Crítica de Circo-Danza

La poesía de la acrobacia rinde al público del Central

«Möbius» de los franceses de la Cie XY/Rachid Ouramdane, elige Sevilla para su estreno en España

«Möbius» de los franceses de la Cie XY/Rachid Ouramdane ABC

Marta Carrasco

«Möbius» es un espectáculo de acrobacia convertido en un poema de la mano de Rachid Ouramdane . La Compañía XY tiene la bendita manía de renovarse en cada proyecto, de hacer el más difícil todavía, y no me refiero a las acrobacias ya de por sí muy espectaculares, sino a que consiguen crear un concepto nuevo en cada uno de sus montajes.

XY fue fundada en 2005 por los acróbatas Abdeliazide Senhadji y Mahmoud Louertanic, y hemos podido ver en el Teatro Central de Sevilla en riguroso estreno en España, una de las 80 funciones que realizan durante el año, ni una más. El resto del año investigan y trabajan en proyectos solidarios.

En este caso los XY fueron a buscar a Rachid Ouramdane para que en un trabajo conjunto, crearan «Möbius», algo así como un constante movimiento, una especie de proceso que no tiene fin, y que no sólo se refiere a la acrobacia o a la danza que imprime Ouramdane en la obra, sino que incluso se refiere a la música, o al cambio de vestuario, de negro a blanco y luego negro, como si el movimiento estuviera inmerso en cada aspecto de la obra.

Aquí no hay redes, ni soportes de sujección , y la especialidad de la compañía son los portés acrobáticos, con unos portores forzudos y unas acróbatas que en su mayoría de peso pluma, vuelan por el escenario de manera asombrosa. Hay que tener mucho corazón para ser acróbata y no sólo para subir a esas alturas y tirarse sin reparos desde más arriba, sino corazón para confiar en aquellos que siempre te recogen, porque la confianza en este montaje es esencial. Por eso decía Ouramdane que su concepto de lo acrobático había cambiado después de hacer este trabajo.

El lenguaje acrobático de los XY tiene ahora unos elementos coreográficos que hacen nuevos descubrimientos sobre los desplazamientos de los intérpretes. Hay torres de uno, dos tres y hasta cuatro personas en vertical ; caídas libres de esas alturas; paseos que parecen levitar sobre las manos de los portores; alzamientos de dos personas en vertical desde el suelo; caídas boca abajo a peligrosísima escasa distancia del suelo; giros, vueltas, pasos entre una y otra acrobacia que ahora tiene poesía y ritmo a través de la danza.

Estos 19 acróbatas parecen una bandada de pájaros o de peces, como si fuera un murmullo que va desplazándose por el escenario. Nos ponen más de una vez el corazón en un puño, pero es tan hermosa la visión y las escenas, y la facilidad con la que llevan a cabo las acrobacias, que finalmente el público se rinde sin remisión contagiado por la energía del peligro controlado, pero peligro a fin de cuentas. Imagino que eso forma parte del circo, la emoción.

Poesía, acrobacia, «Möbius» es una obra que tiene una enorme armonía de movimientos , tiene riesgo y danza y nos hizo disfrutar tanto que que el público del Central, puesto en pie, agradeció a los nada menos que 19 intérpretes que forman parte de este genial elenco su interpretación y su esfuerzo. Después de esto, una piensa, ¿qué harán en el siguiente montaje? Deseando volver a verlos.

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