Bárbara Lennie y Javier Cámara juegan juntos por vez primera

El actor vuelve al teatro tras una ausencia de doce años e interpreta junto a la actriz 'Los farsantes'

Nuria Mencía y Francesco Carril completan el reparto de la obra, escrita y dirigida por Pablo Remón

Javier Cámara y Bárbara Lennie, durante la entrevista Ignacio Gil
Julio Bravo

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Se tenían muchas ganas. «Yo te había visto en 'Todas las canciones hablan de mí', de Jonás Trueba, pero después vi 'Magical girl' y dije: ¡Dios!». Quien habla es Javier Cámara , y se refiere a Bárbara Lennie , que completa: 'No habíamos coincidido; siempre me he quedado con las ganas, por pura admiración». Quien los ha reunido es Pablo Remón , autor y director de ' Los farsantes ', una obra que empezó a escribir durante el confinamiento, y que se estrena hoy en el Teatro Valle-Inclán, dentro de la programación del Centro Dramático Nacional ; Nuria Mencía y Francesco Carril completan el reparto de esta función, en cartel hasta el 12 de junio, y de la que el autor dice que es «una sátira sobre el mundo del teatro y del audiovisual, a la vez que una reflexión sobre el éxito, el fracaso y los papeles que encarnamos, en la ficción y fuera de ella».

Trabajar juntos -y con el autor y director-fue una de las razones que les llevó a aceptar el proyecto, cuentan, incluso antes de leer el texto. Fue, dice Cámara, «un salto al vacío con red». Bárbara ya había trabajado con Remón en 'El tratamiento' y Javier coincidió en dos capítulos de las series ' Venga Juan ' y ' Vamos Juan ' -en los que el actor se estrenó como director-. Y es que los dos le dan tanto valor al proceso de creación del espectáculo, al viaje, como al texto o el personaje. «A mi me parece mucho más importante. Necesito ir muy bien acompañado; en el teatro no hay red. En las dos horas y veinte que dura 'Los farsantes' los cuatro actores hacemos de todo, decimos de todo y tenemos que llevarnos muy bien para sostener una función muy compleja, muy divertida, pero a la vez llena de matices y de de lugares a los que tenemos que acompañar al público. Y para mi es importantísimo el viaje. El resultado realmente cada vez me importa menos, porque me he dado cuenta de que si me lo paso bien, la gente se va a dar cuenta y se lo va a pasar también bien. Me gusta mucho el talento, por otro lado; y cuando vi este grupo me dije que no se puede soñar mejor compañía».

'Los farsantes' es un traje a medida para los cuatro actores escrito por Pablo Remón: «me alimento mucho de quién va a interpretar la obra, me importan más los actores que los personajes -dice el autor-, y voy pensando dónde puedo colocarles, o llevarles a lugares donde los he visto menos». «A veces no se nota que el traje te lo han hecho a medida -explica Bárbara Lennie- hasta que pasan unos días, y te das cuenta de que en una frase hay algo de mi energía y de mi universo, de lo que yo traigo; que, por otra parte, se redimensiona con el trabajo. Una de las cosas más interesantes de este trabajo es que otros escriban cosas que te permitan redescubrir y reabrir tu universo».

Los actores, interviene Pablo Remón, tienen una idea preconcebida de lo que pueden hacer y lo que no, «pero cuando son tan buenos como estos cuatro obviamente pueden hacer de todo, y a mí me motiva al escribir ponerles, de alguna manera, en dificultades, retarles». Y ese reto, tercia Cámara, lo aceptan ellos. «Podríamos estar haciendo cine o una serie, ganando más dinero, pero volver al teatro te pone en un lugar... Yo tengo nervios de principiante , me siento el más inexperto en este momento, y eso es algo que me gusta mucho. Tengo una sensación similar a cuando he hecho trabajos en inglés o en francés: tenía que estudiar mil veces más el texto. Son momentos en que descubres cosas de ti que no eras consciente de que podías hacerlas. Para mí, hacer teatro es estar en la cuerda floja y necesitas estar muy bien acompañado porque después del triple salto mortal te recogen unas manos que vienen de otro trapecio».

