ENTREVISTA

Hombres G: «Somos más indies que todos los grupos indies»

El Auditorio Rocío Jurado acoge este viernes el concierto de la mítica banda madrileña, que presentará en Sevilla su flamante disco «Resurrección»

David Summers durante un concierto de Hombres G ABC

Fernando Rodríguez Murube

Hombres G actúa este viernes en Sevilla para presentar las canciones de «Resurrección», el primer disco en nueve año que está compuesto íntegramente por canciones inéditas. Además del flamante single «Con los brazos en cruz» y otras nuevas creaciones, a buen seguro que sonarán clásicos de la banda madrileña como «Devuélveme a mi chica», «El ataque de las chicas cocodrilo», «Venezia» o «Marta tiene un marcapasos». A escasas horas para la cita hispalense, David Summers recibe a ABC de Sevilla.

Nueve años sin material nuevo (desde «Desayuno continental») salvo cuatro temas en 2015. ¿A qué se ha debido esta pausa creativa?

Durante este tiempo hemos hecho varios discos pero ninguno con canciones nuevas, salvo cuatro que fuimos sacando en formato single. Y el motivo es porque no hemos tenido tiempo. No hemos parado de hacer cosas: discos acústicos, enlazando una gira detrás de otra, otro disco con Enanitos Verdes en Argentina, etc. Han sido nueve años muy intensos que no nos han permitido centrarnos y meternos en un estudio a grabar canciones nuevas.

Tengo entendido que las once canciones que componen el disco han salido de una lista de más de 40 nuevas creaciones.

Durante todo este tiempo que te acabo de contar he ido componiendo (hay canciones escritas en 2014, 2015, 2016, 2017, incluso de hace seis meses). Ha sido un proceso laborioso de ir buscando lo que necesitaba. Y hasta poco antes de las últimas navidades, que encontré tres canciones que consideraba que le faltaban al disco para rematarlo, no decidimos publicarlo.

Acaso el hecho de que el disco englobe temas compuestos en diferentes años influye en que se perciban varios estados de ánimo.

Efectivamente. Han sido años de muchos cambios en mi vida y eso se ha reflejado totalmente en las canciones. Por eso es tan dispar el abanico que ofrece el disco tanto en emociones como, incluso, en cuanto a géneros. Hay temas de todo tipo de cortes y eso me encanta, porque nosotros nunca nos hemos querido encasillar en ningún género que no fuera el nuestro propio: cualquier cosa que toquemos (reggae, balada, rock, punk) lo vamos a convertir en Hombres G. Es lo que buscamos, un sonido personal.

¿Cómo hay que interpretar el hecho de que el disco se titule Resurrección?

Resurrección es una canción del disco que habla de alguien que encuentra la luz, de alguien que estaba un poco confuso y de repente ve una luz. Y pienso que luego todo el disco habla un poco de eso. Es el concepto de casi todo el disco.

¿Pero en qué momento ha perdido la luz el grupo?

Quizás la luz creativa. Estos nueve años hemos estado basados en nuestros clásicos de toda la vida, nos hemos convertido un poco como los Rollings Stones (risas), la gente va a ver un concierto de los Rolling para escuchar «Satisfaction», no para escuchar su disco nuevo. Pero llegó un momento en que pensamos que hacía falta darle canciones nuevas a nuestros fans y demostrar que seguimos mirando hacia adelante.

Ahora que está tan de moda el concepto de música indie, me gustaría preguntarle si es muy osado pensar que Hombres G fue uno de los primeros grupos indies españoles, porque siempre habéis vivido un poco al margen de tendencias, de las exigencias de la industria discográfica: sin manager, sin contrato discográfico…

Totalmente. Aunque no somos de esa generación y el estilo de música es diferente, si hablamos del concepto indie como tal, sí que nos ajustamos como el que más. Somos independientes pero a lo bestia, totalmente. Siempre trabajamos disco a disco, y vamos eligiendo discográfica en función de lo que nos apetece; trabajamos sin managers, tenemos nuestra propia oficina, no tenemos a nadie que nos diga lo que tenemos que hacer, ni cómo ni cuándo. Tomamos las decisiones en consenso los miembros del grupo, nadie más participa. Así llevamos varios años y te digo de verdad que son los más activos de nuestra carrera profesional. Así hemos hecho nuestras mejores giras, tocar en Estados Unidos (en Hollywood, en Nueva York), en sitios realmente acojonantes, y todo eso lo hemos hecho sin manager (risas). Así es como somos más felices, y además ganamos más dinero.

El single «Con los brazos en cruz» tiene un toque más roquero, más guitarrero de lo habitual. ¿A qué se debe ese viraje? Recuerda a «Perdido en el espacio», su segundo disco en solitario.

Es una canción recuperada. A veces recurro a ideas antiguas y les hago una adaptación más actual, descartes de otros discos que luego pueden convertirse en algo interesante. Cuando ya teníamos el disco prácticamente terminado, me di cuenta de que el disco era muy meloso, muy romántico, demasiado suave, y nos dimos cuenta de que necesitaba un poco de mala leche, entonces fue cuando encontré «Con los brazos en cruz», le cambié la letra y aproveché para protestar contra toda esta estupidez de la corrección política que abunda ahora.

