Vuelta épica de Pepín Liria a San Fermín

Corta una oreja y sufre una fuerte voltereta en una deslucida corrida de Victoriano del Río

Pepín Liria, en el momento de la cogida Reuters

ABC.ES , ABC.ES , Andrés Amorós y ABC.ES

Crónica

Hace diez años y un día, el 11 de julio de 2008, Pepín Liria toreaba por última vez en Pamplona; poco después, se retiró, en su Plaza de Murcia. Vuelve ahora, para celebrar sus 25 años de alternativa: «Ritorna vincitor», como Radamés, en la ópera «Aida». En Pamplona, ha sido un ídolo pero también ha sufrido percances. Me extraña que no reciba la lógica ovación, al concluir el paseíllo. Los toros de Victoriano del Río, complicados y deslucidos, frustran las expectativas de un gran cartel.

Secuencia de la cogida de Pepín Liria con el cuarto toro Afp

Vuelve a Pamplona El Ju li , después de un año de ausencia. El segundo, veleto, con casi seis años, flaquea y espera, en banderillas. Julián le va enseñando a embestir, con más técnica que brillo, y no mata bien. Aunque el quinto tampoco promete mucho, lo brinda al público y lo mete en el canasto, con muletazos mandones y suaves, sacando agua de un pozo medio seco. Estocada defectuosa, con salto: petición.

Segunda actuación de Ginés Marín , que el día anterior no tuvo fortuna; intenta remediarlo, con mayor entrega. El tercero, alto y zancudo, flaquea ya en los lances de recibo y protesta. Ginés muestra su facilidad y gusto: algunos muletazos son buenos pero el toro, pegajoso, no le deja relajarse. Mata a la tercera, sin jugar bien la mano izquierda. Devuelto el sexto, descoordinado, el sobrero es gazapón, derrota por alto, al final de cada muletazo: nada que hacer, salvo matarlo bien, como hace.

Gritos de «¡Pepín, Pepín!»

Vamos ya con el protagonista de la tarde. Pepín Liria sale lanzado, recibe con dos largas de rodillas y lances variados al primero, que, en la muleta, embiste corto y áspero. Después de algún susto, resuelve las dificultades con gran oficio, además de su habitual entrega. Mata con decisión pero la espada hace guardia. El cuarto, grandón, es más suave. Brinda al hijo de Espartaco. Comienza con el pase cambiado, en el centro del ruedo; manda mucho, en muletazos templados, por los dos lados. Éste sí le ha permitido sentirse a gusto pero pronto se raja a tablas. Allí, Pepín se queda a merced del toro; en un desplante de rodillas, es volteado espectacularmente, por el pecho, da la vuelta en el aire, cae de cabeza: un momento de enorme dramatismo. No se sabe si está herido, además del porrazo, pero se vuelca en la estocada, sale perseguido: un final épico. Escuchamos, por fin, los gritos de hace años: «¡Pepín, Pepín!» ¿Cómo es posible que el premio se quede en una oreja. Igualándolo con las orejas, muy baratas, concedidas en días anteriores? Me parece incomprensible, con la emoción auténtica que hemos vivido: una falta absoluta de sentido común y de sensibilidad. Pepín, muy digno, se niega a salir en hombros.

Pepín Liria, victorioso y maltrecho tras el percance Afp

Liria ha sido un torero forjado «a sangre y fuego» (como el título del libro de cuentos de Chaves Nogales). Logró indultar toros de Victorino Martín, Cebada Gago, Torrestrella, Zalduendo… A sus 48 años, ¿qué le ha hecho volver a torear esta tarde, en Pamplona? La insatisfacción personal y artística, el motor de tantas luchas. Sabe bien Pepín que este público puede parecer duro pero no tiene dobleces –igual que su tierra– y que adopta al diestro que se entrega por completo: él, por ejemplo, de nuevo, esta tarde. En su segundo año de alternativa, abrió ya esta puerta grande; ha vuelto a hacerlo, 23 años después. A veces, el esfuerzo honrado recibe su merecida recompensa. Este recuerdo, en rojo y blanco, lo guardará como uno de sus mejores trofeos, todos los días de su vida.

En su honor, adapto la letra de una popular jota navarra: «Dos hombres tiene Navarra/ que la hicieron inmortal:/ Sarasate, de Pamplona,/ y Gayarre, del Roncal./ Y un murciano, Pepín Liria,/ en su regreso triunfal».

Sexto toro

Pañuelo verde para Beato, nº 84, negro mulato, de 610 kilos. Sale un sobrero con el hierro de Toros de Cortés, Diamante, nº 164, negro mulato, de 540 kilos. Tampoco tiene embestidas prometedoral este último de la desigual corrida. Puntea mucho, con constantes tornillazos.

Quinto toro

Emplumado, nº 33, negro mulato, de 510 kilos. Esforzado y con oficio, El Juli no se cansa de estar en la cara del toro con desiguales logros, sacando agua de un pozo medio seco. Petición y saludos.

