Diego Ventura: «Matar miuras es una gesta grande»

Multitudinario desfile de caballos toreros en Las Ventas, dode el rejoneador se encierra con seis toros en la Feria de Otoño

Diego Ventura, en Las Ventas Plaza 1

ABC.ES

Más de quinientas personas se congregaron para ver al número uno del rejoneo actual, el torero que más veces ha salido a hombros por la Puerta Grande de la Monumental madrileña (16 en total) y el primer y único jinete en cortar un rabo en la primera plaza del mundo, el pasado 9 de junio, en el marco de la feria de San Isidro.

"Estoy muy emocionado por ver cómo de una cosa que pensaba iba a ser chiquitita, íntima, se ha convertido en un acto tan multitudinario, lo que denota el cariño que siempre me ha dado Madrid , una plaza única, preciosa, con una afición como pocas y que tanto me ha dado a mí y a mi familia", iniciaba Diego Ventura un acto moderado por el periodista Manuel Jesús Montes.

El jinete portugués, aunque criado desde muy temprana edad junto a las marismas sevillanas de La Puebla del Río, reconoció que Madrid le ha cambiado la vida, sobre todo una tarde de 2005 en la que aceptó el reto de matar una corrida de Fidel San Román en el mes de octubre y cuando en su cabeza rondaba la idea de quitarse del toreo.

"Desde que empecé en 1998 las cosas no acaban de rodar. Veía que el trabajo y tanto sacrificio no servía para nada. No se me abrían puertas y las pocas que conseguía entreabrir me las cerraba por no matar los toros. Ese 2005 tenía casi decidido retirarme , dedicarme a otra cosa porque yo vengo de una familia muy humilde y necesitaba ganar un dinero que el rejoneo no me daba", señalaba.

Su primera Puerta Grande

"Pero un día me llamaron de Madrid a ofrecerme matar una corrida de Fidel San Román que, además de salir muy duras, promediaba más de 650 kilos. No había garantías, pero sabía que ese era mi último tren. Y después de 'pinchar' a mi primero, y que en mi cabeza volviera a rondar la idea de quitarme, en el sexto me fui a portagayola, conecté con la gente, lo cuajé y abrí mi primera Puerta Grande", recuerda.

A partir de ahí empezó un idilio que aún perdura en el tiempo. Dieciséis Puertas Grandes desde entonces hablan por sí solas, aunque el hito que marcará para siempre la historia de Ventura en Madrid fue el rabo que cortó el pasado 9 de junio.

"Es el milagro que jamás pensé que ocurriría. Para cortar un rabo en Madrid t ienes que hacerlo todo perfecto, sin fisuras, que la gente lo capte y luego haya una persona en el palco que tenga el valor de concedértelo. Aquella tarde se dio todo esto, sin duda, la mejor de mi carrera", confiesa.

Ventura tiene en su poder todos los récords habidos y por haber en el mundo del toreo ecuestre, pero aún así no se cansa de salir cada tarde a tratar de ser "el mejor", pues, mientras tenga esa ilusión de seguir día a día "mi techo estará todavía muy lejos".

"La tarde del rabo, además de una tremenda satisfacción, lo que me dio fue una paz interior indescriptible. Ahora salgo a la plaza de otra manera, busco otras cosas más allá de las salidas a hombros; busco hacer el toreo más bonito que pueda, innovar , desempolvar suertes antigua s, matar otros encastes. En definitiva, hacer cosas para hacer más grande el rejoneo y el toreo en general", asegura.

Como su siguiente gesto: matar seis toros en solitario en la próxima Feria de Otoño, astados de tres ganaderías diferentes como son los "murubes" de María Guiomar Cortés de Moura y Ángel Sánchez, y, como guinda a su tarde, los legendarios "miuras".

"Sé que es una apuesta grande. Es más, llevo ya semanas que me cuesta dormir pensando ya en Madrid. Pero tenía que hacer algo para corresponder tanto cariño recibido por esta afición. De ahí esta gesta. Y con "miuras". La gente no puede perdérselo porque será una tarde en la que verán un Ventura diferente y unos caballos que están a un nivel altísimo", desvelaba.

Su cuadra fue, precisamente, la que puso la guinda al acto, al sacar un total de 13 caballos , que pasearon entre los aficionados mientras el propio Ventura los iba presentando uno a uno, informa Efe

Desde el gran "Nazarí", la estrella por antonomasia, a "Lambrusco", "Bombón", "Bronce", "Guadalquivir", "Fino", "Dólar", "Lío", "Quillas", "Gitano", "Champán", "Prestigio" y "Remate", caballos que volverán a pisar el próximo 6 de octubre el ruedo de Madrid en lo que será otra tarde llamada a marcar una época.

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