Corona: «El principal problema son los toreros»

Jesús Hijosa incide en la imperiosa necesidad de reducir los costes de las novilladas durante el Congreso Taurino en Murcia

R. Pérez

La afición dio el do de pecho en el II Congreso Internacional de Tauromaquia celebrado en Murcia. La emoción vino de dos bandas opuestas, enlazadas entre sí: la crudeza de la realidad de la Fiesta y la pasión por el toro y la pureza. Del pesimismo al optimismo. Mientras haya afición. Sin ella, todo se derrumba. "Si cae el toro, cae la Fiesta", decía el inolvidable Victorino. "Si cae la afición, cae todo".

Moderada por Juan Jódar, actuaron como ponentes presidentes de distintas entidades: Alfonso Avilés Sánchez, del club taurino de Murcia (el más antiguo de España); Juan Coronel Ruiz, del club de Lorca; Vicente Noguerales, de la Federación de Peñas del Bous al Carrer de Valencia; Jorge Fajardo, de la Federación de Aficionados de España; Jesús Hijosa, del Foro de promoción, defensa y debate de las novilladas, y Juan Pablo Corona, presidente del Fomento Cultural de la Tauromaquia.

No solo se pidió unidad, integridad y autenticidad como esencia mantenedora de la Fiesta Brava. Echaron la pata p'alante para dejar algunos puntos claros, como la importancia del toro no solo en la plaza, sino también en la calle. Cada uno desde su sitio, cada cual desde su punto de vista. Así, Noguerales incidió en la emoción de los festejos populares y rechazó la teoría de que el aficionado a los toros en la calle se gasten poco dinero. Muchos euros se dejan en el camino, el camino de lo que les apasiona: la integridad del toro.

El empresario Corona fue contundente: "El principal problema son los toreros. Hacer un festejo es meterse en un embrollo y, al final, como decimos en México, sale más caro el caldo que las albóndigas. Más que por negocio, me mantengo aquí por pasión". Y contó una reciente anécdota ante el asombro de los presentes: "Para sustituir a Paco Ureña (en Lima) llamamos a un torero de Puerta Grande en Otoño. Y dijo que él no sustituía, que él era figura..."

Jesús Hijosa, que lucha por las novilladas, dio cifras alarmantes de la situación: "Si los profesionales se llevan unos 23 mil euros, entre 13 y 15 mil para el ganadero, tres mil para veterinarios y médicos y el precio de la entrada no debería superar los 15 euros, ¿quién quiere arriesgar y perder su dinero? Normal que los empresarios huyan". Se refirió a la imperiosa necesidad de "reducir costes". "¿Por qué tienen que ir dos picadores y tanto profesional acompañando al torero? ¿Por qué no pueden ir veterinarios de oficio? Etc, etc.".

Coronel, un joven apasionado por la Fiesta, inyectó la ilusión al contar el resurgir del club de Lorca, que cuenta con 500 aficionados.

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