El largo viaje de la adolescencia a la edad adulta

Se estrena en Madrid «El curioso incidente del perro a medianoche», de Simon Stephens, uno de los grandes éxitos del teatro británico de los últimos años

El extenso reparto de «El curioso incidente del perro a medianoche» David Ruano
Julio Bravo

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«Un perro muerto en medio del escenario. Una gran horca de jardín clavada en su costado. Christopher Boone, de 15 años, está de pie a un lado del perro». Con este planteamiento empieza « El curioso incidente del perro a medianoche », una de las funciones de mayor éxito en el West End londinense de los últimos años. Escrita por Simon Stephens a partir de una premiada novela de Mark Haddon, se estrenó en el Royal National Theatre de la capital británica en agosto de 2012; el montaje obtuvo siete premios Olivier (los más importantes galardones del teatro británico) y pasó después de varios meses al West End (el circuito comercial), donde estuvo en cartel casi cinco años. Ahora, la obra llega a Madrid -el año pasado se estrenó en catalán en Barcelona-, en un montaje dirigido por José Luis Arellano. Servirá, además, para inaugurar la nueva etapa del teatro Marquina, ahora bajo la dirección artística de Gerardo Vera, quien firma la escenografía del montaje. La adaptación del texto es de José Luis Collado , y el reparto incluye a Alex Villazán , Marcial Álvarez, Lara Grube, Mabel del Pozo, Carmen Mayordomo, Anabel Maurín, Boré Buika, Eugenio Villota, Alberto Frías y Eva Egido.

El protagonista de «El curioso incidente del perro a medianoche» es Christopher, un joven con trastorno autista o síndrome de asperger –en la novela no se especifica– que vive una aventura para resolver un enigma y, de paso, resolver el misterio de la vida. «La función es un gran espectáculo –explica el director, José Luis Arellano –, tiene un andamiaje similar al de los grandes musicales; y, al mismo tiempo, está el viaje iniciático –mucho más íntimo, más pequeño– de un adolescente, que a través de su inocencia nos plantea cómo somos nosotros, los adultos ».

Una de las grandes complicaciones de este montaje es hallar a un protagonista adecuado , que ofrezca al mismo tiempo la madurez suficiente para defender durante más de dos horas a su personaje y que transmita la inocencia que tiene Christopher. «Álex –dice el director– ha sido la pieza fundamental. He trabajado con él en la Joven Compañía , es un actor que lleva a las espaldas mil y pico funciones ya, con dos giras largas incluidas, que tiene esa contextura y que está capacitado para hacer el personaje desde el punto de vista profesional. Y personalmente tiene una mirada llena de inocencia; siempre se la he visto así . Christopher también la tiene, y ese es el secreto para que podamos descubrir el mundo a través de los ojos de alguien que no está pervertido».

Álex Villazán encarna al protagonista, Cristopher David Ruano

Álex Villazán se refiere a su personaje en «El curioso incidente...» como el mayor reto de su carrera . «Por su inmensidad. Me paso las dos horas y cuarto que dura la función sin salir del escenario». Es un personaje que el autor de la obra, Simon Stephens, deja sin terminar de definir. «No se sabe bien si es Asperger, autista... Cada uno lo diagnostica de una manera, yo he escuchado de todo –dice el joven actor–. El texto solo habla de cuál es la percepción del mundo que tiene este chico, y es ahí, en el texto, donde hay que encontrar la guía, porque lo marca de manera muy clara. Pero no puedes ni pasarte ni quedarte a medias . A lo largo de la función, Christopher va experimentando un cambio... El paso de la adolescencia a la edad adulta, que es un gran paso».

Inocencia y rebeldía

Especifica Álex Villazán que Christopher es totalmente inocente, pero que no deja de tener «un punto de rebeldía, de pícaro. Y ahí entra mi trabajo de investigación para crear mi propio Asperger y darle singularidad al personaje. «Porque cada uno somos un mundo». «¿Te has fijado que no te mira a los ojos?», advierte Arellano. «Está totalmente imbuido del personaje».

Está muy marcado en la función, además, el asunto de la tolerancia –completa José Luis Arellano–, cómo vemos al diferente, cómo lo aceptamos. Y esa es otra de las razones por las que esta función engancha al público: porque habla de los temas clásicos, del tiempo y del espacio, del paso abrupto a la edad adulta... Ese paso está muy bien contado en el texto».

«La función –concluye el director– habla de la fragilidad del ser humano, pero plantea también un juego teatral, que estaba incluso en la novela, y que hace que veamos en escena lo que es la cabeza de Christopher. Y hay que ofrecer un espectáculo porque su cabeza lo es». Ahí entra la escenografía de Gerardo Vera , las proyecciones de Álvaro Luna , las luces de Juanjo Llorens y la música de Luis Delgado , que conforman el inabarcable universo del adolescente. «Pero al mismo tiempo –señala Arellano–, está función tiene un componente íntimo que no podemos dejar de cuidar».

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