¿Cómo surge la idea de hacer un videoclip tan canalla con Enrique San Francisco?

Quique es genial, es amigo desde hace 30 años, es un personaje acojonante que se ajustaba a la perfección a la historia de la canción porque es un tío que vivió en los ochenta cuando podías entrar en los bares y desparramarte, subirte encima de una mesa y no pasaba nada. La gente fumaba y bebía en las salas de concierto, eran otros tiempos alejados de los actuales, esos en los que se dice por megafonía con una voz cursi: «no se puede fumar en todo el recinto». Eran tiempos de una libertad añorada. Es un poco mayor para hacer el cabra en un bar, pero como es tan sinvergüenza pues encajaba perfectamente (risas).

Percibo que el disco es más rico en colores y armonías gracias a la introducción de nuevos instrumentos, como por ejemplo la gaita de «Que vuelvas ya».

Nosotros cada vez que hacemos un disco procuramos echar el resto. Después de 36 años de carrera y en el momento que nos encontramos, cada vez que nos metemos a hacer un disco lo hacemos con la idea de que ese disco sea realmente la ostia, que sea diferente y que sorprenda a nuestros fans. Entonces en este disco hemos mimado mucho el tema de los arreglos canción a canción, por eso cada tema tiene su propia vida, su propia identidad y su propia producción. En el caso de «Que vuelvas ya» hay una gaita porque la historia es muy estremecedora, quería darle un toque más oscuro y melancólico, y al escuchar la gaita te traslada a un ambiente gallego, asturiano o escocés, y ya se entra directamente a la historia de la canción. En contraposición, «Con los brazos en cruz» es una producción más canalla porque la letra es bastante canalla.

¿Os sentís cómodos cantando temas de hace más de 30 años?

Sí, porque esas canciones hacen tan feliz a la gente que ya no nos pertenecen a nosotros, les pertenecen a ellos. Eso te lo transmiten y es una gozada. No obstante, ahora estamos tocando 9 canciones del disco nuevo. Y no metemos alguna más debido a que tenemos unas 20 canciones que no se pueden quitar del repertorio porque son clásicos que si no los tocas la gente se cabrea. Si vas a ver un concierto de Paul McCartney y no toca «Yesterday» te cagas en sus muertos (risas).

¿El hecho de que su padre fuese sevillano hace que los conciertos aquí tengan un carácter especial para usted? Guarda algún vínculo con esta ciudad.

Por supuesto, aquí me siento en mi tierra. Para mí Sevilla es mi casa, es mi familia, es mi sangre, son mis raíces. No puedo ni quiero renunciar a mis raíces. Además, a mis conciertos en Sevilla viene mi madre, mi hermano, toda mi familia, se convierte en una fiesta familiar.

Precisamente el año pasado se cumplieron 25 años de la muerte de su padre, Manolo Summers, cineasta sevillano que dirigió películas que son clásicos del cine español, como «Del rosa al amarillo» (1963), que logró la Concha de Plata del Festival de San Sebastián; y «La niña de luto» (1964), que obtuvo una mención especial del jurado en el Festival de Cannes. ¿Cree que el cine español está en deuda con la figura de Manolo Summers?

Yo creo que sí está en deuda. Mucha gente no se ha dado cuenta del genio que era mi padre. Fue un director de éxito toda su vida, con verdaderos taquillazos. La gente le quiere muchísimo, la gente de cierta edad le recuerda con un cariño enorme, quizás las instituciones son las que están más en deuda. Los que hemos seguido su cine somos conscientes de que tiene títulos que son verdaderas joyas. Sinceramente me gustaría que se le reconociera un poco más, pero no me parece que yo tenga que tener como misión en esta vida reivindicar su figura. Mi padre era un genio, le llevo en mi corazón y con eso me basta. Ojalá se den cuenta. En Sevilla hay una escuela de cine con su nombre, y me consta que hay trámites para ponerle su nombre a una calle, siempre les dije que contaran conmigo para lo que hiciera falta.

Además, fue artista muy polifacético, además de cineasta era un gran dibujante, de hecho trabajó en ABC haciendo viñetas.

Era una bestia a nivel de creatividad. En ABC estuvo muchos años, además también trabajó en Época, Interviú, Pueblo, etc. Toda la vida compaginando el cine y los dibujos. Era un artista completo, escribía sus propias historias y las dirigía. De repente ibas en el coche y te contaba una historia increíble que se le acababa de ocurrir y luego la escribía. Por ejemplo, «La niña de luto» es una historia preciosa rodada en la Palma del Condado.

Para despedir, ¿hay algún proyecto a la vista?

Tenemos una propuesta para hacer una serie y una película con la historia del grupo un proyecto muy interesante que está en un proceso inicial todavía, en conversaciones, pero estamos muy ilusionados. Contaría nuestros inicios desde 1982. Tenemos proyectos para los 4 o 5 años para estar entretenidos. Lo siento, pero vamos a estar dando guerra unos añitos más (risas).

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