Ginés Marín, a hombros en tarde de apasionada entrega y buen toreo en Huesca

El banderillero Javier Gómez Pascual sufrió una grave cornada

Ginés Marín, por la puerta grande Fotos: Efe

Ángel González Abad

La tercera de la feria de San Lorenzo fue de Ginés Marín que no quiso dejarse nada en el esportón. Se mostró como un torero apasionado en la búsqueda de un lugar de privilegio en el escalafón. Cuajó al segundo de principio a fin. Buen toro de Sánchez Arjona , con movilidad y un excelente pitón izquierdo -y el derecho-, y un torero en plenitud, con las ideas muy claras. Se sobrepuso al incómodo viento que molestó toda la tarde y toreó de forma espléndida cautivando hasta los tendidos de sol sin recurrir nunca a los efectismos. Una serie de naturales con el forzado de pecho culminó su obra, que, cuando lo tenía todo para acabar en un éxito grande, la espada hizo que todo se esfumara.

Salió espoleado ante el quinto, otro buen ejemplar al que toreó variado y airoso con el capote. Abrió la faena de muleta doblándose, y enseguida, puesto para torear con la derecha. Frescura en el planteamiento y excelentes maneras . Pero la zurda volvió a marcar el cénit. Traca final metido entre los pitones y la estocada fulminante que le valió dos orejas de ley .

Bueno también el tercero, y encastado. Y buenos detalles de Pablo Aguado , que no acabó de poderle. En un desplante se quedó a merced y el toro se lo llevó por delante. Cogida espeluznante . Afortundamente quedó en cuando entre los pitones y no llegó la cornada, aunque fue atendido en la enfermería de una fuerte contusión en el codo izquierdo de pronóstico reservado. Mejoraron las cosas ante el sexto, pero la faena no acabó de levantar el vuelo.

A Cayetano se le atragantó la tarde. No se entendió ni con el sobrero que hizo primero ni con el cuarto, que iba largo. La tarde no empezó bien con un tremendo volteretón nada más abrirse de capote, que le costó una cornada a su peón Gómez Pascual cuando hacía el quite a su matador. A partir de ahí, el viento y la garra para suplir otras cosas, y el enfado ostensible, porque al final casi nada le salió bien.

Gómez Pascual fue atendido de una cornada en el muslo derecho con orificio de entrada en el tercio inferior con un colgajo cutáneo de 12 centímetros y una trayectoria hacia arriba y adentro de unos treinta centímetros con gran despegamiento subcutáneo y graves lesiones en el vasto interno, seccionado, de pronóstico grave.

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