La guitarra desnuda de Álvaro Martinete

De la mano de Gerardo Núñez se puso el broche de oro en la Factoría Cultural de las Tres Mil. Aunque el próximo sábado sean los propios vecinos del barrio quienes se suban a las tablas, este mediodía han terminado los apadrinamientos de primeras figuras a jóvenes promesas. Después de que el cante y el baile tomaran protagonismo, Álvaro Martinete, quien fuera alumno del guitarrista jerezano, ha ofrecido un recital que, por primera vez en este ciclo, no completó el aforo de la sala.

A pesar de su juventud, cuenta con un álbum en solitario. Que a sus 23 años comente que «ya no se hacen discos como los de antes, en los que se escuchaba únicamente guitarra y palmas» significa que tanto él como sus maestros lo han hecho bien. Se sentó sin más acompañamiento que el su bajañí para presentar «Seis veredas» con la granaína y la soleá al aire. Sin cejilla. Que sean sus manos las que emitan el sonido. Los fallos, que son pocos, por delante y sin tapujos. A escuchar.

Para ocupar una silla en un concierto de guitarra durante algo más de una hora y que el público no pierda el ojo de tus dedos hay que tener mucho que mostrar. Este joven guitarrista de Granada tiene la afición, la valentía y la técnica que son necesarias para dar pasos adelante . También goza de sentido del compás, aunque se recrea más en los toques libres. Lo que eleva su valor. No gusta de palmeros y tampoco se aferra al artificio. Sus falsetas son propias y lo mejor, por supuesto, es que le queda mucho que aprender.