Pedro Mari Sánchez: «La gran asignatura pendiente de la civilización es aprender a convivir»

El actor presenta en los Teatros del Canal su espectáculo 'La palabra de oro', una dramatización de textos de autores como Lope de Vega, Cervantes, Calderón o San Juan de la Cruz

Pedro Mari Sánchez, durante el espectáculo Charles Olsen
Julio Bravo

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Un acto de amor. Con esta frase define Pedro Mari Sánchez su espectáculo ' La palabra de oro ', que tras nacer en el festival Clásicos en Alcalá, llega este miércoles 16 a los Teatros del Canal , donde estará hasta el domingo 20. Quevedo, Calderón de la Barca, Lope de Vega, San Juan de la Cruz, Cervantes, Sor Juana Inés de la Cruz, Andrés de Claramonte, Guillén de Castro, Tirso de Molina, Antonio Coello, Juan de Zabaleta y Jerónimo de Cáncer conforman el repertorio de textos.

«Hay muchos fragmentos, obras sueltas, poemas... -explica Pedro Mari Sánchez-. Lo que he hecho ha sido construir una dramaturgia para contar libremente algo que tiene que ver con el pensamiento que existía en ese Siglo de Oro acerca del mundo. No hay nada que no sea conceptualmente de estos autores».

Resulta extraordinario cómo en la España del siglo XVII, mayoritariamente rural y analfabeta, surgieran unos genios de la palabra como después no ha vuelto a haber, «Es cierto -asiente el actor-. La educación estaba reservada siempre a unos pocos; pero estas mentes privilegiadas hablaban con una lucidez, una valentía y una hermosura que luego realmente no se ha vuelto a repetir. Nosotros tuvimos el Siglo de Oro, en Inglaterra el periodo isabelino y en Alemania el romanticismo alemán... ¿Por qué se produce esto, por oleadas y en distintos momentos? Francamente, no sé muy bien a qué se debe»

No es extraño que Pedro Mari Sánchez se haya embarcado en este monólogo; el actor lleva muchos años con su proyecto 'Excelencia de la palabra '. A pesar del estudio profundo de los autores del Siglo de Oro, siguen sorprendiéndole. «Me asombran cada día. Cada vez que reviso los textos y ensayo el montaje descubro nuevas resonancias. El primer texto que me vino a la cabeza para construirlo fue un texto de Cervantes en el que un hombre se ha enamorado de una mujer y, al no ser correspondido, se suicida. Escribe antes una carta haciéndose la víctima y culpándola de su muerte. Ls respuesta de la mujer, Marcela, es uno de los textos más brillantes, con un peso moral incuestionable y una defensa y reivindicación de su libertad como ser humano para hacer con su vida aquello que quiera. El movimiento posterior de las sufragistas, de la emancipación de la mujer, está prefigurado en ese discurso.. . Sin ser un panfleto, porque es todo lo contrario. Hoy es difícil escribir con tanta libertad, con tanta autoridad, con tanta verdad, con tanta desnudez y complejidad al mismo tiempo».

Intemporales

«Los textos no tienen tiempo -insiste Pedro Mari Sánchez-, como es el verdadero arte. Por eso tiene siempre validez. Claro que tiene validez. Es que nunca la perdió. No he hecho nada por modernizar los textos . Son modernos; es más, son ultramodernos, exageradamente vivos y claros y contundentes, como como es difícil encontrar».

'La palabra de oro' fue un encargo del festival Clásicos en Alcalá, pero al intérprete le faltó tiempo para ponerse manos a la obra. «Esta es una época en la que hay un pulso muy esquemático, de enfrentamiento, de una pulsión demasiado reducida en el pensamiento a la hora de expresarnos y comunicarnos unos con otros; todo está muy polarizado y simplificado . Y esto es justamente lo contrario. Nos enseña que hay maneras de poder afrontar determinadas situaciones con un mínimo de profundidad. Es un espectáculo que habla de la vida y por el que no pasa el tiempo. Son textos que hablan de la defensa de los desfavorecidos, de los abusos contra los débiles, de la violencia contra las mujeres...»

Pedro Mari Sánchez lleva muchos años en el carro de la farsa (comenzó de niño en la inolvidable película 'La gran familia'); en las últimas décadas ha cambiado mucho la manera de acercarse a los clásicos y de interpretarlos. «He tenido la suerte de trabajar con figuras como José Luis Alonso, José Tamayo, José Luis Gómez, Lluís Pascual, Ariel García Valdés ... He estado con varias generaciones, desde los más clásicos a los más contemporáneos. No puedo renunciar ni quiero renunciar a ninguna de esas experiencias ni influencias que yo he tenido, y a partir de ahí sacar mi propia voz. Los textos clásicos hay que habitarlos, pero hay que conocer su estructura sonora y, rítmica. No se puede interpretar a Schönberg sin saber música ni saber afinar. Y eso lo defiendo y lo defenderé toda la vida ; para hacer contemporáneo un clásico no se trata de vestir de una manera o vestir de otra; hay que ir a la fuente de verdad. No se puede pasar por encima de las palabras, declamar. Hay que conocer la sonoridad y la dicción adecuada para decir el verso con verdad, sin artificio, porque es lo contrario al artificio. Tiene que estar vivo y real y no afectado. Es lo contrario a la cursilería».

La música del verso

«Tiene su música -concluye-, pero no la musiquilla que le ponemos artificialmente desde fuera; tiene una estructura musical muy flexible, y permite a cada intérprete tener personalidad propia a la hora de afrontar esos textos. Hace muchos años me preguntaban cómo hacía yo estos textos. ' Yo escribo el silencio , lo que hay entre una palabra y otra'; en el silencio se contiene todo lo que se dice»

Es un espectáculo que personalmente supone mucho para Pedro Mari Sánchez. «Conecta con todo lo que a mí me mueve, me ocupa y me preocupa: alcanzar un grado de dignidad en la convivencia de los seres humanos , desde el respeto, desde la valentía de atrevernos a mirar al otro, ver los errores que comete el otro y ver los errores propios, y comprender que hay un camino que es no ocultar la verdad, pero comprender que esos caminos que nosotros criticamos a veces también los seguimos. Es decir, hay que tener mucha humildad en la vida para poder aprender a convivir. Y mucha valentía al mismo tiempo. Pero todo el mundo está demasiado a la defensiva y no comprende que la gran asignatura pendiente de la civilización es aprender a convivir».

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