TEATRO

Lolita: «A veces me han mirado con lupa por mi apellido»

Del 1 al 5 de agosto, en el Festival de Teatro de Mérida, se representa «Fedra», de Paco Bezerra, en un montaje de Luis Luque, protagonizado por la actriz y cantante

La actriz y cantante Lolita Flores en el papel de Fedra Sergio Parra
Carmen R. Santos

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En 2005, Lolita Flores (Madrid, 1958) tenía ya tras de sí una carrera como cantante, en la que había cosechado un gran éxito, obteniendo varios discos de Platino en España e Hispanoamérica . Igualmente, había iniciado una trayectoria como actriz en cine y televisión. En la gran pantalla, tras una pequeña intervención en el filme «La Gitana y el Charro» -junto a sus padres, Lola Flores y Antonio González «El Pescaílla»-, debutó con la película «Haz la loca... no la guerra». Con posterioridad, en 2002, encarnó a Chelo Zamora en «Rencor», de Miguel Albaladejo, que le valió el Goya a la Mejor Actriz Revelación. Pero, quizá, le faltaba pasar la prueba de fuego en el mundo de la interpretación. El reto le llegó en 2005, protagonizando la pieza «Ana en el trópico», de Nilo Cruz, dramaturgo cubano afincado en Estados Unidos. Después vendrían obras como «Don Juan Tenorio», y «Sofocos», destacando su papel como Natalia, «Colometa», en la versión teatral que Joan Ollé realizó de la extraordinaria novela de Mercè Rodoreda «La plaza del diamante».

¿Cómo es la «Fedra» que sube ahora al escenario emeritense?

Todos conocemos el mito de Fedra , la princesa cretense, hija de Pasífae y Minos, quien encerró al Minotauro en el célebre laberinto. El núcleo de Fedra es el apasionado enamoramiento de su hijastro Hipólito. Sabemos también que son numerosos los autores que han abordado su historia, como, entre otros, Eurípides, Séneca, Racine, Unamuno o en nuestros días Sarah Kane. Pero los grandes mitos y las grandes obras clásicas tienen la ventaja de poder acometerse desde distintas perspectivas, y siempre están vigentes. La «Fedra» a la que ahora doy vida es la «Fedra» de Paco Bezerra, su autor, de Luis Luque, su director, y de Lolita Flores.

¿Qué características esenciales del personaje se han potenciado en este montaje?

-Es una mujer llena de amor y de desamor, que tira para adelante con ello, y con su soledad, su locura. Es una mujer fuerte. No me gustaría desvelar mucho, pero pienso que Paco Bezerra y Luis Luque lo han resumido bien al decir que han querido sacar al personaje de un cierto letargo en el que a veces se encontraba y construir una Fedra más combativa y con menos miedo, que lucha por lo que quiere.

¿Cuánto hay de Lolita en Fedra?

Evidentemente, la historia no tiene nada que ver con mi vida. Pero le he puesto, como hago siempre, toda mi alma.

Esta Fedra es muy luchadora y usted también lo es...

Sí, pero no creo que en este sentido ni Fedra ni yo seamos especiales. Todas las mujeres somos luchadoras.

«Fedra es un personaje fuerte. Pero no creo que ni ella ni yo seamos especiales en este sentido. Todas las mujeres somos luchadoras»

¿Sigue algún método interpretativo? ¿Cómo elabora los personajes?

Sobre todo hago mucho caso al director, y me meto a muerte en la piel del personaje. Ahora, siento que soy Fedra, y pienso como ella. Comprendo su conflicto, sus sentimientos, que, por otro lado, son los de todos los seres humanos: soledad, aburrimiento, enfado, ira... Lo que hay que hacer es rebuscar dentro de uno mismo.

¿Qué supone para usted volver a Mérida?

-Una enorme responsabilidad, y le confieso que un poco de miedo, pues es un escenario muy exigente. La verdad es que Mérida impone mucho.

Ya estuvo allí hace tres años...

Sí, aunque en realidad es como si fuera la primera vez. Y no solo en Mérida. Cada nueva función, cada papel, plantea un nuevo desafío. Siempre se tienen los mismos nervios y la misma incertidumbre cuando se estrena algo. Yo no escatimo ganas ni esfuerzo para hacerlo lo mejor que sé. Pero nunca sabes qué va a pasar, igual que sucede cuando sacas un disco. Además, estuve en Mérida con una comedia, «La asamblea de mujeres», y ahora me enfrento a una tragedia.

¿Considera que la tragedia entraña más dificultades?

Básicamente no. He interpretado comedia en varias ocasiones, por ejemplo, en esa «Asamblea» o en «Prefiero que seamos amigos», pero también papeles más dramáticos como el de Colometa en «La plaza del diamante». Cada género y personaje presenta su complicación. Aunque quizá resulte más difícil hacer reír que llorar. No obstante, lo decisivo es que me guste el papel.

¿Se siente desaprovechada en el cine?

Lo cierto es que ni aprovechada ni desaprovechada. Sucede que no me llaman, a pesar de que creo que he demostrado mis posibilidades en el medio.

«Profesionalmente estoy en una etapa muy dulce, y en lo personal tengo muchísima ilusión por el nieto que viene. Todos estamos muy felices en la familia»

¿Quizá le ha compensado su trabajo en series televisivas?

No lo sé, pero sí le digo que es un ámbito en el que me siento muy cómoda.

¿Recuerda con agrado su experiencia como entrevistadora en «Lolita tiene un plan»?

Fue muy positiva, y me divertí muchísimo. Me encantaría repetir.

¿Siempre deseó dedicarse al espectáculo?

No. Me vino de golpe. Me escucharon cantar y a los 16 años me grabaron un disco. Y hasta aquí. No me arrepiento de nada. Tengo una vida muy plena profesionalmente, que me llena muchísimo. He hecho cosas maravillosas y otras no tanto, pero de estas he aprendido mucho.

¿Le ha pesado el apellido?

Le ha pesado más a la gente que a mí. Cierta gente me ha mirado con lupa por llamarme Flores, como hoy le puede pasar a mis hijos. Pero creo que se equivocan. Yo me siento muy orgullosa de mi apellido.

Está en un buen momento personal y profesionalmente...

-Sí. Profesionalmente es una etapa muy dulce, y en lo personal tengo muchísima ilusión por el nieto que viene. Mi hija está como loca, y todos estamos muy felices en la familia.

¿Continuará combinando la canción con la interpretación?

La canción la tengo bastante abandonada por ahora, pero nunca la dejaré. Lo que ocurre es que especialmente el teatro te exige mucho, implica mucha responsabilidad. Y entre la escena y programas televisivos -en septiembre vuelvo con «Tu cara me suena»-, prácticamente no te queda tiempo para más.

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