El señorío de María Pagés

María Pagés, en 'De Sheherezade' Gran Teatre del Liceu
Julio Bravo

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Cuando uno se sienta en la butaca para asistir a un espectáculo de María Pagés, lo hace con la seguridad de que va a ver un trabajo serio en lo dramático y cuidadísimo en lo formal. Eso como poco. Y la bailaora sevillana no defrauda nunca en este aspecto. 'De Sheherezade' es el título de su nuevo espectáculo, que alumbró hace unas semanas en el Liceo barcelonés y que ha llegado ahora a los Teatros del Canal, antes de viajar al Festival de Granada y seguir gira.

El personaje de 'Sheherezade' remite a un Oriente exótico y misterioso, el de las mil y una noches, pero María Pagés -y su mano derecha, el poeta y dramaturgo El Arbi El Harti han huido de los tópicos para crear un espectáculo puramente flamenco (la pureza, como la belleza, está en el interior); con reminiscencias árabes, sí, pero con una máxima muy clara: menos es más.

Hay mucha palabra, envuelta en la magia del cante, y muchas ideas en este espectáculo. No cuenta la historia de Sheherezade -al menos no la cuenta de una manera 'tradicional'-, sino que la presenta como la encarnación de muchas mujeres, de todas las mujeres. María Pagés se rodea de un cuerpo de baile completamente femenino, que es al tiempo espejo y prolongación de la propia bailaora. Encarna una feminidad poderosa -más que empoderada-, rebelde, firme, pero también delicada e insegura.

María Pagés quiere subrayar el valor de la palabra como instrumento de paz -Sheherezade logró salvar su vida gracias a ella-, y lo hace con coreografías expresivas, en las que se muestran sentimientos como el miedo o la alegría, donde se expone la violencia o la generosidad del ser humano. Y lo hace también con cantes llenos intención y de poesía.

Y todo ello con su habitual sello de calidad. 'De Sheherezade' es un espectáculo hermoso, muy hermoso: elegante, cuidado con minuciosidad, profundo en su sencillez. Iluminado con sensibilidad por Olga García, el tronco de la danza crece arropado por una música llena de sugerencias. En medio de ello, María Pagés muestra un baile inteligente, en el que destaca la majestuosidad de sus brazos voladores.

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