La única debilidad de John Deacon, el bajista de Queen que lleva 20 años alejado de la fama

Desde que abandonó el grupo, el músico ha llevado una vida alejada de excentricidades, salvo una excepción

Deacon, junto a Freddie Mercury y el resto del grupo/ Bohemian Rhapsody es la canción más escuchada y transmitida del siglo XX ABC/ EP

Nacho Serrano

En julio de 1986, durante una fiesta organizada por Freddie Mercury , John Deacon miraba a su alrededor y pensaba, «esto no es lo mío». En un momento dado, se deslizó de su silla en silencio y se escondió debajo de la mesa. La escena da buena cuenta del carácter introvertido del tercer bajista de Queen, un tipo al que nunca le gustaron los excesos de la fama , mucho menos las excentricidades típicas de las rock stars. Treinta años después, seguía siendo el mismo: en 2016, el músico fue abordado a las puertas del London Astoria por un grupo de seguidores de Queen, que enloquecieron al ver al genio creador de las líneas de bajo de «Under Pressure» y «Another one bites the dust». Deacon, sorprendido, respondió a las peticiones de fotos y autógrafos con un pacato «oh, lo siento, lo siento», tapándose la cara con las manos de pura vergüenza.

Cuando alcanzó el éxito mundial con Queen, aún siendo muy joven, John Deacon se casó su esposa, Veronica Tetzlaff, y se compró una casa en el sur de Londres, donde terminaron criando seis hijos. Allí lleva viviendo más de 40 años, y dedica su tiempo al golf, a la familia y a tomar té en la tranquilidad ajena a los focos mediáticos. No ha dado entrevistas en veinte años, y apenas se ha dejado fotografiar por la prensa en sus paseos matutinos por su barrio. Ni siquiera se ha presentado en ningún acto público de Queen en todo este tiempo, incluyendo el estreno de «Bohemian Rhapsody» o la gala en la que se acogió la grupo en el Salón de la Fama del Rock & Roll. «Pierdes tu tiempo si intentas encontrar a John», dijo un vecino al Daily Mail hace un par de años. «Sí, vive allí, pero no habla, con nadie. No lo he visto en mucho tiempo, está bien, solo que vive en privado».

El show no debe continuar

Deacon fue el único que tuvo absolutamente claro que la banda no debía segur cuando murió Freddie Mercury . «En lo que a nosotros respecta, esto es todo. No tiene sentido continuar. Es imposible reemplazar a Freddie», dijo el bajista, que al parecer era el que mejor se llevaba con Mercury a nivel personal.

Tras la muerte del cantante, Deacon lanzó un álbum como solista en 1986 y creó un grupo paralelo, The Immortals, con el que sacó un único single. Se reunió con Queen solo para terminar el último álbum de la banda, «Made in heaven» , y también participó en la grabación de «No-One But You, el único single del grupo sin Mercury, lanzado en 1997». En directo, solo apareció en el concierto benéfico que sirvió como tributo al vocalista en 1992, en un recital para recaudar fondos con Roger Taylor en Midhurst en 1993, y en la apertura del Ballet en París en 1997, interpretando The Show Must Go On con Elton John. Además, acompaño a Spike Edney, tevclista colaborador de Queen, en algunas de sus actuaciones con la SAS Band. Pero desde entonces, reclusión total.

Deacon, en la actualidad ABC

Para poder llevar su vida de ermitaño, Deacon llegó a un acuerdo con Brian May y Roger Taylor , de manera que éstos pudieran seguir usando el nombre del grupo y hacer con él lo que quisieran, siempre y cuando le consultaran antes de tomar decisiones importantes, como las giras con Paul Rodgers y Adam Lambert, el lanzamiento de recopilatorios, la aprobación de musicales y, por supuesto la película «Bohemian Rhapsody». «La gran mayoría de las veces ni siquiera nos responde. Eso sí: los cheques los acepta todos . No estamos en contacto porque John es realmente un sociópata. Ha dado su bendición a lo que Brian y yo podemos hacer con la marca Queen. Y desde luego lo hemos aprovechado muy bien», dijo Taylor en una ocasión. «Es su elección», añadió May. «No se pone en contacto con nosotros. John era bastante delicado desde el principio».

Con esos cheques, Deacon ha acumulado un patrimonio de 135 millones de dólares sin hacer nada. Sólo vive de las rentas de lo que Queen consiguió en sus años dorados, y quizá sea por eso que no quiere llevarse más mérito del merecido, ni gastarse el dinero en lujos y caprichitos de estrella del rock. Ni coches de lujo, ni viajes a todo tren, ni inmensas propiedades repartidas por el mundo. Deacon no ha tenido debilidades de millonario en todo este tiempo, salvo una.

Deacon tenía un palco vip permanente en un exclusivo club de strip tease londinense , al que acudía con bastante asiduidad. De hecho, terminó pasando tanto tiempo allí que terminó entablando una relación con una de las strippers del local, que muy probablemente llegó más allá de la amistad. Y curiosamente, aquella joven de 25 años llamada Emma Shelley fue la que hizo que Deacon cayera en una espiral de gastos millonarios. El seguimiento de los periodistas británicos destapó que le había regalado un Mercedez Benz, un apartamento de 300.000 libras e incluso unas vacaciones para toda su familia en Marbella .

La relación, que fue descubierta en 2002, puso en un aprieto su matrimonio, según la prensa británica. Y aunque nunca se ha podido confirmar que hubiese love-affair, un amigo del ex bajista dijo en una ocasión que «Deacon no es de los que engaña a su mujer, pero la verdad es que Emma tiene un cuerpo para morirse».

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