MUSICA POP

Jorge Ruiz: «Ese rapero no merece cárcel, aunque escupió mucho odio»

Maldita Nerea aterriza este viernes en la Sala Custom de Sevilla, gracias a la plataforma Shows On Demand

Jorge Ruiz, cantante de Maldita Nerea ABC

EZEQUIEL MENDOZA

«Por cierto, ¿a ti te gusta el rap? Lo digo porque el Tote es de Sevilla y tienes que escuchar su último disco si no lo has hecho». A Jorge Ruiz (Murcia, 1975), a pesar de que pregunta y habla de una forma muy clara y natural, como su música, sus letras y sus canciones, siempre le queda la duda de no saber si se está explicando bien o no. A Jorge le gusta perderse en el anonimato, el rap y hablar del «sí» y el «quiero», antes que contar penas y regocijarse en la oscuridad.

Este logopeda que conquistó los escenarios con éxitos como «El secreto de las tortugas» o «Mira dentro», vuelve con un nuevo trabajo bajo el brazo. Este viernes 2 de marzo, Maldita Nerea aterriza en Sevilla , en la Sala Custom, gracias a la plataforma Shows On Demand -que nace en 2015 y que desde 2017 cuenta con el apoyo del grupo Vocento para dar voz al público sobre los artistas que quiere ver y dónde disfrutarlos-. Además, Jorge Ruiz estará este jueves 1 de marzo, a las 18:30 en FNAC Sevilla, firmando su primera novela: «Bailarina, una estrella abriendo camino». El alma máter de Maldita Nerea ya no tiene ningún secreto que ocultar : a partir de ahora saca sus tortugas a bailar.

Bajo el nombre de «Bailarina» ha publicado, no solo su último disco, sino también una novela en la que cuenta la historia de «una mujer que lo tiene todo, pero pierde la conexión consigo misma». Parece una historia con mucha psicología detrás.

[Piensa antes de responder] No sé si es una historia con mucha psicología, pero sí que es una historia relativamente frecuente… bueno, cambio el adverbio, mayoritariamente frecuente. Es muy habitual que eso pase. No sólo en las mujeres, también en los hombres. Esa desconexión del lado emocional, que es lo que yo llamo «la bailarina». Creo que a través de su historia es fácil verse reflejado.

Con este nuevo trabajo usted afirma que hay que oír el «lado femenino» de nuestro cerebro. ¿Qué es lo que le ha dicho a usted el suyo?

Pues es el que te recuerda que no puede ser todo correr y correr, producir, racionalizarlo todo, medirlo todo con una lógica, todo tiene que tener un por qué, que no tiene por qué ser tan importante sentir… Todo ese lado, la bailarina es quien lo equilibra. El lado masculino sería el buscador, que tiene un montón de virtudes y características que son absolutamente necesarias, pero no puede estar todo balanceado hacia ese lado, sino que el ser humano no encuentra equilibrio, por eso necesita a la «bailarina», ese lado más de piel, más intuitivo. La intuición está más presente en ese «lado femenino» y hay que sacarlo a bailar, es absolutamente esencial. Por eso explico en el libro, y en algunas canciones del disco, que los niños tienen ambos lados balanceados, que no están tan lejos. Todos lo hemos sentido alguna vez, ese equilibrio entre ambos lados.

Habla usted sobre todo de «escuchar», cuando se refiere al «lado femenino» y, respecto a «Bailarina», ha asegurado que se negó «taxativamente a hablar de feminismo». Quizás el problema en este caso es que tampoco estamos escuchando con atención, ¿no?

Efectivamente, es además un problema milenario, no es de ahora. Lo que pasa que ahora la capacidad de transmisión de información es tan salvaje, que está todo mucho más presente que antes, pero estamos hablando de lo mismo. No escuchamos, y si no escuchamos, mal vamos, ¿me explico? [Risas] La escucha y la observación es fundamental. No se escucha, no se escucha...

Antes de sacar este disco dejó Murcia por Miami para pensar un poco en su trabajo. Dice, además, que lo que más le ha aportado esta experiencia es «otra visión sobre el mercado musical».

Pues mira, en esos años que me fui, fue el «boom» y el mega «boom» de lo que llaman la música urbana. Es la primera vez que pasa en la historia de la música moderna que un género nacido del lado latino, no anglosajón, copa todos los mercados. Porque es algo global, no que esté pasando solo aquí. Si tú coges cualquier país, verás que las canciones latinas están donde nunca han estado, lidiando con las grandes canciones anglosajonas. Todo ese proceso empezó en esos tres años que estuve en Miami y cuando he llegado aquí ya era global. Incluso artistas anglosajones han empezado a utilizar ritmos latinos y eso nunca había pasado. Entonces, a mí me ha dado una perspectiva que intento implementar ahora en mi música: hacia dónde va ahora la audiencia, qué puedo hacer yo con lo que tengo… No puedo no ser quien soy, no me puedo volver loco y hacer músicas que no soy capaz de hacer, pero sí que cuando te fijas dónde está mirando la audiencia, te da pistas de hacia dónde poder avanzar tú. Creo que todos los artistas buscan una audiencia, pero no puede ser a cualquier precio, tiene que ser con tu autenticidad y tu forma de ser.

