Un festín teatral

Bárbara Lennie, Francesco Carril, Nuria Mencía y Javier Cámara, en una escena de 'Los frasantes' Luz Soria
Diego Doncel

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No es extraño el éxito que Pablo Remón está teniendo con esta obra. 'Los farsantes' es un festín teatral donde el teatro enseña sus costuras, un homenaje y una profanación de ese sueño de perseguir ficciones, empezando por las ficciones que nos hacemos de la comedia de nuestra propia vida. Remón, como Miguel Mihura, se quita el sombrero y saca frescos sentimentales amparados por la sátira y el humor, muestra hasta qué punto muchas de nuestras certezas son inválidas y aun disparatadas, el sueño de tanta gente que vive en todas las buhardillas del mundo, como escribió Pessoa.

'Los farsantes' es la historia de Ana y la historia de Diego, una actriz de poca monta que se da de bruces con las miserias y las dudas de su propia vocación, y un cineasta que hace equilibrios en el alambre de una industria que lo perturba tanto como lo traiciona. Dos seres a la deriva que son la hija y el amigo de ese fantasma llamado Eusebio, un director de películas de culto que se perdió en el olvido al que lo condenó la naturaleza oscura de su arte. Con unas muy claras y explícitas notas autoficticias (la figura de su abuelo, por ejemplo), Remón lleva acabo una revisión de lo que puede ser el teatro hoy. Se burla de Sarah Kane y ve en su suicidio el símbolo de un callejón sin salida al que llegó el arte teatral y establece, por el contrario, lo que debe ser el arte de hacer comedias de nuestro tiempo. Entre ingenio e ingenio, entre sarcasmo y sarcasmo, no deja títere con cabeza, no le importa caer en cierto maniqueísmo, como no le importa caer en una buscada superficialidad de principios porque lo importante es mostrar hasta qué punto todas nuestras ideas tienen ese lado de farsa, incluso esa entelequia que es la construcción de nuestra identidad. A Remón le gusta mirar qué hay debajo de los tejados de vidrio de los discursos establecidos, de las ideas que tenemos de nosotros mismos; hasta qué punto la historia –también la personal, con sus ambiciones y sus crisis–, es una ficción. Pone jocosamente el nombre del filósofo surcoreano Byung-Chul Han a un perro porque nuestra sociedad del cansancio está cansada de ser rehén de esa eterna y obligada superación de sí misma y no la versión normal de seres que buscan la normalidad.

'Los farsantes' es una obra fascinante, que seduce tanto como hace pensar, como hace gozar, a pesar de sus imperfecciones y su material de acarreo, de lo que el teatro nos puede seguir interrogando. Es una función donde la magia, la seducción no solo está en el texto, sino también en un elenco donde Bárbara Lennie, Nuria Mencía, Francesco Carril y Javier Cámara se muestran sencillamente portentosos. Y donde la escenografía de Monica Boromello hace del espacio escénico una delicia visual. Con 'Los farsantes' Pablo Remón ha escrito una obra que no será pasto del olvido. Y que el público agradece.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación