Teatro Real: veinte años es mucho

Diecinueve personalidades expresan su opinión sobre el papel del coliseo dentro de la cultura española

El Teatro Real Efe
Julio Bravo

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El 11 de octubre de 1997, después de setenta y dos años de silencio, el Teatro Real reabrió sus puertas a la ópera. Desde 1966 y hasta que comenzaron las obras de rehabilitación, había funcionado como sala de conciertos, una actividad para la que no se había construido. Su reapertura fue una carrera de obstáculos, pero finalmente llegó el día de la inauguración con un programa doble de música española: la ópera «La vida breve» y el ballet «El sombrero de tres picos», ambos de Manuel de Falla, bajo la batuta de Luis A. García Navarro. Se incluyó también en los actos de inauguración el estreno de una ópera, «Divinas palabras», compuesta por Antón García Abril sobre la obra de Valle-Inclán, y protagonizada por Plácido Domingo. Sobre el teatro, dijo el tenor: «Tiene que ser un hervidero de talento». Hoy, veinte años después, el Teatro Real ocupa un lugar importante dentro del panorama lírico europeo, especialmente por la labor desarrollada en los últimos años. Sobre el significado que tuvo la reapertura del Teatro Real tuvo para la cultura española y su espacio actual dentro de ella opinan en ABC relevantes personalidades.

1

Plácido Domingo Javier del Real

Plácido Domingo (tenor)

Mi felicitación más efusiva para todos los compañeros del Teatro Real en este aniversario. El teatro sigue adelante y para mí volver a Madrid y a su escenario supone siempre una gran ilusión; es un lugar donde se trabaja siempre con mucho cariño y con una gran profesionalidad, que ha logrado en muy poco tiempo. La noche del 11 de octubre de 1997 fui el hombre más feliz del mundo, porque había soñado en silencio muchas veces con ese momento. Madrid tenía el teatro que se merecía y recuperaba un edificio emblemático, que ha sido, y va a seguir siendo, una parte importante de la historia de la música y de la cultura española.

2

Esperanza Aguirre ABC

Esperanza Aguirre (Exministra de Cultura)

Hace ahora justo veinte años abría de nuevo sus puertas el Teatro Real. Aunque de 1966 a 1987 había funcionado como sala de conciertos, desde 1925 no se había podido representar en él ninguna ópera, de manera que aquel 11 de octubre de 1997 venía a cerrar un periodo de 72 años en los que Madrid había estado sin un teatro de ópera de la categoría que nuestra ciudad necesita. La reapertura del Real acababa con la anomalía de que Madrid, que había sido una de las capitales mundiales de la ópera desde finales del siglo XVIII y con el Teatro Real desde 1850, careciera de un teatro del nivel que los madrileños se merecen. Veinte años después, la actividad que comenzó entonces ha convertido a nuestro Real en una de las seis u ocho mejores óperas del mundo, y tenemos que felicitarnos por ello.

3

Emilio Sagi Eduardo Manzana

Emilio Sagi (Exdirector del Teatro Real)

Con la reapertura del Teatro Real se dio un gran salto de calidad. Se ha convertido en una institución importante tanto para la ciudad de Madrid como para la cultura española. Es cierto que en la Zarzuela se hacía una labor encomiable, pero el Real ha convertido a Madrid en una capital fundamental dentro del panorama operístico internacional. No es un teatro de segunda: no hay más que ver los cantantes que pasan por aquí, los directores de escena, los directores musicales, la repercusión que tienen las grabaciones de sus producciones. El teatro ahora vive un momento sensacional, con un maravilloso director artístico, Joan Matabosch, pero creo que el Real es hoy el resultado de todos los que hemos pasado por él a lo largo de los veinte años, que aportamos nuestra entrega y nuestro esfuerzo.

4

Antón García Abril Jaime García

Antón García Abril (Compositor)

La recuperación, hace veinte años, del Teatro Real como teatro de ópera, marcó un nuevo nivel cultural que ha situado a Madrid en una capital internacional en el terreno operístico, a la altura de otras ciudades europeas de primera línea. Es un teatro con grandes recursos técnicos, un teatro preparado para el siglo XXI, que además está atento a estrenar a los autores españoles. Únicamente lamento, porque es necesario para crear repertorio, que no se repongan títulos como el que sirvió para abrir hace veinte años el teatro: «Divinas palabras». Creo que el Teatro Real ha dado una lección de buen hacer, y que es un proyecto cultural de primer orden dentro del panorama artístico europeo.

5

Rocío Márquez ABC

Rocío Márquez (cantaora)

El Teatro Real es el gran templo de las artes escénicas y musicales de nuestro país. Un escaparate privilegiado que nos trae lo más interesante de lo que está ocurriendo en la escena internacional, pero también la oportunidad de mostrar al mundo lo mejor de nuestra cultura. En este sentido, me parece significativo su apuesta por incluir el flamenco en su programación. Esto es algo que hoy ocurre con normalidad gracias a genios como Paco de Lucía que en su día nos abrieron sus puertas. Así que podemos decirle al mundo, con toda la legitimidad, que este arte llamado flamenco puede estar al nivel artístico de la ópera, la música sinfónica y cualquier otra disciplina de las élites culturales.

6

Carlos Álvarez Matías Nieto

Carlos Álvarez (Barítono)

Pareciese que no hubo lírica en Madrid antes de llegar al siglo XXI, aunque no fuere así, pero la necesidad de recuperar un esperanzador Teatro Real, tecnológico y tradicional a la vez, nos ha permitido vivir veinte años de esfuerzo por mejorar y ampliar la oferta operística. Producciones, conciertos, incluso actos privados; una variedad que demuestra la adaptación a los tiempos que vivimos. Direcciones artísticas y musicales (siempre tuteladas desde la administración) tan heterogéneas que han producido adeptos y contrarios entre un público exigente y conocedor. Una estructura, en definitiva, que permite un estimulante crecimiento de la cultura escénica de nuestro país. Mi «real» enhorabuena.

7

Gregorio Marañón Francis Silva

Gregorio Marañón (Presidente del Teatro Real)

Con 200 años de historia a sus espaldas, y un agujero negro de casi 75 años (1925-1997) durante los que permaneció cerrado como Teatro de ópera, el Teatro Real se reinauguró el 11 de octubre de 1997 bajo la Presidencia de los Reyes D. Juan Carlos y Dª Sofía, con la representación de la ópera «La vida breve» de Manuel de Falla. Hoy, dos décadas después, el Teatro Real estrena la producción de «Carmen» que Calixto Bieito hizo hace 18 años. Entonces, un patrono del Teatro Real, también ilustre crítico musical, escribió que «había dado en la diana, en el afán por la cultura, la innovación y el riesgo. Se hablará de esta "Carmen" cuando ya hayamos olvidado otras de cartón-piedra». Así ha sido, y esta producción se ha convertido en la «Carmen» más representada de todos los tiempos.

En estas dos décadas, el Teatro Real, gracias al esfuerzo de las Administraciones Públicas fundadoras –el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid–, del equipo directivo, encabezado por su director general, Ignacio García-Belenguer, quien cuenta con Joan Matabosch en el ámbito artístico, de sus cuerpos estables, y de todos los profesionales que trabajan en el Teatro, ha pasado de la inexistencia a ser considerado la tercera institución cultural española, y la primera en el ámbito de las artes escénicas y musicales (Barómetro de la Cultura de la Fundación Contemporánea). Cuenta con uno de los mejores coros de Europa y una extraordinaria orquesta, bajo la dirección musical de Ivor Bolton y Pablo Heras-Casado, y ha recuperado la proyección internacional que tuvo en sus mejores tiempos del siglo XIX, respondiendo a su vocación de ser la ópera nacional de referencia en España. A esto se añade que como institución pública se ha dotado de un estatuto que le permite una gestión profesional y estable al abrigo de los avatares políticos, y que ha convocado a la sociedad civil para que participe activamente en su proyecto. Así, ha salido reforzado de la pasada crisis económica sin ningún endeudamiento y con un presupuesto de 50 millones de euros financiados en un 47% por las actividades propias del Teatro, en un 27% por las aportaciones públicas, y en un 26% por el patrocinio privado.

Como consecuencia de este posicionamiento, el Teatro Real será la sede, en abril del año que viene de la primera reunión del World Opera Forum, que congregará en Madrid a los principales teatros de ópera del mundo para debatir sobre el presente y el futuro del género lírico. Para ese futuro, el Teatro Real aportará su experiencia en el ámbito de las nuevas tecnologías habiendo sido pionero en nuestro país en la utilización de la tecnología 4K y el primer teatro en el mundo en retransmitir una ópera en Facebook.

La doble conmemoración del 200 aniversario de su fundación y del 20 aniversario de su reapertura, se inspirará en un verso de Sor Juana Inés de la Cruz, que debería convertirse en un lema cívico: «La negación de la memoria es aún peor que el olvido». El Teatro Real proyecta ilusionadamente su mañana sobre la memoria del ayer.

8

Antoni Ros Marbà ABC

Antoni Ros Marbà (Director de orquesta)

La recuperación del Teatro Real como teatro de ópera lo ha convertido en un gran activo de nuestra cultura. Cuando se pensó el proyecto se quiso que, a pesar de las condiciones del edificio y sus dimensiones, tuviera las mejores dotaciones posibles para sus cuerpos estables. Posee una estupenda sala para la orquesta -con unas vistas al exterior envidiables-, una sala para el coro con la mejor acústica posible, y una sala de ensayos de las puestas en escena que reproduce el tamaño del escenario. También se trabajo para convertir un «teatro antiguo» en un «teatro moderno». No pueden obviarse las distintas «movidas internas» que afectaron al desarrollo artístico, pero con perspectiva, y con las distintas tendencias de programación, se puede hablar de un balance positivo; se atiende a la ópera española, se sigue estrenando y se recupera nuestro patrimonio, aunque echo de menos que no vuelvan a reponerse los estrenos.

9

César Antonio Molina Maya Balanyá

César Antonio Molina (Exministro de Cultura)

Con la reapertura del Teatro Real se dio un gran salto de calidad. Se ha convertido en una institución importante tanto para la ciudad de Madrid como para la cultura española. Es cierto que en la Zarzuela se hacía una labor encomiable, pero el Real ha convertido a Madrid en una capital fundamental dentro del panorama operístico internacional. No es un teatro de segunda: no hay más que ver los cantantes que pasan por aquí, los directores de escena, los directores musicales, la repercusión que tienen las grabaciones de sus producciones. El teatro ahora vive un momento sensacional, con un maravilloso director artístico, Joan Matabosch, pero creo que el Real es hoy el resultado de todos los que hemos pasado por él a lo largo de los veinte años, que aportamos nuestra entrega y nuestro esfuerzo.

10

Teresa Berganza Óscar del Pozo

Teresa Berganza (mezzosoprano)

Madrid sin el Teatro Real no es Madrid. Para esta ciudad, y para toda España, fue importantísimo recuperar su teatro de ópera. La Zarzuela cumplió un extraordinario papel durante los años en que estuvo cerrado -y yo, personalmente, le tengo mucho cariño-, pero en aquellos tiempos no se hacía la ópera (tampoco en el Liceo) con el nivel exigible de ensayos ni con las condiciones óptimas. Por eso para la cultura madrileña y española es necesario que exista un teatro de ópera como el Teatro Real, igual que hay un teatro de prosa como el María Guerrero, donde se ofrezcan títulos interesantes en buenas condiciones. El Real es un gran teatro, con una acústica magnífica (aunque era mejor antes de la reforma) y una buena programación, y es importante que esté funcionando así.

11

Íñigo Méndez de Vigo Matías Nieto

Íñigo Méndez de Vigo (ministro de Educación, Cultura y Deporte)

Mereció la pena la espera. «La esperanza –escribió Emily Dickinson- es esa cosa con plumas que se posa en el alma, y entona melodías sin palabras, y no se detiene para nada». Y la esperanza se posó en el alma del Teatro Real hace veinte años. Y ya no se ha detenido. Atrás quedaban setenta y dos años sin ópera. La Familia Real, el Gobierno, las instituciones, la cultura. Todos en la gran fotografía de aquel 11 de octubre, arropando al Real en su reapertura. Para la ocasión, La vida breve de Manuel de Falla, que debía haberse estrenado en el Teatro Real, subía al cartel 84 años después en un sábado de emoción y gala. «Un día de júbilo para la música, para la cultura española», dijo entonces Plácido Domingo. La deuda quedaba saldada: la de Manuel de Falla y la de los que deseábamos ver de nuevo al Teatro Real como referencia de la ópera en el mundo. Las previsiones más optimistas de 1997 se han visto superadas. Hoy el Teatro Real sostiene su fama internacional y eficacia en la suma de iniciativas privadas, patrocinios, mecenazgos, y ayudas públicas. Un modelo de gestión único en Europa, faro lírico para el mundo y orgullo cultural de todos los españoles.