Un circo de tres pistas

Metidos en el lenguaje circense, el actor define 'Los farsantes' como «un circo de tres pistas. Pasan muchas cosas, y has de estar con gente entrenada, tensa, preparada con el músculo y la emoción. A mí, por ejemplo, ensayar cuarenta y cinco días me pareció mágico. Hay muchas películas y series en las que no se ensaya ni un solo día ; estar cuarenta y cinco días en una sala de ensayo es una maravilla. Poder probar, cambiar... Que esto que nos gustaba al principio ya no nos acaba de gustar, porque ya no nos hace mucha gracia. Vamos a por otra cosa. Ese recorrido me parece un regalo».

Javier Cámara repite a menudo que él se hizo actor porque quería hacer teatro; la carrera le ha llevado por otro camino, y de su anterior experiencia escénica, 'Realidad', de Tom Stoppard , han pasado doce años. Por eso habla con el entusiasmo de un principiante. Llega este nuevo viaje teatral, además, en un momento muy especial, cuando el público puede acudir a los teatros, por fin, sin mascarilla. «Tengo muchas ganas -abre los ojos entusiasmada Bárbara Lennie-. Me he olvidado ya de cómo es salir al escenario y ver la cara de la gente . Supongo que será muy emocionante. Han sido tiempos muy extraños y muy perturbadores para mí, y esto sí es, de alguna manera, como una vuelta a una vida. Creo que lo recordaremos». Las primeras funciones han puesto ya el cartel de 'No hay billetes', y el ritmo de venta es muy veloz. «Hay expectación por ver esta función; por lo que hace Pablo, que por algo es premio Nacional de Literatura Dramática, y seguramente nosotros también arrastremos... Y tener el teatro lleno es muy gratificante».

Javier Cámara, Bárbara Lennie y Pablo Remón Ignacio Gil

La pandemia ha marcado un antes y un después en nuestra existencia. También en el teatro, lógicamente. De hecho, Pablo Remón dice que esta obra no hubiera existido sin la pandemia. «Seria otra, no sé si mejor o peor. En mi caso, hacer teatro es algo compulsivo, casi animal, y durante la pandemia he echado de menos esa compulsión en lo que hacíamos, no solo en escribir».

«Nos hemos dado cuenta todos de la gran necesidad que tenemos todos de que nos cuenten historias -reflexiona Bárbara Lennie-. Ha habido un nivel apabullante de consumo de ficciónde series, de películas, de novelas, de música. El arte se ha convertido en un lugar de refugio, de inspiración, de contención, de imaginación ; un lugar de libertad, algo que era ya una evidencia pero que de repente se ha hecho muy, muy tangible». «La gente, sin embargo, no está volviendo al cine -tercia Cámara-. Pero sí al teatro. Al teatro la gente viene a escuchar, a cuestionarse. El teatro es modernísimo, está quedando como el único espacio colectivo donde preguntarse cosas».

Interviene Bárbara: «Y lo bonito de esta función es que es muy vital... Y venimos de un lugar muy oscuro, la gente está angustiada. y en 'Los farsantes', como decía Javi, pasan muchas cosas: hay vida, hay viajes, hay luz, hay juego... Y creo que eso les apetece mucho a los espectadores. Es un lugar propicio para que disfuten». «Y para que jueguen», completa Cámara. «Es una fiesta», tercia Remón. Y el actor cierra: «Es el recorrido de alguien que se hace preguntas: ¿estamos predeterminados a hacer algo o tenemos la capacidad de decidir qué hacer con nuestra vida? Y eso es tan universal... Hablamos del mundo de los farsantes, del teatro, pero en el fondo hablamos de todos nosotros. El teatro interesante es que habla de nosotros mismos».

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