Lluís Pasqual hace doblete napolitano con Eduardo De Filippo

Dos piezas en una. Lluís Pasqual tenía muchísimas ganas de dirigir una obra de Eduardo De Filippo y buscando buscando optó por recuperar «Hombre y señor» y «La gran ilusión».

«La idea es pasar una noche con De Filippo, presentamos una fiesta del teatro en el escenario del Lliure de Montjuic -destaca Pasqual-. El reto era encontrar el tono de ambas piezas».

Pasqual recupera «Hombre y señor», una pieza de juventud en la que los actores de una tristísima compañía ensayan una obra en un hotel. «El espectador asiste a un ensayo ambientado en los años 30 con los conflictos entre el apuntador y el primer actor», desvela. Sin transición, con una cortina musical, el público entra en «La gran ilusión», una de las menos representadas del autor napolitano.

«La gran ilusión» fue un fracaso. «La escribió en 1948 y la representó él mismo en Trieste. No tuvo ningún éxito y fue tildada de pirandeliana», desvela Pasqual mientras afirma que De Filippo escribía las obras para representarlas él junto a su fiel compañía. En la versión catalana descubrimos a Jordi Bosch que se pone el traje de ilusionista: «Es un pobre desgraciado, es un mago que hace experimentos y actúa en un hotel donde hace trucos muy cutres como hacer desaparecer a una mujer que se fuga con su amante».

Vivir en el engaño

En «La gran ilusión» también encontramos a Ramon Madaula en el papel de Calogero Di Speta, un marido despechado que decide vivir largos años con el mago para vivir en el engaño de que su mujer no le ha abandonado. «No puedo entender que De Filippo no tuviera éxito con esta pieza», reivindica Madaula.

«Es la primera vez que dirijo a De Filippo y he disfrutado mucho -destaca Pasqual-. En “La gran ilusión” el espectador se plantea si es mejor afrontar la realidad o fabricarse una ilusión para poder vivir».

La actriz Mercedes Sampietro se suma al elenco. «Estoy emocionada de trabajar con Pasqual, de debutar en el Lliure y de repetir De Filippo de quien tuve la suerte de representar “Dissabte, diumenge i dilluns” en el TNC».

Los actores de esta propuesta napolitana coinciden en que han trabajado los personajes como si fueran dibujos animados de Disney, con su carga de tristeza y melancolía.