12

Javier Gomá José Ramón Ladra

Javier Gomá (Filósofo y miembro del Patronato del Teatro Real)

Como miembro del Patronato del Teatro Real en los últimos años, he podido asistir al desarrollo de una institución relativamente joven, vulnerable debido a su dependencia de las instituciones políticas -Gobierno, Comunidad Autónoma, Ayuntamiento- y acosada por una crisis que se ceba especialmente con las instituciones culturales, porque, en esos momentos, los Gobiernos prefieren salvar las pensiones o las prestaciones por desempleo antes que subvencionar instituciones culturales. El Teatro Real, gracias a una gestión admirable, salió transformado y más fuerte de la crisis, atrayendo en años de escasez a nuevos patrocinadores y ganando en independencia económica respecto a las Administraciones. Y todo ello con una programación artística de altísima calidad y abriéndose a la sociedad por medio de programas educativos, ofertas para los jóvenes y acuerdos con los Ayuntamientos para proyectar las óperas en las plazas de ciudades y pueblos de toda España.

13

Elena Salgado ABC

Elena Salgado (Exdirectora general del Teatro Real)

La recuperación del Teatro Real como teatro de ópera después de muchos años como sala de conciertos -mucha gente no sabía siquiera que tenía un magnífico y enorme escenario- fue algo muy ilusionante para todos los aficionados a la música y la ópera. También lo fue el proyecto que me encargó en 1996 la entonces ministra de Cultura, Carmen Alborch, que era gestionar la puesta en marcha del teatro, para lo que busqué al que consideraba la persona más adecuada: Stéphane Lissner. La confusión entre la dirección de una institución cultural y la política motivó primero mi marcha y luego la de Lissner, que en su caso creo que fue una gran pérdida: su idea era hacer al teatro en un canalizador del talento de muchos artistas, no solo de los músicos. Pero lo importante es el futuro, y a él hay que mirar con ilusión, porque después de unos años de incertidumbre la gestión de Gérard Mortier primero y de Joan Matabosch primero han convertido al Teatro Real en una institución cultural de primer orden, como habíamos soñado.

14

Lluís Pasqual ABC

Lluís Pasqual (Director de escena)

El Teatro Real era en 1997 un teatro secuestrado, que había vivido muchos años ignorando el escenario. Recuperarlo como teatro de ópera y como centro musical y cultural era una deuda que la democracia tenía con Madrid. Nació en un momento al tiempo fácil y difícil, porque las Óperas estaba dejando de ser el lugar de reunión de la burguesía para convertirse en centros musicales y artísticos, en focos que irradian cultura con mucha fuerza. Y se puso el listón muy alto, con una voluntad de modernidad en su funcionamiento, que apostó por directores muy diversos, y que apostó por Gérard Mortier, que tenía un discurso cultural muy interesante más allá del proyecto musical. Veinte años después de su reapertura, se puede decir que el Teatro Real está en el mapa internacional de los teatros de ópera. Parecería que nadie lo necesitaba, pero desde el primer día se vio que sí. Sin saberlo, el público lo estaba esperando.

15

Carmen Alborch ABC

Carmen Alborch (Exministra de Cultura)

No fue el de la rehabilitación del Teatro Real como teatro de ópera un proceso sencillo. Presentó muchas complicaciones y el momento de la reapertura fue un momento de alegría; yo ya no era ministra de Cultura, pero me sentía parte del proyecto que por fin se ponía en marcha. Y, con veinte años de perspectiva, puede decirse que ha salido bien, a pesar de los momentos de injerencia política, que provocaron la salida de Stéphane Lissner. Hoy el Teatro Real es una institución ejemplar, que sabe combinar lo público y lo privado en su gestión, y que mantiene en su programación -gracias sobre todo al trabajo de Joan Matabosch- el equilibrio entre los títulos más populares y otras óperas más contemporáneas y menos conocidas, pero que es necesario llevar a escena.

