«Le han abierto el abdomen para recolocar las tripas en su sitio». Las palabras de Juan José Padilla , apoderado de Manuel Perera, confirmaban la magnitud del percance. «Le ha sacado todo el paquete intestinal, pero a pesar de la gravedad de un cornadón fortísimo, gracias a Dios, no ha roto venas ni arterias», explicó el héroe cosido a cornadas.
El torero y ahora mentor jerezano contó que a Perera, la última gran promesa de la Escuela Taurina de Badajoz , «más que el dolor, le preocupaba saber si había cortado las orejas». En los micrófonos del Canal Toros, Padilla resumió la grandeza del toreo: «Aunque suene duro, en estas plazas hay que dejarse matar. Estos tributos dignifican la profesión».
PARTE MÉDICO
«Herida por cuerno de toro en fosa iliaca izquierda con un trayecto ascendente y hacia fuera de unos 30 centímetros que desgarra musculatura de pared abdominal; otro trayecto hacia arriba y adentro que penetra en cavidad peritoneal con evisceración de asas intestinales y arrancamiento de epiplón, alcanzando una extensión de 40 centímetros, de pronóstico muy grave».
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