Teatro de la Maestranza

«Sansón y Dalila» es una ópera inclusiva que rompe barreras

Nancy Fabiola Herrera y Gregory Kunde en los principales papeles, y más de doscientos figurantes, entre los que figuran personas de colectivos de capacidades diversas de asociaciones de Andalucía

El elenco de «Sansón y Dalila» en el escenario del teatro de la Maestranza con los principales cantantes y dos de los niños de la figuración Juan Flores

Marta Carrasco

Ella se llama Bárbara, él Pablo . Tienen nueve años y se mueven inquietos en medio de nombres de la ópera como el maestro Jacques Lacombe o los cantantes Nancy Fabiola Herrera y Gregory Kunde, protagonistas de «Sansón y Dalila» , la gran ópera de Camille Saint-Saëns que se estrena el próximo día 14 en el teatro de la Maestranza.

Bárbara y Pablo hacen de corifeos, y junto a ellos otras doscientas personas en escena, casi trescientas contando con la orquesta, conforman el elenco de esta ópera. Pero no es un elenco habitual, porque ambos son niños con capacidades diversas, «no nos gusta eso de discapacidad», dice Paco Azorín, el director de escena de esta ópera, que afirma que, «es un proyecto participativo en el que además de colectivos de personas con capacidades diversas, con los niños se han unido sus padres, y además, también participan alumnos de la Escuela de Arte Dramático de Sevilla».

«Sansón y Dalila» en este formato se estrenó en Mérida, y ahora, «el público podrá ver el Teatro Maestranza hasta su último rincón. Treinta y cinco metros de largo de escenario. Hemos puesto a prueba el teatro usando cada centímetro de el», dijo Javier Menéndez director del coliseo, quien resaltó la figura de Gregory Kunde , «el mejor Sansón de la escena actual, el único cantante que ha hecho el Otello de Verdi y el de Rossini en la misma temporada», y de Dalila, la mezzosoprano española nacida en Caracas, Nancy Fabiola Herrera , que debuta en un título operístico en Sevilla. «Es un casting mayoritariamente español», dijo refiriéndose al resto de los cantantes, «y unas voces impresionantes, destacando también el gran trabajo vocal que ha hecho el coro».

El argumento, un relato de hace 3000 mil años, se trae a la actualidad, «es una historia de odios entre dos pueblos que no saben porqué se odian, y también una historia de amor. La ópera se cuenta ambientada en la actualidad, y nos va a hacer reflexionar».

El director musical, Jacques Lacombe , que dirige por primera vez en Sevilla, se mostró muy impresionado por esta producción, «el coro y la orquesta han trabajado muchísimo y el resultado es espectacular», y alabó el trabajo de figurantes y actores que componen este elenco tan poco común, «lo hacen como auténticos profesionales. Es una de las producciones más potentes que he hecho». Para el director musical, « Sanson y Dalila es una pieza muy difícil porque la partitura reúne estilos que van desde el oratorio a la gran ópera o a la ópera romántica, y además, el compositor no da pistas para su interpretación. Si se hiciera tal y como está escrita, resultaría aburrida», señaló.

«Aquí no sobra nadie»

El director de escena, Paco Azorín , dijo que éste era uno de los proyectos más importantes que ha realizado, «porque demuestra que en el mundo de la ópera y en la misma sociedad, no sobra nadie. No hay gente de primera o segunda categoría».

La complicidad musical y escénica fue puesta en valor por los dos principales cantantes. Gregory Kunde destacó el concepto de esta producción, «aquí no hay estrellas, todos lo somos. Es un grupo increíble, haber trabajado con ellos es un golpe emocional», y resaltó la necesidad de crear nuevas audiencias. Y por su parte, Nancy Fabiola Herrera , señaló que «son ellos, los que tienen capacidades especiales, quienes nos dan un chute de amor. Además, cuando hay tanta gente lo importante es el grupo, el equipo y creo que lo hemos conseguido.

Las madres de Pablo y Bárbara que también participan en la ópera junto a sus hijos, agradecieron esta iniciativa, «porque no nos gusta que digan que son niños con discapacidad, y ellos los tratan como lo que son, niños, y les han dado una gran oportunidad, los tratan como personas que están haciendo un trabajo».

Paco Azorín cree que en la ópera , «se están rompiendo barreras. Hemos trabajado muy bien, aunque alguna --dijo mirando a Bárbara-- creía que se iba a vestir de princesa». Destacó la labor de Carlos Martos , «porque da una energía increíble a todos», mientras Martos se había sentado a los pies de Bárbara que a sus nueve años no comprendía porqué los adultos hablaban tanto. Al final hablaron ella y Pablo, dijeron que estaban contentos, que actuar les gustaba y se refugiaron luego en los brazos de sus madres.

La ópera que es una coproducción del Teatro de la Maestranza y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, llevará a cabo tres funciones, el 14, 16 y 18 de noviembre,

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