Fundación Cajasol

Juan Pablo Fusi: «La monarquía parlamentaria es un marco razonable para la democracia»

La Fundación Cajasol acoge hasta este miércoles los debates de la sexta edición del ciclo ‘Letras en Sevilla’

El historiador Juan Pablo Fusi durante su intervención en el ciclo Vanessa Gómez

Jesús Morillo

El debate sobre la vigencia de la monarquía llegó ayer a la Fundación Cajasol de la mano del escritor Arturo Pérez-Reverte y el periodista Jesús Vigorra , en una nueva edición del ciclo Letras en Sevilla . Tres días de debates en torno a esta cuestión bajo el título de ‘¿Monarquía o República? Un debate de tres siglos’, y en el que participarán hasta mañana historiadores, políticos, periodistas y escritores .

Entre las intervenciones de ayer, destacaron la presencia del historiador Juan Pablo Fusi y del exvicepresident e Alfonso Guerra , que defendieron la monarquía constitucional española como un marco «razonable» para la democracia.

El segundo advirtió, además, de sectores interesados por abrir el debate monarquía-república con el objetivo de abolir la Constitución y las libertades que establece el texto.

El encargado de abrir ayer los debates fue Juan Pablo Fusi, en opinión de Jesús Vigorra, «el mejor de los historiadores españoles». Este especialista, discípulo de Raymond Carr y autor de una biografía referencial sobre Franco , centró su disertación sobre la monarquía en España y cómo pasó de ser «un problema para la democracia en 1931 y terminó siendo la solución en 1975». De hecho, este historiador defendió que «la monarquía parlamentaria me parece un marco razonable para la democracia» .

Tras la dictadura de Franco, la monarquía se restaurará en España en la figura de Juan Carlos I , ya que superará, señaló este historiador, dos tendencias contrapuestas: los «problemas permanentes para la institucionalización de la dictadura de Franco» y «la figura de Don Juan de Borbón».

Instauración

Porque Franco trató con la designación de Don Juan Carlos como sucesor a título de Rey realizar una «instauración» y no una «restauración» dinástica, lo que significaba orillar a Don Juan, que se convertía en una «incomodidad» para la dictadura por representar una visión de la monarquía de corte constitucional y liberal.

En ese contexto, Juan Carlos I renunció al poder que le daban las leyes franquistas y, con la elección de Adolfo Suárez , «presidió» un proyecto político no de «ruptura», porque «hubiera deslegitimado el desarrollo político» hacia la democracia, mientras en paralelo se produjo una aceptación por parte de «la oposición democrática de la Monarquía».

«Hay quienes están por destruir el régimen del 78, abolir la Constitución e ir a otro nada democrático», advierte Alfonso Guerra

La figura del Rey Emérito centró la intervención de la escritora francesa Laurence Debray , reconocida admiradora del monarca, al que le ha dedicado libros como el reciente ‘Mi rey caído’ , que presentó de la mano del exvicepresidente Alfonso Guerra, quien se convirtió en una suerte de padre adoptivo cuando, en su adolescencia, residió en Sevilla.

La autora no duda en afirmar que tiene el «reconocimiento a su labor política». «Don Juan Carlos es parte de la historia de España , aunque le duela a muchas personas».

«Fallo histórico»

Su situación fuera de España, añade, podría complicar el futuro de la institución. «La monarquía británica no se cuestiona porque lleva siglos de sucesiones, pero aquí es más frágil porque llegó en 1975», señaló Debray. «Si muere fuera de España sería un fallo histórico para el país», añadió el exvicepresidente.

Alfonso Guerra en conversación con Laurence Debray Vanessa Gómez

Todo este horizonte se complica, además, con ciertos sectores políticos, indicó Guerra, que quieren abrir el debate monarquía-república «para derribar la Constitución ». «Hay quienes están por destruir el régimen del 78, abolir la Constitución y pasar a un régimen mucho menos democrático o nada democrático, pero la gente no está por esa labor».

Antes, el presidente de Cajasol, Antonio Pulido , había inaugurado el ciclo, animando al público a «compartir y discutir sobre ideas, lo cual es algo que este país tanto necesita, y en este momento mucho más».

En términos similares se expresó Arturo Pérez-Reverte , quien explicó que la idea de estas jornadas no es que «se trata de escuchar no con equidistancias sino con ecuanimidad» , porque, «uno de los peores problemas de España es que no escuchamos a los que no piensan como nosotros».

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