Comienza el Festival de Almagro, «la reserva natural del Siglo de Oro»

Con la entrega del premio Corral de Comedias a la actriz Adriana Ozores se levantó el telón de la 65ª edición

Marta Poveda, en «La hija del aire» CNTC
Julio Bravo

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Un pequeño corral de comedias construido en la Plaza Mayor de la localidad manchega de Almagro, en Ciudad Real, en la primera mitad del siglo XVII, y redescubierto en 1952, se ha convertido en el epicentro de una de las mayores citas del teatro del Siglo de Oro español: el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro . Ayer arrancó la 42ª edición del certamen, que levantó el telón con la entrega del premio Corral de Comedias a la actriz Adriana Ozores , vinculada durante años a la Compañía Nacional de Teatro Clásico .

Cerca de medio centenar de estrenos, veinticinco de ellos absolutos, firme protagonismo de la mujer, atención preferente a dos figuras de nuestro Siglo de Oro nacidas en México - Sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón - y decidida vocación internacional -y, especialmente, americanista- son algunas de las claves de este festival, segundo que se celebra bajo la batuta de Ignacio García . «Somos la reserva natural del Siglo de Oro -sentencia-. Almagro es el espacio de referencia para este repertorio, como Stratford lo es para Shakespeare y Oslo lo es para Ibsen».

Más del noventa por ciento de las setenta compañías que participan en esta edición lo hacen con propuestas del Siglo de Oro , presume García, que añade que el reto es combinar la cantidad con la calidad. «Mucha gente, creadores y espectadores, se sintieron fuera del Siglo de Oro, cosa que no les ocurre a los anglosajones con Shakespeare. Y tenemos que conseguir que cada vez más gente se sume y ofrezca miradas distintas».

Insiste García en el carácter patrimonial del repertorio del Siglo de Oro. «Le exigimos al Estado que cuide el patrimonio histórico, arqueológico -el Acueducto de Segovia , el Museo del Prado ...- y el patrimonio natural -el lince ibérico-. Nosotros estamos a mitad de camino, pero estamos obligados a cuidar eso, porque es una especie en peligro de extinción. Si no lo defendemos, desaparece». Y ese patrimonio, añade, se puede presentar, como hace una compañía mexicana, haciendo «El gran teatro del mundo» con máscaras de lucha libre (se titula « La gran lucha del mundo »); «tiene que caber todo: el auto sacramental, la mística, la picaresca novohispana; el gran triunfo del festival es sumar mucha gente a la causa del Siglo de Oro».

Carmen Cortés

El festival ha posado su mirada en esta edición sobre una figura: Sor Juana Inés de la Cruz, cuyo retrato es la imagen del certamen. «De ella vamos a poder ver su teatro -“ Los empeños de una casa ”, “Amor es más laberinto”- y su poesía; vamos a poder escuchar su música, su cancionero; vamos a poder comer sus recetas -e lla escribió el recetario del convento de los Jerónimos -; vamos a poder leer textos sobre su trabajo científico, como astrónoma... Eso es lo que tenemos que hacer, ampliar el espectro mental del Siglo de Oro».

Y es que este festival tiene una clara vocación feminista: veintiséis mujeres dirigen alguno de los distintos espectáculos; se representarán textos de veinticinco dramaturgas contemporáneas , y trece más de autoras del Siglo de Oro. Apunta Ignacio García que hay que desterrar la leyenda negra del teatro español de la época. «Había espacios de pensamiento y de reflexión que hoy en día, quizás el confort, el consumo y el estado del bienestar ha eliminado. Cuando criticamos la España del XVI y del XVII, no valoramos cosas como que Sor Juana Inés de la Cruz pudiera publicar en 1689 « Inundación Castálida » en Sevilla y Madrid. ¿Qué autora del mundo anglosajón, ”tan abierto y liberal”, que viniera de América publicaba en Londres en el siglo XVII? No la hay. Y otro hecho: Juan Ruiz de Alarcón, nacido también en México, estrena desde 1611 más o menos, en los mismos corrales que Lope y Calderón; que me digan un autor nativo americano que estrene en Londres en la época... Incluso en los siglos XVIII y XIX. Nos echamos el estigma de ser racistas, machistas, de perseguir lo diferente, pero la verdad es que en España las mujeres podían actuar y en Gran Bretaña estaba prohibido».

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