El tenor jerezano Ismael Jordi posa para ABC sobre las tablas del Maestranza
El tenor jerezano Ismael Jordi posa para ABC sobre las tablas del Maestranza - J. J. ÚBEDA
ENTREVISTA

Ismael Jordi: «Alfredo Kraus me dijo que esta carrera se hace con el “no”»

El tenor jerezano concluye su participación en la ópera del teatro de la Maestranza «Anna Bolena» en el papel de Lord Percy

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El tenor Ismael Jordi se pasea por el escenario del teatro de la Maestranza como si fuera su casa, o mejor dicho, su segunda casa, porque la primera está cerca en Jerez de la Frontera, en el teatro Villamarta donde dió sus primeros pasos en este mundo de la lírica. Aquel muchacho espigado que jugaba al fútbol en el Xerez Club Deportivo y que cantaba flamenco entre amigos, se cogió un día el petate, sus ahorros de futbolista y se marchó a aprender canto nada menos que con Alfredo Kraus y Teresa Berganza. Cuando cantaba en el coro del teatro Villamarta un maestro de canto le dijo que tenía madera, y no se equivocó. Ahora triunfa en la Ópera de Viena o en el Convent Garden, y estos días como Lord Percy en la ópera «Anna Bolena»

del teatro Maestranza. ópera que hoy ofrece la última función.

«Llevo 20 años en este mundo, y sigo siendo igual», confiesa. «Intento saber de dónde vengo, saber dónde está mi familia y mis amigos. Nunca veo la hora de volver a Jerez. Sigo viviendo en Jerez y a medio caballo con Verona. En mi tierra voy a descansar, a olvidar un poco este mundo de la ópera del que hace falta desconectar.

—¿También cuida la alimentación?

—Si si, mucho. Mire, estamos en otra época y ya no es como antiguamente, y ahora el cantante de ópera tiene que intentar, al menos yo pienso así, responder al carácter del papel.

—Es un usted un tenor-galán.

—Canto papeles románticos, sí y hay que visualmente dar el rol. Lo que más canto es «Lucía de Lamermoor» y «Traviata»...Yo me siento muy bien en «Lucia», porque es más belcantista.

– Estos días el teatro donde empezó, el Villamarta, está en peligro de cierre y continuidad.

—A mi me duele el Villamarta. Siempre igual, veo dejadez en mi país con la cultura. Villamarta ha sido en los últimos años el centro cultural más importante de Jerez. Hay que apostar de una vez por todas. Además, me duele que la gente de fuera te preguntan, ¿qué pasa con el Villamarta?, y no sólo los cantantes españoles. Me lo ha preguntado la misma Angela Meade, y se me cae la cara de verguenza. No me espero nada de los políticos. Mire, si pasara esto en Suiza, Alemania o en Francia, la gente muerde. Vivir de la cultura en España es durísimo.

—¿Usted podría?

—Creo que no. Yo estudié con Kraus y me dió muy buenos consejos, entre otros que cuidara el mercado exterior, y lo he hecho. Kraus me forjó no sólo a cantar, sino el respeto por la profesión tanto dentro como fuera del escenario y eso marca. Kraus enseña una ética que hoy en día en el mundo de la ópera falta un poco.

—¿Ha tenido que decir si a papeles que no quería?

—No tanto..., porque a mi me dijo Kraus que esta carrera se hace con el «no», y lo he llevado a rajatabla.

—Esta casado, su mujer viaja con usted, ¿han pensado en tener familia?

—De momento..., no. El día que tenga hijos quizás dejara la carrera. Eso de marcharte un mes y otro mes..., y perderte etapas importantes de tus hijos...hay que pensarlo muy bien.

—¿Le dicen que como es andaluz cante flamenco o cuente un chiste?

—Si, los tópicos aún están ahí. Y me preguntan si canto flamenco..., y sí, yo canto flamenco además de ópera, sobre todo por fandangos de gloria, que son de mi tierra.

Lleva tres años seguidos cantando en el Convent Garden y también es un habitual de la Ópera de Viena. ¿Y el Metropolitan de Nueva York? «Ya vendrá, a su tiempo. No me quita el sueño», afirma el tenor.

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