Hablando de autenticidad y estilo, algo inherente al de Maldita Nerea es su energía positiva, incluso en canciones como «Despídeme», la cual está dedicada a un momento de su vida bastante doloroso.

Claro, es que de penas ya si hablamos… [risas] Es que todo el rato regocijarse en la oscuridad a mí me cansa… Solo mi primer disco fue un poco oscuro. Mi cabeza dio un clic y ahora prefiero cosas que me den energía y no que me resten. No digo que las emociones negativas sean… [Piensa] pues eso, que no sean necesarias, no sé si me explico.Me parece más interesante escribir sobre «el sí», me parece más arriesgado. La historia del arte siempre se ha movido por la oscuridad y ha avanzado y ha creado obras maravillosas, pero me parece más difícil y más maravilloso escribir sobre el «sí» y el «se puede». Sin ánimo de ser, digamos… «buenista». No es una cuestión de bueno o malo, es una cuestión de riesgo. ¡Escribe sobre la felicidad si tienes narices, si tienes valor! Porque todo el mundo escribe sobre la pena... y me parece más transgresor escribir sobre la felicidad o el equilibrio. Me parece más valiente. Eso es raro verlo en el pop.

La fama no me parece interesante, ¡me parece un tedio!

Asegura que le gusta mantenerse en el anonimato y, por lo que veo, ni siquiera tiene página en Wikipedia. Aun así, no me creo que no le reconozcan por la calle.

[Risas] Bueno, hay una página en Wikipedia sobre Maldita Nerea… sobre mí, no. Al final no deja de ser una rareza en el mundo del pop, al menos en el español… Pero no me sale, no sé si me explico [risas]. Prefiero seguir comprando en el supermercado como tú. No me parece nada interesante la fama. ¡Me parece un tedio! Es algo tedioso, ¿no? Afortunadamente no la padezco, pero no me interesa nada esta parte de la sociedad tan mitómana. Yo no idealizo a nadie, creo que todos somos iguales, simplemente tenemos características diferentes y podemos intercambiar nuestros mensajes vitales sin que uno sea más que nadie. La fama me parece tan artificial y de pose… que no me interesa, me parece aburrida. Veo a compañeros míos y no los veo bien y pienso: «Que a mí no me pase».

He visto que sí que tiene cuenta en Twitter, donde ha manifestado que «las cosas no se arreglan de cualquier manera, se arreglan con educación». ¿A qué se refería en concreto?

Bueno, verás, es que la política es algo tan complejo que… A mí me interesa mucho la política, pero es difícil separar el ruido de la certeza. La política no lo consigue. Ni aquí ni en ningún país. No sé si me explico… [ríe]

Yo le hablaba más de educación que de política, en este caso.

¡Sí, sí! ¡Te cuento, te cuento! [Risas] Creo que la única manera de mejorar… Bueno, no de mejorar, de sacarle el jugo al ser humano, es con educación. Nuestra historia fue una, pero hay que mejorar la historia de los que vienen. Desde ese punto de vista la educación es el proyecto ético por excelencia. Si hay algo en lo que me puedo volcar al cien por cien es en la educación, cuando no estoy haciendo las cosas relativas a mi profesión. Es lo que más me interesa. De vez en cuando subo cosas sobre eso, supongo que habría pasado algo en televisión, alguien diciendo cuál era la solución, como si la tuviera… Y yo diciendo que no, que estas cosas se resuelven mejorando la educación.

¿Cree que la cultura, la música, el arte, tienen el suficiente peso en nuestro sistema educativo?

Las humanidades están en retroceso porque alguien decidió que era más importante el mercado. Y ese alguien, desde luego, no entendía nada. En el caso de la música, no se negocia, como dice el disco de Alejandro Sanz, «la música no se toca». La música está en el ser humano antes que el lenguaje. Por eso las madres de todas las culturas, de todos los continentes, les cantan a sus niños antes que hablarles. Con lo cual no estamos hablando de algo cultural, sino de especie o genético. Es algo que está en nosotros. Es imprescindible que la música esté mucho más presente en los sistemas educativos. No lo digo yo, lo dice la ciencia, la historia, etc. No se puede negociar con esto, lo que pasa es que no la sabemos dar y cuando la estamos dando no parecen interesantes, porque te están aleccionando, pero eso es porque no las sabemos dar. No es porque no sean importantes.

Tras lo que ha pasado con el libro «Fariña», la retirada de una obra en ARCO o la condena a dos años de prisión a un rapero, usted como compositor y artista, ¿qué piensa de esta situación?