16

Pablo Heras-Casado ABC

Pablo Heras-Casado

Viví la reapertura del Teatro Real desde lejos, como músico joven, pero ya sentí que era un acontecimiento cultural de primer orden; similar a lo que sentiríamos si se abriera el Museo del Prado después de un tiempo cerrado. Por la naturaleza de la ópera como arte total, que engloba música, teatro, artes plásticas, danza... el Teatro Real pone a España en la escena internacional, algo que no solo es importante, sino que es completamente necesario. Pero además, el Real se ha abierto a la sociedad; no cumple solo un papel de referente artístico nacional e internacional, sino que es al tiempo reflejo de lo que es la sociedad española. Y este papel ha de potenciarse y ampliarse en el futuro; yo, como director de orquesta y como parte del teatro, me siento orgulloso de ello.

17

Aida Gómez Isabel Permuy

Aída Gómez (Bailarina y exdirectora del Ballet Nacional de España)

Participar en la reinauguración del Teatro Real, bailando en una obra tan significativa como es «El sombrero de tres picos», fue una experiencia maravillosa y uno de los grandes momentos de mi vida artística. El Teatro Real era parte de mi vida desde muy joven, ya que allí estaba la sede del Ballet Nacional, y parecía que su conversión en teatro de ópera, de la que tanto se hablaba, no iba a llegar nunca; ese momento fue como si se abriera un túnel. Es un teatro maravilloso, con un escenario como no hay otro en Madrid, y por eso echo de menos la presencia de más danza en él, además de la ópera. Todos esperábamos ver las grandes producciones, que no pueden tener cabida en otros teatros, y aunque se han visto grandes ballets allí, como bailarina siempre me parecen pocos.

18

Alberto Ruiz-Gallardón ABC

Alberto Ruiz-Gallardón (Expresidente de la Comunidad de Madrid)

Me siento profundamente orgulloso de haber vivido de cerca la reapertura del Teatro Real, un lugar al que entré por primera vez por su puerta de artistas, como miembro de la Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo para cantar una «Pasión según San Mateo» de Bach. Celebré que se decidiera, porque me parecía fundamental, recuperar el Real para la ópera y no construir un teatro nuevo porque además tenía un contenido simbólico, de recuperación también de la memoria y la historia. Hoy el Teatro Real es un teatro moderno; hace un tiempo leí, con muy poca distancia temporal, dos noticias que muestran la situación. Mientras una decía que en el Liceo de Barcelona, después de muchos años, la subvención pública superaba el 50 por ciento, la otra señalaba que el Teatro Real había conseguido que la aportación privada superara el 50 por ciento. Es un hecho enormemente significativo, porque ese, creo es el camino correcto para un teatro de ópera hoy en día.

19

Pilar Jurado José Ramón Ladra

Pilar Jurado

Recuerdo mis primeras audiciones tras la reforma (era incapaz de ubicarme dentro de este monumental edificio que como si de una trampa se tratara, ofrecía una simetría perfecta para despistar). Recuerdo esa primera función y la emoción que todo el gran equipo formado por cantantes, músicos, técnicos, gente de producción, director artístico y director técnico del Teatro Real. Todos y cada uno de ellos desbordaban entusiasmo. Recuerdo a los desaparecidos Francisco Nieva y García Navarro. Vicente Sardinero ya tampoco está. ¡¡Dice la canción que veinte años no es nada y sin embargo son tanto!! Tantas cosas han ocurrido desde que se reinaugurara el Teatro Real...

Era el edificio en el que había descubierto los secretos de la música cuando albergaba al Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y en el que escuché mi primera «Pasión según San Mateo» de J.S.Bach bajo uno de los focos del gallinero de lo que era la Sala de conciertos. El último acto que se hizo, antes de cerrarlo durante años para su reforma, fue un concierto de los alumnos de composición en el que se estrenó mi primera obra para orquesta. Cuando se reinauguro yo era la Carmela de «La Vida Breve de Falla» y muchas otras producciones me esperarían. Y un 11 de febrero de 2011, la ópera «La página en blanco», mi primera ópera, me convertiría en la primera mujer de la historia que estrenaba en el Teatro Real.

Desde su reinauguración el Teatro Real se ha convertido en el espacio de encuentro de melómanos y amantes de la ópera, en el templo de las grandes celebraciones de la capital, el escenario deseado por las grandes discográficas y el símbolo máximo de prestigio.

El destino me ha ligado a este gran Coliseo de la ópera y confío en que los hados me sigan manteniendo cerca de él porque guarda muchos de los momentos más especiales de mi vida.

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