El Teatro Real, premiado en los International Opera Awards por su producción de «Billy Budd»

El director artístico del coliseo, Joan Matabosch, recogió el galardón en Londres

Una imagen de «Billy Budd» en el Teatro Real Javier del Real

ABC

El Teatro Real ha sido galardonado con el International Opera Award 2018 a la Mejor Nueva Producción por su representación de la ópera « Billy Budd », de Benjamin Britten , creada por la directora de escena Deborah Warner en la pasada temporada. El premio, que recae por primera vez en un teatro español, ha sido recogido por el director artístico de la institución, Joan Matabosch , en una ceremonia que ha tenido lugar en el emblemático London Coliseum de la capital británica.

El Teatro Real era uno de los favoritos en la presente edición, a la que concurría como finalista con cuatro importantes nominaciones : Mejor Nueva Producción («Billy Budd», de Benjamin Britten), Mejor Coro, Mejor Recuperación de una Obra («Bomarzo», de Alberto Ginastera) y Mejor Compañía de Ópera.

Los prestigiosos International Opera Awards se entregan cada primavera en Londres y suponen un reconocimiento al talento y la creatividad en el mundo de la lírica, al esfuerzo y al trabajo realizado durante el año anterior.

«Billy Budd», una de las mejores óperas de Benjamin Britten , se presentó por primera vez en Madrid el 31 de enero de 2017 en el Teatro Real con una nueva producción concebida por Deborah Warner , recibida con entusiasmo por el público y grandes elogios de la crítica, tanto por su mérito escénico como por la excelente interpretación musical de los solistas y el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real bajo la dirección de su director titular, Ivor Bolton.

La directora de escena contó con la colaboración, en este espectáculo, del reputado escenógrafo canadiense Michael Levine , la premiada figurinista griega Chloe Obolensky y el magnífico iluminador Jean Kalman .

Respetando los espacios más velados e inescrutables del cuento de Melville que sirve de base a la ópera, tratados con pudor y rigor por Benjamin Britten y los libretistas de la ópera, Deborah Warner concibe la puesta en escena sin juzgar a los personajes y rehuyendo la separación más simplista entre buenos y malos.

La fragata de guerra de «Billy Budd» es una terrible metáfora de tantos espacios donde la opresión y tiranía siembran los instintos más viles e irreprimibles, capaces de aflorar en cualquier momento. Este sentimiento de inestabilidad y tensión latente preside la concepción de la escenografía de Michael Levine, una inmensa jaula de cuerdas marinas , donde las escenas se suceden en balanceantes plataformas suspendidas, que sugieren el permanente peligro que se esconde en el seno del universo claustrofóbico de la armada británica, cuando los vientos revolucionarios de Francia alentaban a los marinos oprimidos al motín. En las fisuras de ese terrible microcosmos emergen sentimientos y pulsiones desconocidos.

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