Festival

Tali Carreto: «El crecimiento como festival del Monkey Week en Sevilla ha sido brutal»

El director del festival avanza las claves de la décima edición, que presenta conciertos de más de un centenar de bandas en la Alameda de Hércules

Tali Carreto, codirector del Monkey Week M. J. LÓPEZ OLMEDO

Jesús Morillo

Los aficionados a las mutaciones menos acomodaticias de las músicas populares contemporáneas , con especial acento en el pop y el rock, tienen una cita marcada en el calendario con el Monkey Week , que acogerá del jueves al sábado más de un centenar de conciertos en la Alameda de Hércules .

El festival, que celebra su décimo aniversario , afronta su t ercera edición en Sevilla con cambio de fechas, de octubre a noviembre, y poniendo, sobre todo, el foco en crecer en su vertiente de feria profesional , especialmente, tras su inclusión en Ines , la red europea de festivales de «showcases», lo que supondrá un aumento del número de profesionales de todo el mundo y que debe traducirse en un futuro en una mayor presencia internacional en el cartel.

Este año, sin embargo, el certamen se reivindica con la apuesta por bandas españolas que dieron sus primeros pasos en el festival. En total, más de un centenar de conciertos y «showcases» de jueves a sábado. Tali Carreto , codirector junto a Jesús y César Guisado del Monkey Week, avanza las claves de esta edición.

Este edición va a ser especial porque el festival celebra sus diez años, ¿se cierra una etapa y se abre otra?

Es un poco bisagra. Es nuestro tercer año en Sevilla. Los dos primeros han sido de asentarnos y vemos que este es el primero en que el público sevillano comienza a sentir el festival como suyo. Ya no es el festival que vino de El Puerto de Santamaría. Además, el festival ha crecido brutal, sobre todo, en el ámbito profesional. La inclusión en Ines, la plataforma europea que tenemos con otros diez festivales de «showcases», ha sido un antes y un después. Va a ser un salto cualitativo en el ámbito profesional y en la internacionalización.

«Este año en los showcases hay más de países europeos. Lo de muestra internacional va a ser cada vez más real»

Estas cuestiones le pueden quedar un poco lejos al público, pero ¿ese mayor peso de lo profesional y de la internacionalización tendrá su reflejo en un futuro en la programación?

Efectivamente. En los «showcases» hay más de países europeos que en ediciones anteriores, porque va a haber una mayor representación de esos festivales asociados gracias a Ines. Sabemos que va a ir creciendo y probablemente, según vayan avanzando las ediciones, ese epígrafe de muestra internacional de música en directo va a ser cada vez más real.

La edición también es una ocasión para celebrar a grupos que arrancaron en el Monkey años atrás y que ahora están consolidados.

Aprovechando el décimo aniversario, nos planteamos que la parte internacional de contratación no estuviera y dedicarlo a todos esos valores nacionales que han pasado en ediciones anteriores, en las que hemos crecido nosotros como festival y ellos como artistas. Nos hubiera gustado tener a todos. Este año están Pony Bravo, Perro, Toundra, Viznaga, Novedades Carminha, Lorena Álvarez… Si hubiésemos metido todos los grupos que han pasado y que ahora son más populares no hubieran cabido.

Con qué cifras de público cerró el festival el pasado año y qué expectativas tienen.

El año pasado fue un bastante bueno. Nos tenemos que limitar al aforo total que tenemos entre todas las salas. Fueron unas 10.000 personas al día en las jornadas principales y 6.000, el jueves. Se suma en esta edición que hay más invitados y acreditados que nunca, y tenemos muchísimo público de fuera de Sevilla.

«Hay quejas puntuales, pero el grueso del vecindario está a favor de que un evento como el Monkey Week esté aquí»

¿Qué porcentaje de público visitante tienen?

El 60% del público es de fuera.

Eso contrasta con las cifras de la mayoría de festivales de Sevilla, donde la gran mayoría es público local.

Hay más de cien grupos que están tocando aquí y que en su mayoría es gente de fuera. Esa es también una razón de que el festival, al ser urbano, mueva también a la hostelería local, porque hay gente aquí que pasa tres días, tiene que alojarse, comer fuera…

¿Han recibido quejas vecinales?

Hay quejas puntuales. Tras la primera edición, se minimizaron errores. Los conciertos acaban a las 23.45 en los espacios públicos y a las 22 los del Espacio Santa Clara, una hora ideal para poder descansar. Ha habido gente que nos ha felicitado por los cambios y alguna gente se seguirá quejando, pero el grueso del vecindario está a favor que un evento como el Monkey Week esté aquí.

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