[Piensa] Buena pregunta…. A ver, tengo sentimientos encontrados, porque, eh… no se le puede llamar «arte» a cualquier cosa. En mi opinión. Y el odio… no suma. No sé si me explico…

Sí, perfectamente, no hace falta…

No, no, es que el odio no suma… Ahora bien, creo que aquí se confunden un montón de términos y nos damos cuenta de que la ley, en general, va mucho más lenta que la sociedad. Pero esto no es de ahora, esto es también un problema milenario, ya estaba ahí, ya pasaba con el código romano, por ejemplo. El ser humano va mucho más rápido y se producen lo que llamamos injusticias éticas, ¿sabes? Por un error de este chico en un momento determinado… Bueno, el error, tampoco quiero calificarlo... Pues ahora, resulta que se encuentra con la ley y, entonces, le parece una injusticia. Pero es que estás escupiendo odio… Me da igual la causa, no sé… De verdad. Tengo sentimientos encontrados. No creo que la cárcel sea la solución para este tema. De ninguna manera. No creo que merezca eso. Pero también creo que se equivocó. Es más, el otro día lo escuché en televisión y no me convenció. No me vale que ahora solo el victimismo me convenza, es que los argumentos que dio no eran de peso. Escupiste odio. Mucho, mucho odio. Ese odio no… no creo que eso sea para cárcel, creo que ahí el código penal tampoco ayuda ¿no?, pero uno tiene que asumir las cosas. No se pueden quedar así las cosas que ha dicho… Es que son graves.

Si le parece, volvemos a «Bailarina», y a su faceta como escritor a la que hacía referencia antes. Esta obra parece diferente a discos anteriores. Más que conceptual, quizás, todo gira en base a un punto de vista, ¿no?

Sí, bueno, tiene correspondencia con los discos anteriores y un paralelismo claro con mi desarrollo personal. Conforme vas adquiriendo experiencia te vas dando cuenta de las cosas importantes, ¿no? En este caso, subrayar la importancia del lado femenino. Porque te das cuenta de que se pierde, ahora, con muchísima rapidez. Siempre se ha perdido, pero, ahora, es mucho más rápido. Nos centramos en cosas accesorias y las consideramos como vitales, cuando realmente las esenciales no las vivimos. La «bailarina» [haciendo referencia al «lado femenino del cerebro»] permite fijarnos en esas cosas, nos permite sentir… Porque, por ejemplo, la vida no se piensa, la vida se siente. Y ahí el lado femenino es el que está más enfocado, si me permites la palabra. No es que el masculino no lo sienta, pero está más ahí. Entonces, esto es algo que tenía ya presente, pero no había escrito sobre ello. Con la palabra «bailarina» buscaba algo muy directo y me permitió vincularla a este discurso.

El último disco de Tote King es muy bueno, me parece muy interesante

¿Hay alguna influencia musical en este disco a destacar? He leído que no escucha pop y que se considera fan de raperos como Nach o Tote King. No le imaginaba escuchando rap, la verdad.

[Risas] No… realmente no. A ver, a mí me gusta la música pop, por eso hago pop. Pero me cuesta encontrar proyectos interesantes en ese sentido. Encontrar una canción de pop que no hable de amor o desamor ya es complicado [ríe]. Claro que el amor es lo que mueve el mundo, pero… ¡narices! Todo el rato hablando de lo mismo, no. Entonces, en el rap, que es otro extremo musical sí que encuentro la lírica. En estos raperos que has mencionado. Bueno, no conozco los de la nueva hornada, pero hay muchísimos y grandes escritores de la música rap. Muchos encierran ingenio. Hay una parte de pose también, pero muchos tienen ingenio y eso me motiva a escribir mejor. Y eso, en el tema que yo escribo, que es el amor propio, aunque es mucho más mundano a priori, pero ese uso de metáforas, la rapidez… Por ejemplo, el último disco de Tote King es muy bueno, y si te fijas cómo escribe… ¡Es muy rápido! Me gusta más eso y me parece más interesante. Eso no significa que de vez en cuando no bucee y escuche las tendencias, dónde va la audiencia. Yo sigo a la audiencia, principalmente.

Asegura que fue «El secreto de las Tortugas» lo que «le sacó del indie». De ese disco hace ya once años. Mirando atrás, parece que aquello de «nadie se hará el camino sin suerte» tenía algo de premonitorio.

[Risas] Buena pregunta… Bueno, «me sacó del indie» era una broma, ¿no? Porque con las mismas canciones pasamos de ser indie a ser mainstream y yo siempre me preguntaba dónde estaba la línea. Eh… sí, la suerte al final es totalmente necesaria. El azar es totalmente necesario. Y quiero pensar que la tuvimos porque, por ejemplo, con «Bailarina» estamos viviendo un fenómeno similar, no como «El secreto…» porque es una canción bastante particular y que envejece de una manera super digna, está muy presente todavía. Pero «Bailarina» nos está abriendo también un camino muy similar, ¿eh? Nos ha rejuvenecido la audiencia, hay muchísimo público nuevo que no esperábamos. Y esto nos permite estar vivos. Los proyectos musicales si no captan público nuevo tienden a morir. Eso tiene que ver con la suerte, con que conectes, con que sigas pendiente de escuchar esa audiencia para poder conectar con ella.

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