Muere a los 78 años Teodoro Matilla, figura fundamental en el campo bravo y en el empresariado taurino

Mano derecha de Balañá, fue un gran veedor de toros que acabó teniendo un imperio empresarial y ganadero

Teodoro Matilla

Ángel González Abad

Decir Matillla en el mundo taurino es decir poder y discreción. En el campo bravo, en la organización empresarial y como apoderado de relevantes figuras, Teodoro Matilla , nacido y fallecido en Salamanca, ha sido una figura fundamental en el devenir del toreo en los últimos sesenta años. Ya lo fue antes su padre, que unido a la figura de Pedro Balañá se forjó en la gestión de las plazas del imperio con sede en Barcelona. Tras él, la unión de la Casa Matilla y Balañá se consolidó definitivamente en todos los aspectos de la organización de festejos, y desde hace décadas, las dos empresas han caminado unidas de la mano.

Un control sobre el campo bravo en base a su profundo conocimiento como veedor y su gran capacidad de negociación para conseguir los toros idóneos para cada plaza, la tutela sobre importantes toreros, y la gestión de numerosas plazas, hicieron de Teodoro Matilla uno de los empresarios más completos, respetados y con más poder .

Las plazas barcelonesas de La Monumental y Las Arenas, Linares, Palma de Mallorca, Jerez, Zaragoza, la francesa de Arles, entre otras muchas, fueron sus feudos en unión con el empresario catalán o en solitario. También fue durante años el hombre de confianza de Canore a en la Maestranza de Sevilla. Y llevó a toreros, desde El Viti a el Litri hijo, pasando por El Soro o los portugueses Víctor Mendes y Amadeo dos Anjos.

Ganadero

La pasión por el toro de lidia le hizo crecer también como ganadero, formando hasta tres divisas .Una a nombre de sus hijos, Hermanos García Jiménez, otra al de su esposa, Olga Jiménez, y una tercera con la denominación de Peña de Francia, todas con procedencia de Juan Pedro Domecq.

Su legado ha seguido en los últimos años en manos de sus hijos, Antonio y Jorge García Jiménez, quienes bajo su supervisión han incrementado si cabe su influencia en el sector taurino. En la actualidad, la Casa Matilla apodera a toreros de la talla de Morante de la Puebla, José María Manzanares y El Fandi, y, entre otros ciclos, en este tiempo de pandemia ha programado una feria de San Isidro en la plaza cubierta madrileña de Vistalegre.

La figura de Teodoro Matilla ha sido la pieza clave en la consolidación de una organización taurina que recibió de su padre y ha pasado a sus hijos; y que bajo el denominador común de trabajar sin la mínima estridencia, siempre desde la sagacidad y el tino, ha tenido gran parte del mundo del toro en sus manos.

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