Lola Baldrich y Fran Calvo, protagonistas de la obra
Lola Baldrich y Fran Calvo, protagonistas de la obra - ÁNGEL DE ANTONIO

«La Traviata» sesentera

Llega a La Pensión de Las Pulgas de Madrid «Addio del passato», de Julio Bravo, inspirada en la ópera de Verdi

Madrid Actualizado: Guardar
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Julio Bravo cuenta en su haber con una larga trayectoria profesional como periodista especializado en teatro y danza, actividad que ejerce con tanto rigor como pasión en las páginas de ABC. Pero en 2011, como muchas veces sucede en la vida, se aliaron el azar y la necesidad para su debut como dramaturgo. Al asistir un día a la sala madrileña Microteatro por Dinero, la actriz Sonia Dorado le propuso que escribiera una pieza breve para que ella la interpretara en ese espacio. Julio Bravo aceptó el reto y nació «Oficina de patentes». Se la envío a Juan Carlos Pérez de la Fuente, y, al comprobar que éste tuvo elogiosas palabras para la obra, tuvo «el atrevimiento» –recalca Julio Bravo– de pedirle que la dirigiera: «Siempre le estaré muy agradecido por su gran generosidad».

Bajo la dirección de tan prestigioso director de escena, «Oficina de patentes» se representó, interpretada por Sonia Dorado y Alberto Sánchez, con una excelente acogida por parte del público en Microteatro por Dinero.

Tras esa experiencia como autor teatral, aunque le resultó «muy gratificante», no sabía si volvería a repetirla. Hoy tenemos la respuesta. Y es afirmativa. Mañana, Julio Bravo estrena una nueva obra: «Addio del passato» en La Pensión de las Pulgas de Madrid, donde permanecerá en cartel los martes y miércoles de este mes a las 20.30 horas. La dirige la actriz Blanca Oteyza, que se enfrenta a su primer trabajo como directora, y dan vida a sus personajes Lola Baldrich, Noemí Rodríguez, Orencio Ortega, Fran Calvo, José Emilio Vera y Carolina Herrera. Ruth Rubio es la ayudante de dirección y además toca el violín en directo. La dirección artística y el vestuario son de Pier Paolo Álvaro y el concepto escenográfico es de Roger Portal.

Historia más compleja

Julio Bravo
Julio Bravo - MATÍAS NIETO KOENIG

Con «Addio del passato», Julio Bravo da un indudable salto como dramaturgo con una obra de mayor duración –en torno a una hora y cuarto–, y en la que hay más personajes; una historia más compleja y una notable carpintería teatral. Y ya tiene otra pieza escrita, «Alianzas», que un productor se ha comprometido a llevar a las tablas. Sumados en un primer momento el azar y la necesidad, pues Julio Bravo confiesa que desde siempre sintió el gusanillo de escribir teatro y que la propuesta de Sonia Dorado hizo que saliera a la luz, la chispa para esta segunda obra surgió de manera diferente, aunque también en un teatro, presenciando un espectáculo de ópera, a la que Julio Bravo no solo muestra ferviente devoción, sino de la que es gran conocedor. No en vano es coautor del libro «Opera Houses of Europe». «Estaba viendo –señala Bravo– “La Traviata”, que me parece una obra maravillosa, y pensé que la historia que se contaba, aparte del prodigio de su música, es muy potente y tiene hoy vigencia. Me acuerdo de que Enrique Cornejo, lobo de mar de la producción, me dijo que en teatro lo que mejor funcionaba eran las historias de amor».

Una historia de amor y sacrificio es «Addio del passato», que toma su título de la impresionante aria que canta Violetta en el último acto de «La Traviata». «Mi obra –comenta Julio Bravo– se inspira en el libreto de Francesco Maria Piave para la ópera de Verdi, libreto que a su vez se basa en la novela de Alejandro Dumas “La dama de las camelias”. De esta he tomado el nombre de los protagonistas, Margarita y Armando, pero el personaje femenino ya no es una cortesana, como en la ópera y en la novela, sino una admirada y célebre soprano aquejada de una enfermedad incurable. Inmersa en una relación sentimental insatisfactoria con Raúl, se entrega apasionadamente a Armando, un joven que la sigue por todos los templos del “bel canto”. Y, en medio, Alejandra, hermana de Armando, que desempeñará un importante papel en el conflicto. La acción la he trasladado al Madrid de los años sesenta del siglo XX».

Cambio de registro

Con esta obra, Julio Bravo ha cambiado de registro. Si «Oficina de patentes» era una comedia, con ecos de Jardiel Poncela, ahora estamos ante un melodrama, como califica «Addio del pasatto» su propio autor. Lo que no ha variado es la conciencia que tiene de que en el teatro no se puede perder de vista el entretenimiento, no se puede aburrir a los espectadores porque el teatro, apunta, «es un juego», aunque, añade rápidamente, «muy serio». En este juego ya está volcado Julio Bravo, si bien no le gusta denominarse «autor», pues, dice «me da reparo utilizar ese nombre, pues les tengo mucho respeto». Pero, sin duda, lo es. Y en crecimiento.

Con su incorporación a la dramaturgia, contribuirá a ese excelente momento creativo que hoy vive el teatro en nuestro país, que, más allá de adversidades, resiste, al igual que ha hecho siempre desde sus albores en la Grecia clásica, como ese enfermo que goza de buena salud. Julio Bravo señala esa efervescencia de nuestra escena actual: «Hay dramaturgos magníficos, entre otros, Alberto Conejero, que son jóvenes que se han incorporado a la pléyade de nombres ya consagrados que siguen en plena producción, como, por ejemplo, Juan Mayorga, quien a su labor de autor ha añadido la de director en obras suyas como “La lengua en pedazos” o “Reikiavik”». Y excelentes directores de escena, y actores. Sin olvidar el entusiasmo de la escena alternativa. ¿A Julio Bravo, ya metido entre bastidores, no le tienta la dirección? «Creo que no tengo ni la preparación ni el bagaje necesario… pero no voy a decir de este agua no beberé».

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