido una aventura», apunta Jesús, quien logró convencer a los veterinarios de un coso de un municipio vallisoletano para que le dejasen llevar la sangre -cuya comercialización para consumo está prohibida-, que conservó con anticoagulantes. Aplicarla sobre el lienzo tampoco fue sencillo. «Al principio estaba muy densa. La tuve que licuar y luego mezclar también con pinturas para adquirir las diferentes tonalidades», detalla este artista que se define como «un pintor de precisión»: «Me lo pienso mucho, duermo con el cuadro, me levanto con el cuadro... ¡Y a lo mejor me tiro sin tocarlo quince días!».

En pintar a José Tomas ha tardado un año. En el cuadro, de dos metros de alto por 1,60 de ancho, además de sangre de toro ha empleado pan de oro de 24 kilates. El resultado es una obra «impactante» cuyo precio es de 120.000 euros. Aunque ya se han interesado por él, el artista cree que finalmente saldrá al mercado exterior. Mientras, trabaja en otro retrato del diestro que ahora está simplemente abocetado.

La temática taurina no es la única en la que se centra este artista, que comenzó a pintar «en serio» hace quince años. «No soy un gran aficionado a la Fiesta, pero desde luego no soy antitaurino. Mi intención era retratar escenas taurinas, pero una amiga me enseñó la fotografía y ahí comenzó todo».

No es la única técnica diferente que ha utilizado el artista, conocido también en la Ribera del Duero como el «pintor del vino». No obstante, admite que ha sido más complicado pintar con sangre. «Tenía que pensar las trazadas muy rápido y luego barnizarlas».

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