El policía que arrestó a Lennon y Yoko confiesa que hubo una red corrupta para detener rockeros en los 60

El agente Norman Pilcher, que estuvo tras la detención de numerosas estrellas de la época por posesión de drogas, publica una biografía para «dejar las cosas claras». Ahora está a favor de la legalización

John Lennon y Yoko Ono, acosados por la prensa tras declarar en el jugazdo beatblesbible.com

Nacho Serrano

Más de un viejo dinosaurio del rock británico habrá esbozado una sonrisa pícara al recordar a Norman «Nobby» Pilcher , su gran bestia negra en lo que a la persecución de las drogas se refiere. Este antiguo agente de la Policía Metropolitana (MET), que hostigó a los músicos más viciosos del Swinging London durante la era dorada del rock'n'roll a finales de los sesenta, acaba de publicar una biografía en la que reconoce que hubo una trama corrupta para desacreditar a todo músico relacionado con el consumo de drogas, para que dejaran de influir en la juventud de la época.

En su libro, titulado «Bent Coppers» («Cobres doblados»), Pilcher asegura que en los sesenta el Ministerio del Interior británico estaba «ansioso» por realizar tantos arrestos de «alto perfil» en la escena de rock como fuera posible, para disuadir a los jóvenes de las drogas.

Todo empezó con el compositor Lionel Bart y la cantante Dusty Springfield , a quienes encontraron drogas en su apartamento durante un registro. «Entonces, el Ministerio nos empujó para seguir adelante con más nombres famosos», recuerda. En 1967 fueron a por Brian Jones de los Rolling Stones, y en 1968 el objetivo fue Tubby Hayes, a quien pillaron con heroína. El 18 de octubre de ese mismo año, Pilcher lideró el escuadrón que irrumpió en el piso de John Lennon y Yoko Ono , donde encontraron 220 gramos de hachís.

Así es como recordó Lennon el incidente: «De repente, hubo un golpe en la puerta y una voz de mujer afuera, y miré a mi alrededor y vi a un policía en la ventana. Estábamos en la cama y nuestras partes bajas estaban al descubierto . Yoko corrió al baño para vestirse con la cabeza asomando, para que no pensaran que estaba escondiendo nada. Luego dije: «Llama al abogado, rápido», pero ella fue y llamó a Apple. Nunca sabré por qué. Todo fue un montaje: el Daily Express estaba allí antes de que llegara la policía. De hecho, Don Short nos había dicho, «Vienen a buscarte», tres semanas antes. Entonces, créanme, había limpiado la casa, porque Jimi Hendrix había vivido allí antes en el apartamento, y no soy estúpido. Registré toda la maldita casa, pero no miré una funda de gafas donde tenía un trozo de hash del año pasado».

Pilcher se topó con la pareja desnuda, y según cuenta, quedó impresionado por la actitud de Lennon . «Sus ideales de paz y bondad se expresaron en su comportamiento y actitud, que fue muy humilde». Menos divertida fue la detención de Dusty Springfield. «Tuve que ignorar el lenguaje soez y sus insultos», dice sobre la cantante, que se confesó culpable de los cargos. Los siguientes en su lista fueron George Harrison y Pattie Boyd , a quienes encontraron pequeñas cantidades de cannabis en su casa de Esher, y después el estadounidense Levi Stubbs de los Four Tops, arrestado en el Hotel Mayfair.

George Harrison y Pattie Boyd, con Norman Pilcher a la derecha beatlesbible.com

El agente, que empezó a ser conocido como «Groupie Pilcher», ya que estaba compinchado con la prensa para salir siempre en las fotos de los arrestos junto a los sospechosos famosos, niega haber falsificado o «colado» pruebas en estas operaciones. En su biografía asegura que «un policía impecable al final tiene que mancharse si quiere investigar, porque Londres y el Met estaban podridos y si necesitabas caminar sobre la suciedad, hay que estar preparado». Pero pronto empezó a darse cuenta de que el equipo para el que trabajaba estaba plagado de corrupción. Al parecer fue un comisario llamado Robert Mark el que espoleó la cruzada contra los rockeros, animándole a falsear los informes y a realizar otras prácticas ilegales con tal de detener «a cuantos más mejor». Al final se descubrió el pastel, y en 1973, después de un largo juicio, Pilcher fue declarado culpable de perjurio y encarcelado durante cuatro años. El juez le dijo que había «envenenado los pozos de la justicia británica», y aunque durante mucho tiempo no sintió remordimientos por lo que había hecho, ahora asegura que se siente amargado por lo que hizo y quiere enmendar el error en la medida de lo posible, denunciando la corrupción a través de la publicación de este libro, tal como ha asegurado en una entrevista con The Guardian.

Pilcher, que tiene 84 años y ahora vive en Tonbridge en Kent, era el tipo que menos molaba del Swinging London. Pero al menos le queda el honor de haber caído en gracia a Lennon. «Me mandó postales desde Japón con el mensaje «¡Ahora no puedes pillarme!»», recuerda el antiguo zar antidroga de la era hippie, que para mayor gloria fue inmortalizado en la canción «I am the Walrus» algo que le hace «muy feliz».

Y es que Pilcher cambió mucho después de aquellos años inmerso en la guerra contra las drogas: «Ahora creo, como un número creciente de ex policías, que deberíamos legalizar las drogas y sacarlas a la superficie. Solo tienes que ver a lo que nos ha llevado la prohibición».

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