Arte y demás historias

Algunas consideraciones sobre la ropa interior femenina

«La indumentaria femenina apostó por la sensualidad, de modo que las líneas básicas de la silueta ya no se encubrían, sino que se enfatizaban»

Édouard Manet. Naná. 1877. Hamburger Kunsthalle.
Bárbara Rosillo

Bárbara Rosillo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra cotilla como: «Persona amiga de chismes y cuentos». Todos sabemos lo que significa ser un cotilla, ahora bien, esta palabra tiene otro significado caído en desuso que alude a un tipo de corpiño de uso común hace siglos. El mismo diccionario la recoge de la siguiente manera: «Ajustador que usaban las mujeres, formado por lienzo o seda y de ballenas», mientras que el Diccionario de Autoridades (1729) arroja un significado más preciso: «Jubón sin mangas hecho de dos telas, embutido con barba de ballena, y pespuntado, sobre el cual se visten las mujeres el jubón o casaca, y traen ajustado el cuerpo.»

Cotilla. Hacia 1730. LACMA. Los Ángeles

La cotilla era un corpiño con ballenas que se colocaba sobre la camisa, levantaba y ensalzaba el pecho, estrechaba la cintura y se ataba con cintas por detrás o por delante, tal y como podemos apreciar en las piezas que han llegado hasta nosotros. La camisa era una segunda piel y la pieza básica de ropa interior para ambos sexos en todos los extractos sociales. Pinturas de siglos XVI y XVII evidencian que algunos modelos de traje femenino dejaban cuellos y mangas de la camisa al descubierto; las llamadas mangas acuchilladas (parcialmente abiertas) también la mostraban. Los encajes de la camisa se disponían estratégicamente en lugares donde se pudieran lucir, generalmente en cuello y puños.

Rafael Sanzio. Dama velada. 1515. Palacio Pitti. Florencia

La pintura holandesa del siglo XVII representa una fuente de notable interés para recrear los espacios y tareas de la vida doméstica. 'El intruso', obra del pintor Gabriel Metsu, nos muestra a una dama en medio de su «toilette» y nos permite adentrarnos en una escena de la vida íntima. Si nos fijamos detenidamente, la protagonista, que lleva todavía el gorro de dormir y un peinador sobre los hombros, luce un precioso corpiño cuyas mangas son independientes del cuerpo al que se atan al cuerpo por medio de cintas.

Gabriel Metsu. El intruso. National Gallery. Washington. EEUU. Wikimedia Commons

Paulatinamente la indumentaria femenina apostó por la sensualidad, de modo que las líneas básicas de la silueta ya no se encubrían, sino que se enfatizaban. El amplio escote se puso de moda para escándalo de algunos y disfrute de la gran mayoría, aunque las mujeres ya lo habían lucido durante la Baja Edad Media. Desde el siglo XIV los escotes despejados habían gozado de momentos álgidos, no tanto en España donde éramos más púdicos en cuestiones de vestimenta. En cualquier caso, las modas siguen su rumbo inexorable y la piel femenina se hizo protagonista.

Corpiño. Hacia 1660

La moda francesa se impuso en todo el continente desde principios del siglo XVIII, aunque fue acompañada de enconadas críticas, tal y como refleja la carta pastoral de Luis Belluga y Moncada, obispo de Cartagena, publicada en Murcia en 1711, cuyo contenido pretendía alertar sobre tales excesos. El texto es de lo más elocuente: «jubones escotados ninguna mujer los puede traer, salvo las que públicamente ganan con sus cuerpos las cuales los pueden traer con los pechos descubiertos, y a todas las demás se les prohíbe dicho traje».

Cotilla. Siglo XVIII. Museo del Diseño. Barcelona

En los ajuares femeninos la aparición de corpiños (cuerpos sin emballenar) y cotillas es una constante. La ropa interior se confeccionaba con lino, llamado lienzo en la época. Los tejidos fabricados a partir de este material eran diversos, los había bastos y finísimos (muchos importados de Francia y Países Bajos). La crea y la estopilla eran sencillas, mientras que la holanda la usaban los más pudientes, ya que el Diccionario de Autoridades (1734) la define como: «Tela de lienzo muy fina de que se hacen camisas para la gente principal y rica. Llamose así por fabricarse en la Provincia de Holanda.» En los documentos de la época hemos encontrado cotillas confeccionadas con otros materiales, como raso y damasco de los más variados colores, e incluso guarnecidas con encajes. A lo largo del siglo XVIII se produjo la eclosión de la industria encajera, sobre todo en Francia, cuyo gobierno protegió y propulsó diversas manufacturas hasta inundar toda Europa con sus delicados y apreciadísimos trabajos.

La cotilla desembocó en el corsé en el siglo XIX, que se convirtió en la prenda básica de la ropa interior femenina y en la primera fabricada masivamente. Para su confección se utilizaban materiales muy resistentes que posteriormente se forraban con tejidos ricos como la seda. La moda impuso cinturas de avispa, pero se llegaron a grandes extravagancias con el consecuente peligro para la salud.

Corsé. 1864. Victoria and Albert Museum. Londres

En 2012 se produjo un importante hallazgo en el Castillo de Lemberg en Austria. Un grupo de arqueólogos encontró un conjunto de prendas de lencería entre las cuales había cuatro sujetadores de lino con un diseño completamente actual. Los investigadores lo tildaron de sorprendente, ya que se consideraba que dicha pieza era un invento del siglo XX. De hecho, el primer sostén se patentó el 3 de noviembre 1914, siendo una creación de la norteamericana Mary Phelps Jacob, aunque se considera que su popularización se debe a la actriz Jane Russell en la película El forajido (1943). Russell usó un sujetador diseñado por Howard Hughes, el famoso multimillonario que producía y dirigía la película. En definitiva, la evolución de la ropa interior femenina corre paralela a la historia de la mujer, de las transformaciones sociales y de la evolución de las mentalidades.

Howard Hughes. El forajido. 1943

Si te ha interesado el tema, busca más información en este enlace: Las sevillanas son guapísimas.

Historia de la moda y otros asuntos. https://barbararosillo.com/

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación