Marion Cotillard: «Tenemos mucho que aprender de Juana de Arco, de su fe y de la fuerza de sus convicciones»

La actriz francesa interpreta en el Teatro Real un oratorio de Honegger dirigida por Àlex Ollé, de La Fura dels Baus

Marion Cotillard, en el Teatro Real Ernesto Agudo
Julio Bravo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Está claro que los divos en la ópera son cosa de otro tiempo, y que el brillo de las estrellas cinematográficas oscurece todo lo demás. Para muestra el botón de expectación que ha despertado la presencia de Marion Cotillard en el Teatro Real. La actriz francesa -inolvidable intérprete de Édith Piaf en la película 'La vida en rosa', por la que logró el Oscar- es la protagonista del nuevo montaje del coliseo, 'Juana de Arco en la hoguera' ('Jeanne d'Arc au bûcher'), un oratorio escénico de Arthur Honegger reconvertido en espectáculo operístico por Àlex Ollé, uno de los miembros de La Fura dels Baus. La dirección musical es de Juanjo Mena , que empuña la batuta por primera vez en el foso del Real, y acompañan a la actriz francesa el actor Sébastien Dutrieux , las sopranos Sylvia Schwartz y Elena Copons , la mezzosoprano Enkelejda Shkoza , el tenor Charles Workman y el bajo-barítono Torben Jügens . El espectáculo -que fue estrenado en Fráncfort en 2017- se completa con la obra de Claude Debussy 'La damoiselle élue', con la soprano Camilla Tilling y la mezzosoprano Enkelejda Shkosa .

No es la primera vez que Marion Cotillard afronta esta obra -hace diez años la interpretó en el Palau de la Música de Barcelona-, escrita por Paul Claudel y Arthur Honegger para la bailarina Ida Rubinstein . Su madre, la también actriz Niseema Theillaud , interpretó la pieza en los años ochenta. «Cuando me ofrecieron hacerlo, en 2005, me hizo ilusión; es un papel de esos que pasan una vez en la vida. Me lo volvieron a ofrecer cuando estaba embarazada y no pude hacerlo entonces, y al llamarme del Teatro Real me ha dado una gran alegría».

'Juana de Arco en la hoguera' es una pieza sinfónico-coral reconvertida en ópera. «Es curioso -explica Joan Matabosch , director artístico del Teatro Real-, porque fue concebida como una 'anti-ópera', como un manifiesto transgresor contra la concepción de la ópera en los años treinta y cuarenta, pero hoy en día encaja totalmente dentro de la concepción del género». Àlex Ollé ha situado su puesta en escena en un futuro inmediato. La obra se estrenó en Basilea en 1938 en Basilea, y se presentó en Orleáns seis meses antes de la invasión de Polonia por el Ejército nazi, germen de la II Guerra Mundial. «Me parecía muy interesante el momento histórico -dice el miembro de La Fura-; de hecho, Claudel completó después el oratorio con un prólogo que hace referencia a la II Guerra Mundial. Ha habido después guerras en Siria, en Somalia, ahora en Ucrania. Y me planteé una reflexión. «¿Es que no somos capaces de aprender, la humanidad no va a cambiar? Por eso llevé la puesta en escena a un futuro intemporal; encontré inspiración también en un libro que escribió Umberto Eco junto a varios intelectuales italianos, 'La nueva Edad Media'. Con la indefinición temporal quiero mostrar una sociedad que vuelve al pasado, una sociedad deshumanizada. Sobre el escenario se ve un mundo apocalíptico en el que Juana de Arco aparece como un rayo de luz y de esperanza; hemos querido que sea alguien con quien el público se pueda sentir representado y por eso Marion va vestida con un tejano y una camiseta, como una chica más dentro de ese universo de barbarie».

Juana de Arco, una joven francesa que a principios del siglo XV luchó contra los ingleses en la guerra de los Cien Años, y que murió en la hoguera con apenas diecinueve años, es un personaje, insiste Matabosch. «del que se ha apropiado todo el mundo; incluso Valéry Giscard d'Estaing la consideró un símbolo de la Unión Europea». Marion Cotillard dice de ella que «es una mujer con una fe profunda, de grandes convicciones que le otorgan una fuerza inconmensurable. Es una mujer en un mundo, el de la guerra, totalmente masculino, que por ello está en conflicto. Se le condenó injustamente a muerte acusándola de brujería, pero como no había pruebas tangibles la principal acusación fue que se vestía como un hombre. Cada vez que represento el papel descubro algo muy visceral, y todos tenemos que aprender de ella, de su fe y de la fuerza de sus convicciones. La intención y el ritmo que le da cada director de orquesta -continúa la actriz- lo convierten en una experiencia distinta y cada vez aprendo algo nuevo de Juana de Arco». Y añade la actriz que la puesta en escena de Ollé le ha permitido por primera vez tener una relación directa con el coro. «Normalmente está en una grada detrás de mí y no lo veo, pero aquí el coro me rodea, me toca, y se construye un diálogo muy fuerte. Es la primera vez que nos miramos a los ojos y les hablo directamente».

Juanjo Mena , el director musical de la producción, piropea a Marion Cotillard al decir que desconoce si la actriz sabe solfeo ni le importa. «Ya en el primer ensayo con orquesta que tuvimos hace un par de días parecía un miembro más de la propia orquesta, entrando a tiempo, con los ritmos precisos. Hay mucho riesgo para ella porque estamos haciendo música, y Marion demuestra una flexibilidad que convierte su trabajo en muy interesante».

Reconoce Marion Cotillard que gran parte de la fuerza emocional del personaje y de la obra está precisamente en la música y el ritmo. «Cuando interpreté esta obra por primera vez supuso para mí una experiencia muy potente como actriz. Casi no he hecho teatro a lo largo de mi carrera, pero me gusta hacer esta obra; la música es un apoyo muy importante porque hace surgir emociones muy profundas»

La partitura tiene influencias muy distintas, que van desde el canto gregoriano hasta el jazz, y una instrumentación singular, que incluye dos pianos, tres saxofones y las ondas Martenot que, dice Mena, «poseen una sensualidad que causa desasosiego, pero Honegger sabe utilizar incluso el humor. La orquestación es muy diversa, muy rica. La apertura de puertas que supuso la obra de autores como el propio Debussy -que aparece también en este espectáculo- permiten a Honegger dar un paso adelante y convertir 'Juana de Arco en la hoguera' en una obra global, en una obra maestra que no se ha hecho nunca precisamente por su complejidad. Es una ópera enorme que nos abre al futuro».

Y que, añade Àlex Ollé, «es de rabiosa actualidad porque habla de la condición humana». ¿Corremos el peligro de volver a la Edad Media?, se le pregunta a Marion Cotillard. «Depende de en qué parte del mundo nos encontremos... Hay algunos lugares en los que siguen en la Edad Media, y está claro que tienen que evolucionar. Es una pregunta con muchas implicaciones que no puedo contestar».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación