Entrevista

Víctor Manuel: «España sufre una enfermedad de rico»

El cantautor asturiano presenta este sábado en Sevilla su nuevo disco «Nada está en su sitio»

Víctor Manuel actúa este sábado en el Cartuja Center F.R.M.

Fernando Rodríguez Murube

Víctor Manuel regresa a Sevilla para presentar en el Cartuja Center «Nada está en su sitio», su flamante disco tras una década sin publicar material nuevo. El asturiano atiende ABC de Sevilla para describir sus sensaciones sobre la gira en la que está inmerso, la industria musical y, cómo no, la situación del país.

A lo largo de su trayectoria ha sido un autor muy comprometido, parece que con los años esa faceta va quedando en un segundo plano (obviamente sin desaparecer) para dar paso a cantarle a otras historias más mundanas. ¿A qué se debe?

Siempre he tratado de equilibrar mis discos. Hay una parte centrada en el día a día, en lo que está pasando, en lo que a mí me inquieta, pero no dejo de incluir canciones de temática costumbrista, de amor, etc. Y en este disco pasa igual, hay canciones muy existencialistas, otras frontalmente políticas, bucólicas…todo cabe.

¿Por qué ahora la canción protesta se ha convertido en una «rara avis»?

La panorámica musical ha cambiado radicalmente desde hace muchos años en este país. Ahora las canciones comprometidas no suenan en la radio. Antes podíamos encontrar complicidad en los medios, ahora no. Ya me gustaría poder escuchar en los 40 a Jorge Drexler, un pedazo de artista depurado y exquisito, y que además es joven, pero jamás lo escucharás. Los de mi generación estamos amortizados por la edad, es ley de vida.

Muchas de sus canciones tienen un tono bucólico. ¿Acaso le inspira más el campo a la hora de componer?

Mi experiencia, y la he compartido con otros músicos y pintores, me dice que no se puede tener nada enfrente a la hora de componer: ni una chimenea, ni el mar, ni un paisaje bellísimo. Mi método es encerrarme en un sótano a oscuras y con luz artificial, y ahí dar rienda suelta a la imaginación. Hay un caso extremo en este sentido, el del pintor asturiano Eduardo Úrculo, que se fue a vivir a Menorca durante tres años y no fue capaz de pintar ni un cuadro, luego se fue a Madrid y allí pintó las vacas, los prados y los paisajes de Menorca.

En el tema «Digo España» canta que «casi nada está en su sitio», una frase que también da título al disco. ¿Qué significado tiene?

Intento plasmar esa desestabilización que siente uno ante la velocidad de la información y la tecnología, de que casi no sabemos diferenciar entre noticias falsas y verdaderas. También alude a la situación política del país. Es evidente que todo está descolocado.

Corren tiempos convulsos, aunque diferentes a los de sus inicios.

Escribí «España camisa blanca de mi esperanza» hace 37 años en una situación radicalmente diferente a la que estamos viviendo ahora. Era una España que venía del blanco y negro e iba al color, transformándose poco a poco. Ahora, en cambio, sufrimos enfermedades de ricos. Los ricos cuando se vuelven ociosos piden la Luna. No, mire usted, es que no va a poder ser. Hay gente en este país que se siente supremacista, que se siente superior a los demás. En Asturias hay un espécimen que se le conoce como «grandones», son los que dicen que Asturias es la hostia, que solo Asturias es España y lo demás fue conquistado a los moros. Lo que pasa es que en Asturias no ha habido nada que sustente eso, ni siquiera ha habido «carlismo» como en el Cataluña, el País Vasco o Galicia; de modo que esa idea no ha prosperado políticamente.

«Niego que no haya salidas», dice en ese mismo tema. Obviamente, se refiere al tema catalán.

Claro. Lo que está pasando ahora es algo que me produce una enorme sensación amarga, porque hay mucha gente en Cataluña que lo está pasando realmente mal. ¿Cómo es posible que en este país, que está tan mezclado, tan cruzado, se estén diciendo semejantes gilipolleces a estas alturas? Me parece una manera tan innecesaria de fragmentar y dividir... En este sentido, echo de menos el coraje de algún político catalán que se dirija a los ciudadanos y les diga: «mirad, esto ha sido un mal sueño, por ahí no podemos tirar, habrá que inventar otras cosas, pero desde luego todo esto que hemos contado es mentira». Eso es coraje. Alguien que les cuente la verdad de lo que les pasaría si prosperase el procés. Nadie hace eso, porque en Cataluña se estaría suicidando políticamente.

Llevaba diez años sin componer, y tengo entendido que ahora ha escrito 24 canciones de una vez.

Tenía ganas, era el momento. Necesitaba componer y cantar. Escribí todas las canciones en apenas un mes y medio. Yo no escribo canciones a no ser que tenga a la vista un proyecto nuevo. Lo que sí hago es tomar notas en el teléfono constantemente, musicales y literarias. Me han ayudado muchísimo como punto de partida. Y parece que la cosa ha dado resultado, porque hacía muchos años que no me decían que había hecho un disco bueno.

¿Qué le espera a los sevillanos que acudan mañana a su concierto?

La gira está funcionando muy bien, es una mezcla del repertorio de toda la vida (80%) con canciones del nuevo disco (20%). Por primera vez en mi carrera abro y cierro con dos canciones nuevas, un síntoma inequívoco de que el disco está funcionando muy bien en general, y estas dos en particular: «Ahí arriba al Norte» y «Digo España», que hace que la gente salte de sus asientos como un resorte.

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