Cuarto toro

Ruiseñor, nº 14, negro mulato, nacido en septiembre de 2012, de 605 kilos. Busca el triunfo desde el principio Pepín, que brinda al hijo de Espartaco. Un pase cambiado por al espalda anuncia sus intenciones. Faena con el sello del murciano, con ganas y arrestos. Con el toro cada vez con las embestidas más cortas, sufre una feísima cogida, en la que el toro "le perdona la vida", pues tras la durísima caída no hace por él. Sin amedrentarse, vuelve a la cara de Ruiseñor, en plan batallador, con emoción. De rodillas, despiertan los gritos de "Pepín, Pepín". Como un novillero hambriento de triunfo, se tira a matar o morir. Deja un espadazo y el toro lo prende, le persigue con saña. Corta una oreja y piden con muchísima fuerza la segunda.

Tercer toro

Soleares, número 90, negro mulato, de 540 kilos, está entre los toros feos de estos Sanfermines. Muy torero el principio de faena de Ginés Marín, con muletazos rodilla en tierra. Parece moverse mejor que sus hermanos, aunque lo hace con velocidad y cuesta cogerle el ritmo. Busca el temple al natural, con varios muletazos despaciosos. Unas bernadinas ceñidas ponen el broche a su destacada faena. Pincha y pierde la posible oreja. Dos pinchazos y estocada caída. Aviso.

Segundo toro

Ebanista, nº 159, negro, nacido en octubre del 12 y de 510 kilos, muy serio de cara, a punto de cumplir los seis años. Los lances de El Juli surgen al compás del cántico de "sigo siendo el Rey". El quite por chicuelinas, con algún latigazo, llega con "la chica yeyé". No pierde su turno Ginés. El toro, que pierde las manos varias veces, no le pone las cosas fáciles a la cuadrilla en banderillas. Cabecea por sus justas fuerzas. Julián López tira de técnica para esbozar faena, pero no puede tomar vuelo. Pinchazo, otro hondo muy tendido. Silencio.

Primer toro

Jabaleño es el nombre del toro de la vuelta de Pepín Liria a Pamplona. Está herrado con el número 133, es castaño claro y pesa 520 kilos. Dos largas cambiadas de rodillas mientras la peñas cantan el "todos los días sale el sol chiperón", unas verónicas, chicuelinas y emdia de rodillas son la carta de bienvenida del murciano. Nada guapo este toro, ni sobrado de presencia para Pamplona. Pepín brinda y echas las dos rodillas por tierra con mucha decisión. El toro se queda corto y desarrolla complicaciones. Echa la cara arriba con aspereza y genio. Hace un esfuerzo Liria, acostumbrado otrora a las batallas duras. Sin estrecheces, pero con el oficio de la veteranía y dispuesto, consigue que se trague los muletazos. Estocada que hace guardia. Suena un aviso. Tiene que descabellar.

Paseíllo

Con nuevo llenazo en la plaza navarra, hacen el paseíllo Pepín Liria, de blanco y oro; Julián López «El Juli», de azul marino y oro, y Ginés Marín, de gris perla y oro.

Sorteo

Esta mañana se sortearon y enchiqueraron los toros de Victoriano del Río tras el emocinante encierro, que se saldó sin heridos por asta.

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos a la octava corria de la Feria de San Fermín. Hoy regresa Pepín Liria a Pamplona tras una década de ausencia. El torero de Cehegín celebra sus 25 años de alternativa y lo hará en compañía de El Juli, que el pasado año no pisó la arena pamplonica, y Ginés Marín, en su segundo paseíllo.

Previa

Ya están enchiquerados los toros de la vuelta de Pepín Liria a Pamplona tras una década de ausencia. El León de Cehegín pisará el ruedo sanferminero para celebrar sus 25 años alternativa, en una temporada que comenzó en Illescas y que cuenta con otro paseíllo más, en septiembre en Murcia.

Liria compartirá cartel con El Juli, que regresa a la Feria del Toro tras un año ausente, y Ginés Marín, en su segundo paseíllo, tras pasar ayer sin pena ni gloria en una tarde en la que arrasó el huracán Roca Rey.

Darán cuenta de una corrida de Victoriano del Río, cuyo orden de lidia es el siguiente, según informa «Mundotoro»:

1. ‘Jabaleño‘. Nº 133. Castaño claro. 01/14. 520 kilos, para Pepín Liria.

2º. ‘Ebanista‘. Nº 159. Negro. 10/12. 510 kilos, para El Juli.

3º. ‘Soleares‘. Nº 90. Negro mulato. 08/13. 540 kilos, para Ginés Marín.

4º. ‘Ruiseñor‘. Nº 14. Negro mulato. 09/12. 605 kilos, para Pepín Liria.

5º. ‘Emplumado‘. Nº 33. Negro mulato. 09/13. 510 kilos, para El Juli.

6º. ‘Beato‘. Nº 84. Negro mulato. 01/13. 610 kilos, para Ginés Marín.

Los sobreros:

1º) ‘Diamante‘. Nº 164. Negro mulato. 09/13. 540 kilos, de Toros de Cortés.

2º) ‘Corchero‘. Nº 62. Negro mulato. 10/13. 610 kilos, de Victoriano del Río.

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