«Manglano representaba a esa pequeña parte del Ejército que siempre tuvo una clara convicción democrática»

Andrés González-Barba

14/03/2022
Actualizado 15/03/2022 a las 00:20h.

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El adjunto a director de ABC, Juan Fernández-Miranda , y el periodista de ABC Javier Chicote han sido este lunes protagonistas del Aula de Cultura de ABC, espacio donde han presentado 'El jefe de los espías' , un libro que es fundamental para entender los papeles que a lo largo de su vida archivó el director del Cesid entre 1981 y 1995, Emilio Alonso Manglano .

Patrocinado por la Fundación Cajasol y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla , estos dos periodistas han ido desvelando el contenido de los documentos de un personaje clave en la España posterior al 23-F y que registró día a día hechos relevantes relacionados con el gobierno de Felipe González , ETA , el llamado 'sindicato del crimen' o el Rey Don Juan Carlos , entre otros protagonistas.

El director del Aula de Cultura, Francisco Robles , ha iniciado su intervención diciendo que este es un «libro imprescindible para conocer la historia de España» y ha elogiado también la labor realizada por el padre del adjunto al director de ABC, Torcuato Fernández-Miranda , «hombre vituperado por los unos y por los otros, pero que nos llevó de la dictadura a la democracia y que fue capaz de escribir en un fin de semana en Navacerrada el guion de la Transición ».

Juan Fernández-Miranda ha iniciado su intervención diciendo que Manglano «es un personaje esencial sobre todo tras el 23-F, cuando asume el mando del Cesid. Hacía falta un servicio de inteligencia moderno y capaz. Él era jefe de la Brigada de Paracaidistas y se puso de parte del Rey en el 23-F . Su papel fue fundamental en el crecimiento internacional de España y apuntaló la relación con los países hispanoamericanos y con la CIA gracias al intercambio de información«. Asimismo, ha continuado señalando que este general »hizo un gran servicio de inteligencia y fue la persona mejor informada de España y la más influyente en esos años detrás del Rey Juan Carlos y de Felipe González ».

El adjunto al director de ABC de Sevilla, Alberto García Reyes , ha comentado por su parte que Manglano «tuvo que ser un espía magnífico porque no dejó huella de nada, pero también lo dejó todo escrito, lo cual habla de su vanidad ». En ese sentido, Javier Chicote ha subrayado que «sí era un personaje vanidoso y, de hecho, fue conocido como el jefe de los 'guerreros de las sombras'. Al final cayó con el caso de las escuchas del Cesid, del que Manglano salió achicharrado ». Además, este periodista de investigación ha dicho que «no sabemos por qué guardó los papeles, pero él escribió la historia de su vida documentando hechos curiosos como la época en la que quiso ser sacerdote». Por su parte, Fernández-Miranda ha puntualizado que este libro es «como una especie de memorias de Manglano de 1981 a 1998. En los años sesenta anotaba sus ascensos en el ejército, sus encuentros con Don Juan, las veces que aparecía en la prensa, etc.».

Fernández-Miranda ha continuado señalando que «Manglano era consciente del gran valor que tenían esos papeles que guardaba en su casa, por eso no los destruyó. Tras su muerte, sus dos hijos contactaron conmigo porque querían que escribiera una historia de su padre, pero que no fuera sesgada. A su hija le gustó el libro que escribí sobre Torcuato Fernández-Miranda, por eso me entregaron el archivo de Manglano, que estaba formado por nueve cajas y que contenía 250 kilos de papeles . El esqueleto de esa documentación eran las agendas que escribió entre 1981 y 1999, de ahí que necesitara que alguien me ayudara y vi que la persona ideal era Javier Chicote».

Este experto en periodismo político ha destacado también que Manglano desempeñó un papel esencial identificando los movimientos involucionistas que había en esos momentos. « En sus papeles están identificados con nombres y apellidos aquellas personas que coquetearon con el involucionismo . Hubo, por ejemplo, varios intentos de atentado contra el Rey, como el de La Coruña. Manglano representaba a esa pequeña parte del ejército que siempre tuvo una clara convicción democrática . Era consciente de que el ejército debía apoyar al Rey en cosas como la legalización del Partido Comunista o en las autonomías».

El libro asimismo desvela datos hasta ahora desconocidos, como las maniobras del poder que afectaron a altos cargos de la época y a algunos todavía en activo en la actualidad. Es el caso, por ejemplo, de la ministra de Defensa, Margarita Robles , que por entonces era secretaria de Estado y que entregó en metálico fondos reservados desde el Ministerio del Interior a la Casa del Rey « para no dejar rastro . Es una ministra en ejercicio que debería rendir cuentas. Solo Rufián en el Congreso y Ana Pastor le han preguntado. Podemos no ha dicho nada», se ha quejado Fernández-Miranda.

Este último ha relatado también los tres casos en que Manglano ejerció como espía. El primero de ellos, cuando se reunió en una comida con el ministro Antoni Asunción . El entonces titular de Interior explicó al director del Cesid una anécdota sobre la intención del que fuera su antecesor en el cargo, José Luis Corcuera , de comprarse un chalé. La segunda ocasión en la que ejerció de espía fue con Juan José Folchi , que fue abogado de Javier de la Rosa en el caso Kio. El letrado le reveló que 400 millones de dólares del grupo Kio habían desaparecido. La tercera y última vez que ejerció de espía fue con Luis María Anson , que fue miembro del 'sindicato del crimen'. Sobre este asunto, Chicote ha destacado que «Anson jugó con dos barajas. Estaba en el sindicato, pero también le pasaba información a Manglano de todos los movimientos de esos periodistas que iban contra el gobierno de Felipe porque temía que si caía González podía caer el Rey».

Don Juan Carlos también es un personaje esencial de estos papeles de Manglano. « El Rey cuenta en primera persona que él frenó el golpe del 23-F , por lo que se confirma lo que se sabía, pero por otra parte estos documentos también han revelado cosas totalmente desconocidas, como que el rey de Arabia Saudí le entregó 36 millones de dólares para afrontar la Transición », dice Fernández-Miranda. Además, la familia saudí entregó a Juan Carlos I un crédito de 50 millones de dólares a interés cero, de los que 20 millones fueron invertidos y 30 millones se retuvieron en el banco generando una ganancia de 18 millones. «Ahí está el origen de su fortuna. El libro, aparte de destapar esos primeros pasos de los escándalos del Rey con sus cuentas también cuenta los problemas que le han acarreado algunas relaciones», concluye Chicote.

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