Música

Erika Leiva: «La copla está desprotegida»

La artista de La Línea de la Concepción interpreta este sábado 3 de octubre en el Teatro de la Maestranza el repertorio clásico de la canción andaluza con la ROSS en el teatro de la Maestranza

Erika Leiva ABC

Luis Ybarra Ramírez

Los contrabajos marcan el tempo, las flautas armonizan y por la garganta de Erika Leiva resurgen agolpados los ecos de la copla de antaño. Este sábado 3 de octubre, se celebra al fin el concierto que la pasada primavera engulló junto a las demás citas. La artista de la Línea de la Concepción vuelve al escenario de Paseo Colón junto a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla a contemplar por el tamiz de los metales una herencia folclórica. Las canciones de siempre, «Mi amigo», «Cinco farolas», «Con ruedas de molino», en una voz que hoy gira en círculos por ellas . Aportando ahora a lo de ayer, sumando, reivindicando un género tan enquistado en nosotros que hemos aprendido a no mirar.

Su última actuación con la ROSS fue un éxito rotundo. ¿Cómo vuelve una después de un triunfo?

Cada año me produce más respeto, porque sé la buena aceptación que tiene. Es algo que hacemos desde 2013. He ido ganándome la confianza de los músicos y ya hago un concierto entero con ellos, mientra que al principio hacía dos o tres canciones. He ganado protagonismo, digamos.

¿En qué punto se encuentra la copla? ¿Se ha producido una regeneración de público y de artistas?

La copla está un poco dormida, no está en su mejor momento. Vivimos una época genial cuando empezó «Se llama copla» en 2007, cuando hubo un resurgir. Eso ya ha pasado. Hoy tiene poca presencia. Se valora más fuera que dentro.

Como la mayoría de las cosas que tienen que ver con la cultura, no se difunde del todo bien, ¿no?

Así es. En las escuelas deben aprender esta cultura tan importante, esos legados. Después debe difundirse por la radio, la televisión, los periódicos... Y no se hace. Está desprotegida, no se programa como merece, no se atiende a la raíz...

¿Qué perfil de público acude a sus conciertos?

Hay más gente mayor, claro, pero también veo muchas familias: el abuelo, el hijo y el nieto. Los tres. Así me metí yo esto.

¿Cuándo decidió que este podía ser su mundo? ¿Fue una niña folclórica?

No, no. Yo era tímida, me apunté a baile con mi hermana y allí me empecé a interesar. En mi casa estaba mi padre con el flamenco, que me encanta, y mi madre con la copla. Dos mundos que se tocan.

Paco de Lucía lo dijo siempre.

Tuve la suerte de conocer a Marifé de Triana, mi máximo referente y mi madrina artística. Y ella hablaba mucho con Paco por teléfono. Y yo allí, en medio, impresionada ante esos dos talentos, absorbiéndolo todo.

Ha grabado versiones y letras propias, cantado en grandes teatros y conocido a algunos de sus ídolos. ¿Algún sueño por cumplir?

Sí: cantar en el teatro Real de Madrid y en Liceu de Barcelona. Son mis territorios a conquistar.

Antes de dedicarse profesionalmente a la música, estudió Turismo. ¿Ocupa un lugar importante la canción andaluza en la marca España?

Sí, al igual que todas esas cosas que solo se pueden encontrar en este país. Es un pilar que debemos apoyar. Recuerdo cuando terminé la carrera que mi madre me presentó a «Se llama copla», yo no estaba segura, me cogieron y tuve que decidir entre hacer unas prácticas en un hotel o entrar al programa. Sabia decisión. Luché por lo que me hacía más ilusión y al final me cambió la vida.

¿Qué nos vamos a encontrar en el Maestranza? Veo mucho Rafael de León, Estrellita Castro...

Un repertorio clásico, el de siempre, envuelto en una elegancia sublime. Con la Sinfónica suena diferente. Es la belleza llevada a un extremo. En esa esquina os espero.

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