¿Se podrán devolver las entradas de los festivales cancelados o aplazados?

Mientras no haya medidas gubernamentales, cada evento seguirá su propia política. Previsiblemente, todos los que se cancelen tendrán que devolver el importe de las entradas, pero los aplazamientos llevan a un complejo laberinto legal

Nacho Serrano

«Si fuera cosa de pulsar un botón y click, se devuelven todas las entradas sin perjuicio para las partes, ya lo habríamos hecho. Pero no es tan fácil». En efecto, esta declaración anónima de una trabajadora de la industria de la música en vivo es fiel a la verdad. Los festivales ya han incurrido en gastos enormes como los adelantos a los artistas, la publicidad o los acondicionamientos de recintos . Y nada de eso se les va a devolver. ¿Y cómo es que los artistas no van a devolver sus adelantos, si finalmente no tocan? ¿Y si el festival se aplaza y esos artistas no pueden o no quieren adaptarse a una nueva fecha? Vayamos por partes. Porque como dice la fuente anónima, el futuro de cancelaciones y/o aplazamientos es un auténtico laberinto legal con muchas salidas en falso.

«Para empezar, un festival tiene un contrato diferente con cada artista », explica Manuel Ángel López Pérez, del bufete de abogados especializado en música Sympathy for the Lawyer. «Como es una relación entre empresas, no hay una norma general. Por ejemplo, si Taylor Swift tenía acordado con Mad Cool que bajo ningún concepto se devolvía el adelanto, da igual la causa de esa cancelación, salvo que fuera por culpa del artista». Por eso, una normativa que obligase a los artistas de festivales cancelados a devolver el dinero, chocaría con la propia legalidad. «Claro, implicaría cambiar el Código Civil, porque son contratos privados », explica López. «Ahora bien, lo que dice el Código Civil es que en caso de fuerza mayor, las partes no se tienen que indemnizar salvo que el contrato diga otra cosa».

Los festivales consultados por este periódico aseguran que en caso de haber cancelación, se actuará según dicta la normativa . Es decir, que lo normal sería que se devolviese el importe de los abonos. Y ahí tendrían que entrar las ayudas del Estado para paliar los efectos de los gastos a fondo perdido comentados anteriormente, ya que las compañías aseguradoras de los festivales no pagarán nada: incluyeron el coronavirus en una cláusula de sus seguros el pasado enero.

Pero, ¿y si el festival se aplaza? La gran mayoría de festivales tiene en mente elegir una nueva fecha (o la ha elegido ya), para la cual los abonos vendidos tendrían plena validez. Lo cual solucionaría sus problemas de liquidez para este año. Pero, ¿y si a la nueva fecha ya no acuden los mismos artistas, o el festivalero no puede ir por el motivo que sea? El ejemplo de Primavera Sound , que se ha pospuesto a agosto, es muy ilustrativo: no se está reembolsando el importe de la entrada a quien lo solicite, porque el festival «se va a celebrar».

Todo el mundo sabe que esa última frase no es verdad. Pero a pesar de que todas las señales apuntan a que este verano no habrá ningún festival, hay miles de personas que siguen comprando abonos. Por ejemplo, el festival Puro Latino Córdoba , que aún pretende reunir a Juan Magán, Danny Romero, Anuel AA, Farruko, Ñengo Flow y otras estrellas de la música urbana en El Arenal el próximo 27 de junio, ha vendido más de 5.000 abonos desde que empezó el Estado de Alarma. Pero lo que más inquieta es que los propios festivales tampoco parecen querer admitir la realidad, o necesitan aparentar que no pueden admitirla por algún motivo.

Por ejemplo, desde Last Tour International, promotora de Bilbao BBK Live , Azkena Rock y otros festivales, aseguran que los eventos «se mantienen en las fechas previstas», por lo que no acceden a responder a este periódico a la pregunta de si devolverán las entradas a quien lo solicite en caso de haber aplazamiento: «No queremos entrar en especulaciones».

Lo mismo dicen desde Mad Cool : «En este momento, el escenario que contemplamos es celebrarlo en julio. El aplazamiento aún no se contempla». Eso sí, al menos explican que «se está trabajando con las ticketeras para tener un protocolo de actuación» en cuanto el Gobierno tome nuevas medidas al respecto.

Pero no todos están actuando así. Un buen ejemplo es Concert Music Festival , que se celebra en Sancti Petri. Aunque quizá la ley les amparase en caso de no querer devolver entradas tras un aplazamiento, han emitido un comunicado en el que aseguran que se las devolverán a quien lo solicite. «En el hipotético caso en el que las Autoridades Sanitarias prohibieran o limitaran la celebración de eventos públicos en los meses de julio y agosto y, por ello, o por decisión de los propios artistas o de la propia organización, hubieran de aplazarse a posterior fecha alguno o algunos de los conciertos programados en el Concert Music Festival, os informamos de que las entradas adquiridas serían válidas para la nueva fecha sin necesidad de realizar ningún cambio. Del mismo modo, con respecto a aquellos clientes que no puedan o no deseen asistir en la nueva fecha fijada para la celebración de los eventos aplazados, o en el caso de los conciertos que sean cancelados y no se emplacen a una nueva fecha, queremos insistir en que por nuestra parte, como promotores del Festival, y por parte de los artistas de todos y cada uno de los dichos conciertos, se procederá de acuerdo con lo que corresponde legalmente, y también ética y moralmente , en cuanto a la devolución íntegra del importe total de las entradas».

El Viña Rock hizo algo parecido, pero lo hizo mal. El festival, que se iba a celebrar en mayo, se ha pospuesto a octubre. Y han procedido a devolver el importe de la entrada a quien lo solicitase, pero dando un margen de solo 14 días para hacer la gestión. Esta decisión ha sido denunciada por la organización de consumidores Facua ante la Dirección General de Agenda 2030 y Consumo de la Junta de Castilla-La Mancha, en la que tiene la empresa su domicilio social, ya que entiende que las personas que quieran recuperar el importe de sus entradas «tienen derecho a seguir reclamándolo».

Si alguien quiere devolver la entrada de un festival aplazado, y se le niega la posibilidad, puede recurrir a Facua o la OCU . «Pero se van a encontrar servicios de los derechos de consumidores completamente saturados», pronostica el abogado de Sympathy for the Lawyer. «Puede que al final se le termine dando la razón al consumidor, pero el festival lo que va a intentar es fomentar que la gente conserve la entrada para la nueva fecha».

Tal como explica López Pérez, la resolución de este conflicto no será sencilla porque «en la regulación del Estado de Alarma, el Gobierno incluyó un artículo sobre las compras online para defender a los consumidores, que está muy mal redactado. Imagino que por las prisas. Y está dejando que las interpretaciones puedan ser muy abiertas en este sentido. Yo lo veo cogido con alfileres. Pero en última instancia, si alguien exige la devolución se va a tener que hacer, porque es cierto que las condiciones del contrato adquirido son muy diferentes . El festival no será en la fecha que compró el consumidor y en la mayoría de casos el cartel, el contenido de la compra, también será muy distinto. Es una modificación demasiado sustancial de las condiciones».

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