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New Order: «El "brexit" es una pesadilla para los músicos ingleses, y para toda Inglaterra»

La banda que surgió de las cenizas de Joy Division pasa por el festival Bilbao BBK Live con la sombra de «la decepción» por el resultado del referendum y el miedo a «las complicaciones en futuras giras»

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El último disco de New Order, «Music Complete», puso la guinda el año pasado a la justificación de su permanencia en los escenarios tras una década de inactividad discográfica. «No queríamos vivir de la leyenda, queríamos ofrecer nueva música a los fans, y sobre todo que fuera música bailable», dice Phil Cunningham, guitarrista (y ocasional teclista) del grupo desde 2001. «Lo complicado fue conseguir que estuviera a la altura del material antiguo. Si grabas una canción nueva y te pones a compararla con clásicos del calibre de "Blue Monday" o "True Faith", puedes pasar un mal rato», bromea. Además, «era el primer disco sin Peter Hook, así que había que hacerlo bien».

La experiencia del directo fue la guía que siguieron para dar con la fórmula adecuada para los nuevos tiempos, en los que los fans quizá no busquen lo mismo que antes.

«En nuestros conciertos tocábamos los temas más guitarreros al principio, y las partes con más programaciones las dejábamos para el final. Y resultaba que esa parte era la que más disfrutaba el público en todas las ciudades que visitábamos, así que a la hora de hacer este nuevo disco, nos propusimos dejar de lado las guitarras y centrarnos en la electrónica».

Esta perspectiva de trabajo ha ofrecido en 2016 un nuevo universo de posibilidades al grupo por los avances de la tecnología (su anterior grabación tuvo lugar durante 2004), cosa que, según señala Cunningham, puede suponer una espada de doble filo. «Antes había que tirar con lo que había a mano, pero ahora, cuando vas a grabar una canción, tienes infinitas, y esto lo digo literalmente, infinitas posibilidades gracias a los programas informáticos. Puedes modular y cambiar tantas cosas que corres el riesgo de diluir el objetivo inicial en un océano de botones y teclas».

La respuesta de la crítica fue benévola cuando no entusiasta, lo que ha generado una sensación de confianza en la banda. «Creemos que es un disco fantástico para los festivales, las audiencias se sumergen de lleno en los ritmos de las canciones y siempre se genera un ambiente fantástico», asegura Cunningham, que sigue impresionado por la respuesta del público en la reciente edición del festival de Glastonbury. «Fue todo muy rápido, entrar, tocar y marcharnos, como una operación militar. Pero ha sido uno de los mejores conciertos de mi vida, con tanta gente y tantas cámaras de televisión cubriendo el evento. ¡Alucinante! Mi familia y amigos no paraban de llamarme para felicitarme. Luego no me quedé mucho por allí, no soy muy de ese ambiente, ¡jaja!».

Recordando a Peter Hook

Un tema delicado en cualquier entrevista con New Order es el de la salida de su bajista fundador, Peter Hook, producida en muy malos términos y con demandas de por medio. ¿Se habrá cerrado ya la cicatriz? ¿Alguna vez se acuerdan de él cuando están sobre el escenario? «Bueno, la verdad es que cada vez que tocamos «Love will tear us apart» (el clásico por excelencia de Joy Division), es difícil no tenerlo en la mente. Su línea de bajo es demasiado... Hook, si me explico. Ah... fue él quien decidió abandonar el grupo... ahhh», dice entre suspiros de auténtica pesadumbre.

Anyway, como diría un británico, esta semana están de paso por España -por supuesto, no evita el tópico de «sois nuestros fans más apasionados»-, y Cunningham asegura que «el grupo está más en forma que nunca», entre otras cosas porque «ya no hay edad para estar de resaca». Se sienten «engrasados y comprometidos con el futuro del grupo», y por eso están «tristes y preocupados» por todo lo que pueda afectar a su trabajo a nivel internacional. «El "brexit" ha sido una decepción de dimensiones colosales, es como una pesadilla que se ha hecho realidad. Es probable que afecte de un modo u otro a nuestras giras por Europa, seguramente complicándolo todo a nivel de papeleos. Pero en realidad eso es lo de menos. Es una malísima noticia para toda Inglaterra. Todavía no puedo creerlo, y lo peor de todo es que los que votaron a favor se están arrepintiendo cuando ya no hay vuelta atrás, lo cual es ridículo. ¿Qué esperaban? Es terrible, sobre todo por la incertidumbre. Nadie en mi país sabe con certeza qué es lo que va a ocurrir ahora. ¿Cuál es el plan? ¿La locura? Estoy realmente cabreado. Me avergüenzo de ser británico al saber que la gente ha votado para rechazar la inmigración».

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